Alejandro Iribarren y los hermanos Paul y Eric Araya de la radio UV15 de Valparaíso.

Transmite todos los días: de lunes a viernes desde las 18 horas, sábado y domingo desde las 10 de la mañana. Su programación musical es reflejo del gusto popular con espacios de cumbia, reggaetón, folclor, bolero, valses peruanos, tango y "música del recuerdo": el sonido de los cerros de Valparaíso. Estos estilos sirven para matizar la información sobre actividades de las juntas de vecinos, clubes deportivos y organizaciones comunitarias no sólo del cerro Las Cañas sino de cerros aledaños, como El Litre, Ramaditas, Merced y Mariposas.

"Siempre nos hemos mantenido en el esquema de radio comunitaria", dice Paul Araya, director de la emisora.

¿Y cómo asumen ustedes lo comunitario?

"Haciendo campañas sociales, ayudando a la gente que ha sido afectada por incendios, lluvias, ayudando a los hogares de ancianos y jardines infantiles del sector... En general, haciendo campaña con nuestros auditores; y siempre hemos tenido buena respuesta".

La radio se mantiene gracias a las cotizaciones de sus miembros, al aporte de los oyentes y eventos que el equipo organiza. Precisamente, durante junio, se realizó un baile en la sede de los empleados municipales. ¿Su objetivo? Reunir dinero para comprar una nueva antena. Así han ido creciendo.
Por el estudio de UV15 circulan dieciséis personas encargadas de funciones de producción, programación y locución, unidas por el placer de la comunicación a escala local. Esto, sumado al hecho de haber constituido una programación ordenada y reconocible, es celebrado como un avance cualitativo. Estamos en el locutorio, situado en el segundo piso de la unidad vecinal. Sobre las paredes, junto a los afiches promocionales de algunos cantantes, están las fotos que cuentan la historia de la radio. Se ven las primeras transmisiones en un improvisado estudio, en 1998, cuando sólo funcionaba los domingo. A un lado, el registro de una actividad organizada por la radio a beneficio de las familias que quedaron sin casa tras la rotura de una matriz de Esval, en marzo pasado.

Junto a nosotros están, además del director Paul Araya, su hermano Eric, más conocido como Maíto Producciones, encargado de la producción, y Alejandro Iribarren, cuyo rol es el sonido y programación. Silencio. Estamos al aire.

Para todos los gustos

Sábado por la mañana y el ta-tum-tan-túm del reggaetón acompaña el ritmo de la ciudad que se levanta. Eric Araya y Alejandro Iribarren leen saludos y dan informaciones del cerro. Y contestan el teléfono al aire. "Una de nuestras características son los llamados telefónicos. Los programas son en vivo y en directo, dialogando con los auditores", dice Paul Araya.

Hoy, la emisora ya no trabaja con caseteras y radios con CD. Un flamante computador (aporte de la junta de vecinos) sirve para que los locutores programen las canciones. La diversidad musical de UV15 hace que la gente de distintas edades reconozca la radio como suya. "Poco a poco nos hemos dado cuenta que a diferentes sectores les faltaba su música... La tercera edad, por ejemplo. Así que introdujimos el tango. El programa folclórico, que es otro espacio antiguo, está pensado por lo educativo. Luego hemos pensado en el segmento juvenil... O en la gente a quien le gusta las rancheras. O en el rock de los setenta. Una vez, hicimos una encuesta para saber qué música tocaban en otras radios y cuál era la preferida por la gente de acá. También nos hemos fijado en qué horario es mejor poner tal o cual música", señala el director.

A lo anterior se suma el marcado carácter barrial de las emisiones. La información sobre la junta de vecinos, del consultorio, del jardín infantil, así como de una parroquia, de un centro abierto y de los clubes deportivos Abelardo Contreras y Juan Naylor ocupa importante espacio en la programación, además de configurar un informativo, que es el programa de más antigua data.

Errantes del dial

Otro programa con bastante sintonía es el bailable. Va todos los sábado, desde las 22 horas. Es conducido por los hermanos Araya. Ambos trabajan en una empresa de transporte colectivo, pero lo de la comunicación lo llevan muy dentro, quizás porque su padre era locutor de una radio comercial. Sin embargo, tienen claro que la experiencia de radio UV15 no es la misma de una emisora afiliada a la Archi. "No pasamos publicidad ni tenemos fines de lucro. El personal de nuestra radio no es pagado, salvo por el pasaje para algunos que realmente no lo pueden costear", indica Paul.

¿Ilegales?

"Entre comillas -sentencia-. Estamos bajo el alero de la unidad vecinal, además recibimos informaciones del gobierno, ya que trabajamos con Conace y Previene, instituciones que le pertenecen".

"Hay muchas trancas para que una radio como la nuestra pueda salir adelante" -dice Alejandro Iribarren-. "Hay que tener más plata, equipos profesionales, pasar todas exigencias que te imponen, y ahí recién te transformarías en legal...".

Sin embargo, radio UV15 ha debido mudarse varias veces en el dial, sencillamente porque llega una emisora comercial a la que se concesiona la frecuencia. "Empezamos en el 108.5, luego en el 105.1, que lo tomó radio Congreso, y hasta hace poco estábamos en el 92.3, de donde nos sacó una radio del interior. Tomamos hace dos años este lugar, 88.1 FM, y si nos lo llegaran a quitar, bueno, tendremos que buscar otro", dice Eric Araya. "Y no es fácil, porque la gente sabe que estamos ahí, y nos busca. No tenemos forma de avisar de un día para otro que nos vamos a cambiar. Y habría que recuperar toda la sintonía", acota Iribarren, a lo que Eric Araya comenta: "La Archi hace años que está tratando de cerrar las radios comunitarias porque se ha dado cuenta que tienen presencia".

¿Y cómo es eso de la definición política en una radio como UV15?

"Desde que partimos hemos seguido con la misma idea: no tenemos identificación política ni religiosa. No hacemos debates políticos, ni propaganda, ni programas religiosos. Eso no quita que estemos al tanto de lo que pasa en política. Cualquiera del equipo puede dar su opinión, pero es suya, no de la radio. Eso ha sido importante porque nos ha permitido abarcar más gente", aclara Paul Araya.

"Podemos informar, por ejemplo, si hay elecciones, quiénes son los candidatos, dónde y cómo hay que votar o incentivar el voto de los jóvenes, pero no realizamos proselitismo por determinada candidatura", acota Alejandro Iribarren.

Pese al peligro de cierre por su status de "ilegales", asumen igual distancia con la Asociación Nacional de Radios Comunitarias y Ciudadanas de Chile. "Nunca hemos obtenido nada de ellos. Está muy centralizada en la capital", dice Paul Araya. "Hemos mandado mails e intentado contactar a la gente que está a cargo, pero nunca hemos tenido respuesta. Nos han invitado a congresos y hemos recibido cuñas de saludo, pero no hay mayor comunicación", agrega Iribarren