Rafael Ramírez Carreño, ministro de Energía y Petróleo y presidente de Petróleos de Venezuela S.A. (Pdvsa).

"Hubo conversaciones del presidente Chávez con el presidente Lagos sobre este tema, durante la visita del mandatario chileno a Caracas -dice el ministro Ramírez-. Se planteó la necesidad de que representantes de Pdvsa vayan a Chile a establecer relaciones con Enap. Esto lo vamos a implementar pronto porque Pdvsa, en el marco de su política actual, está mirando hacia el sur. Por primera vez estamos proyectando nuestro desarrollo energético con los países del sur. Nos hemos reunido, por ejemplo, los ministros de Energía de Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Venezuela para planificar los requerimientos de nuestros países. En la Comunidad Andina estamos conversando con Colombia, Perú y Bolivia para avanzar en iniciativas como la de Petrosur -de refinación y petroquímica- y en proyectos que tienen que ver con el gas. Estamos conscientes de los problemas que existen en el sur de nuestro continente respecto al abastecimiento de gas. Hemos propuesto una interconexión desde el sur de Venezuela hasta Boa Vista, en Brasil, para luego interconectar con otros gasoductos. Es lo que el presidente Hugo Chávez ha llamado "cono energético" o "anillo energético" de los Andes.

Venezuela tiene suficientes reservas de gas como para asumir su responsabilidad en una política de integración latinoamericana en materia de energía. Nuestro país concentra el 54 por ciento de las reservas de gas de todo el continente americano, incluyendo Estados Unidos y Canadá, y posee el 4 por ciento de las reservas mundiales. La disposición del gobierno del presidente Chávez es poner estos recursos al servicio del desarrollo de nuestros pueblos. Por eso, vamos a seguir avanzando en contactos sobre materia energética con los países del sur.

Por primera vez en sesenta años de actividad petrolera buques venezolanos con fuel oil están llegando a Argentina. También van a llegar barcos venezolanos con petróleo a Uruguay. Esperamos conversar con las autoridades chilenas sobre esta materia. La idea es asegurar el suministro de petróleo a toda la región del Pacífico. Nuestra intención es llegar a acuerdos directos con empresas del Estado. Es lo que hemos hecho con Petrobras del Brasil y lo que haremos con Petroecuador y demás empresas de ese carácter. Queremos una relación de gobierno a gobierno, que permita transferir directamente a los pueblos los beneficios que se deriven de estos acuerdos, evitando que las ganancias queden en poder de accionistas privados. Por eso saludamos que existan empresas petroleras estatales en América Latina, como Enap en Chile".

El precio de las gasolinas en Chile ya supera el dólar (540 pesos) por litro. Nuestro país importa más del 90 por ciento de su consumo de petróleo.

Impulsando una revolución

PF conversó con el ministro Rafael Ramírez Carreño en su oficina de la presidencia de Pdvsa en Caracas, en el último piso de una torre. Desde allí se domina parte del valle de Caracas, cuyo telón de fondo es el Avila, un macizo montañoso de tupida vegetación. En las estribaciones de los cerros de Caracas se agolpan los ranchos, domicilio de una masiva pobreza generada por la desigualdad de ingresos. Allí tienen su cuartel general la esperanza y el fervor que despierta la revolución bolivariana del presidente Chávez. La mayoría confía en que por fin la justicia social se quedará en Venezuela.

Rafael Ramírez, un joven ingeniero de elevada estatura, prematuramente encanecido, fue presidente de Enagas (Ente Nacional del Gas); en julio de 2002 asumió como ministro de Energía y Petróleo y en noviembre de 2004 se hizo cargo también de la presidencia de Pdvsa: reemplazó a Alí Rodríguez Araque -también experto en asuntos del petróleo- que pasó a desempeñarse como ministro de Relaciones Exteriores. La presencia de ambos ministros ha reforzado lo que algunos analistas llaman "diplomacia petrolera". En lo fundamental consiste en utilizar la enorme riqueza energética de Venezuela para tejer una red de tratados, acuerdos y convenios que den consistencia y apoyo al proceso de integración latinoamericana. Esa política se guía por los principios bolivarianos de la democracia revolucionaria, que el presidente Chávez impulsa en su país y que trata de sentar las bases de un socialismo para el siglo XXI.

Tanto el ministro Rafael Ramírez como el canciller Alí Rodríguez provienen de antiguos movimientos de la Izquierda marxista venezolana -que incluso implementaron la lucha armada en la década de los 60- que ahora apoyan y participan con entusiasmo en el original proceso revolucionario que se ha iniciado en Venezuela.

Petróleo por vaqulllas y bombas de cobalto

El ministro y presidente de Pdvsa explicó a PF en qué consisten los acuerdos petroleros suscritos con diferentes países de América Latina y el Caribe:
"Esos convenios -dice Rafael Ramírez- son muy importantes para Venezuela. Lo que hacemos con Cuba, por ejemplo, también lo hacemos con Jamaica, República Dominicana, la mayoría de los países del Caribe, Uruguay, Argentina, etc. El mercado petrolero mundial está distorsionado, básicamente porque el modelo que se ha impuesto es altamente consumista y va a requerir todos los recursos naturales (no sólo los energéticos, sino también los bosques, el agua, el territorio, el aire, incluso). La economía norteamericana consume con una voracidad ilimitada. Para poner un ejemplo: todos los países del Caribe consumen menos de 150 mil barriles de petróleo diarios. Pero tienen ese vecino que consume 20 millones de barriles cada día. Esta situación ha disparado los precios (que en estos días bordeaban los 70 dólares por barril. N. de PF) y eso está afectando gravemente las posibilidades de desarrollo de los países del sur y, sobre todo, de los más pobres.

Venezuela ha tratado de establecer una política diferenciada. No hacemos descuentos en el precio del petróleo pero damos condiciones de financiamiento a muy largo plazo. Por ejemplo, el 25, 30 ó 40 por ciento de las facturas son con pagos a quince años plazo con tasa de interés que no varía. Además estamos despachando directamente el petróleo, para eliminar los intermediarios que encarecen en 7 u 8 dólares el precio final. Pdvsa está distribuyendo con sus propios buques. Pero además, como Venezuela está planteando mecanismos económicos distintos al Alca -proponemos la Alternativa Bolivariana para las Américas, el Alba- por el pago de la factura petrolera aceptamos bienes y servicios como compensación.

A Cuba le enviamos petróleo y nos pagan una parte con dinero y la otra con insumos médicos, apoyo a nuestras Misiones (programas sociales que tienen mucho impacto a nivel de la población. N. de PF), etc. A la Argentina enviamos importantes volúmenes de fuel oil y nos pagan con vaquillas -vaquillonas preñadas como llaman allá- que nos interesan para restablecer nuestros rebaños. Argentina también nos ha pagado con bombas de cobalto para el tratamiento del cáncer. Ellos tienen una industria nuclear muy buena. Con Uruguay estamos evaluando que parte de la factura petrolera nos la paguen con cemento, ya que ese país tiene importantes yacimientos de caliza. En síntesis, se trata de no poner por delante una visión comercial y mercantil en nuestras relaciones, sino de integrar a los pueblos de manera real y concreta a través de una nueva ética en la relación entre nuestras sociedades. Una relación que no esté signada por el frío interés monetario sino por el espíritu de solidaridad e integración".

Inversiones de Pdvsa en EE.UU.

El ministro Ramírez Carreño explica a PF las cuantiosas inversiones de Pdvsa en EE.UU. y Europa:
"Lo que ocurre es lo siguiente: antes que el presidente Hugo Chávez llegara al gobierno, Pdvsa iba rumbo a la privatización. Ese era su destino. Hay que destacar que Pdvsa es la empresa estatal más importante en Venezuela y una de las más grandes del mundo. Nuestra Constitución reserva al Estado la propiedad de todos sus yacimientos. Es un principio que viene desde los decretos del Libertador Simón Bolívar en 1826, en Quito, que reservaban la propiedad de todos los minerales a la nueva república. Para Venezuela esto es un tema fundamental.

Sin embargo, lo que hemos llamado la IV República, o sea los gobiernos sucesivos desde 1958, de Acción Democrática y del partido socialcristiano Copei, impulsó un proceso de cesión a privados del control sobre nuestros recursos, privatizando gradualmente Pdvsa. Existía entonces el furor neoliberal en América Latina, que probablemente tuvo su máxima expresión en Argentina. En Venezuela ese modelo se estaba aplicando en igual forma.

Se entregó a terceros buena parte de la producción petrolera y se pretendía entregarla toda. Hubo un proceso que se llamó de "internacionalización": se produjo una extracción masiva de fondos para comprar activos en Estados Unidos y Europa. Lo que se pretendía era sacar del control del Estado buena parte de los activos de Pdvsa. Para ponerlo en números redondos: en los años de mayor crisis económica en el país, Pdvsa hizo una transferencia de inversiones al exterior de 14 mil millones de dólares. Se compraron sistemas de refinación en Alemania, refinerías en Suecia y el Reino Unido, etc. El más grande de estos circuitos de refinación de petróleo es la empresa Citgo, de Estados Unidos, que comprende nueve refinerías, terminales portuarios, oleoductos y catorce mil estaciones de venta de combustible. Somos, así, los primeros distribuidores en la costa este de Estados Unidos, desde Boston hasta el estado de Nueva York.

Sin embargo, la mayor parte de esa gasolina no es nuestra. Pdvsa tiene que gastar 20 mil millones de dólares anuales para comprar crudo canadiense y mexicano -y ruso en Europa- para abastecer el circuito refinador en el exterior. A Venezuela, como puede apreciarse, se le asignó el rol de país periférico, para abastecer las necesidades de Estados Unidos. Pero lo más grave no sólo era esa visión antinacional en cuanto a priorización de las inversiones. Mientras Venezuela sufría terribles penurias, pobreza y desempleo, Pdvsa planificó su estrategia de suministro de petróleo hacia Estados Unidos amarrándola a contratos de largo plazo. Desde hace quince años colocamos en esas refinerías 1.5 millones de barriles diarios... ¡y con descuento! Cada barril para Citgo tenía un descuento de 2 a 3 dólares. ¡Es absurdo que un país del Tercer Mundo subsidie a la economía más poderosa del planeta! Y eso significa el circuito distribuidor de Citgo en Estados Unidos, que ahora estamos revisando. Pdvsa tiene instrucciones de no hacer más inversiones en el exterior a menos que tengan que ver con nuestra estrategia de colocación de crudos pesados o con nuestra política de integración con América Latina y el Caribe"

El millonario
sabotaje petrolero

El ministro venezolano de Energía y Petróleo dijo a PF que las pérdidas que sufrió Pdvsa por el sabotaje petrolero de 2002-2003 se calcula en una cifra cercana a los 13.700 millones de dólares. "El sabotaje tuvo su máxima expresión en diciembre de 2002, aunque también hubo acciones durante el primer trimestre de ese año, para preparar las condiciones del golpe de Estado del 11 de abril. Todas las instalaciones fueron saboteadas o paralizadas por la ’alta gerencia’ de la compañía. Fue una acción dirigida contra los sistemas que controlan los despachos de petróleo".

Previamente, explica el ministro Ramírez, se había privatizado el sistema informático de Pdvsa, entregando su control a la transnacional norteamericana Science Applications International Corporation. Esa empresa está vinculada al Departamento de Estado y a la CIA. El control del sistema de automatización -y de todos los servicios de computación de Pdvsa- podía realizarse desde fuera.

"De hecho -dice Rafael Ramírez- en forma satelital tuvimos interrupciones en el sistema. Se desviaban las órdenes de despacho de los buques -no pudimos despachar ni una sola nave-, no pudimos operar las refinerías y tuvimos que paralizar en cascada nuestras operaciones. Los estanques rebosaban petróleo. Era una situación verdaderamente caótica: el 6 de diciembre de 2002 la mayoría de nuestras instalaciones estaban paralizadas. El 13 de diciembre el presidente Chávez hizo un llamado a que el pueblo y las fuerzas armadas se volcaran a defender las instalaciones y a dar apoyo a los pocos gerentes y directivos que nos quedamos. Yo estaba al frente del Ministerio y Alí Rodríguez de Pdvsa.

El llamado surtió un efecto extraordinario, movilizó a todo el país en defensa de nuestra industria fundamental. El 1º de enero de 2003 estábamos produciendo sólo 25 mil barriles diarios de un total de 3 millones 400 mil. Tuvimos que importar gasolina por primera vez en sesenta años. Sin embargo, cuando retomamos el control de la empresa, pudimos restablecer la producción en apenas tres meses, lo cual demuestra que contábamos con amplio apoyo de los obreros de Pdvsa, que nunca estuvieron involucrados en el sabotaje, y de muchos voluntarios que nos ayudaron. Entre ellos hubo voluntarios de Argentina y otros países. Hasta principios de 2004 tuvimos un enorme trabajo de recuperación de la empresa.
Hace poco entregamos nuestros estados financieros, auditados según las normas internacionales. Al evaluar los daños que produjo aquel sabotaje, se determinó que alcanzaron a unos 13 mil millones de dólares, sin considerar que esta situación provocó una caída del 25 por ciento del PIB y una quiebra masiva de empresas que prestaban servicios a Pdvsa. Además, se pudieron determinar pérdidas directas por más de 500 millones de dólares por la importación de combustibles y 200 millones de dólares en daños a instalaciones. La cifra total de las pérdidas de Pdvsa, por lo tanto, se aproxima a los 13.700 millones de dólares".

Agrega Ramírez que alrededor de 18 mil gerentes y técnicos de Pdvsa abandonaron sus puestos. La empresa tenía una plantilla fija de 42 mil trabajadores. Aunque la ley fija un plazo máximo de tres días de ausencia para efectuar un despido, a los técnicos ausentes de Pdvsa se les dio un mes y medio para reintegrarse. No lo hicieron, creyendo que la empresa había colapsado y porque -en paralelo con el sabotaje petrolero- se desarrolló el paro patronal que produjo el cierre de fábricas y el despido masivo de obrero.

"Los que se plegaron al sabotaje petrolero -dice Ramírez- fueron básicamente el personal administrativo y lo que llamamos la ’alta gerencia’. Para entender esto hay que decir que se trataba de una gerencia que se llamaba a sí misma ’meritocracia’, una especie de élite en el país. Una casta petrolera que disfrutaba de condiciones económicas completamente distintas al resto del país. Esa gente, la mayoría educada en el exterior, con mucha relación con las transnacionales del petróleo, se fue de la empresa. En Caracas, donde no se produce un solo barril de petróleo, había una concentración de más de diez mil gerentes y técnicos. Nosotros aprovechamos la situación creada por el sabotaje para desconcentrar nuestras actividades. Ahora nuestros gerentes y operadores están en los sitios donde se produce el petróleo y, desde luego, requerimos de muchos menos gerentes para realizar las mismas labores".

Las operaciones de Pdvsa están plenamente restablecidas. "Logramos reparar todas nuestras instalaciones, normalizar la producción y las exportaciones, etc. Sin embargo, hemos detectado que algunas áreas de producción, que llamamos ’maduras’, porque tienen cerca de sesenta años de explotación, fueron más afectadas porque al momento del sabotaje hubo que parar la inyección de gas. Pero estamos haciendo una inversión adicional para poner todas nuestras operaciones al máximo de rendimiento"