.- Quiero hacerle una pregunta sobre el subcomandante Marcos. En enero de 2004 se cumplieron diez años de la irrupción de los zapatistas en Chiapas con ocasión de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de México con Estados Unidos y Canadá. Me gustaría saber lo que usted piensa de esa personalidad tan particular y que tan popular se ha hecho en el seno del movimiento altermundialización. ¿Lo conoce usted, ha leído sus textos?

.- Yo no puedo juzgarlo, pero sí leí algunos materiales de usted sobre Marcos y lo que él dice es realmente muy interesante, ayuda a comprender su personalidad, algunas cosas, incluso por qué se puso ese grado de subcomandante… Antes, todos los que andaban en guerras o en campañas eran generales. Desde la Revolución cubana se estableció una costumbre, que los jefes eran “comandantes”. Bueno, ése es el grado que yo tengo y no he ascendido nada. Creo que después, en verdad, como era comandante jefe del Ejército Rebelde, entonces era comandante y jefe. Adquirí unos grados porque, en la Sierra, teníamos que asumir una organización militar, no podíamos decir “secretario general de las columnas guerrilleras”, le terminología era ésa; el grado de “comandante” era el grado más modesto en el ejército tradicional y tenía una ventaja, que se le podía añadir lo de jefe, efectivamente.

Nunca más, desde aquella época, ningún movimiento revolucionario utilizó ya el título de general. Sin embrago, Marcos se puso subcomandante. Yo nunca lo había entendido bien. Sí, el dice: “El comandante es el pueblo; yo soy el subcomandante, porque estoy a las ordenes del pueblo”.

Hay que explicarlo: él es el subcomandante del comandante pueblo… Muy bien. Por ese libro de usted, de conversaciones con él, me enteré, digo, de muchos detalles, cosas, ideas, concepciones suyas. Su lucha por la causa indígena. Lo leí con mucho respeto, me alegré mucho de poder tener una información de ese tipo sobre la situación allá en Chiapas.

Hubo audacia, sin duda, cuando luego estuvo en el viaje aquel. Es discutido si fue correcto o no hacerlo, pero de todas maneras lo he seguido con mucho interés…

.- Usted se refiere a la “marcha por la paz” sobre México que Marcos hizo en abril de 2001.

.- Sí. Con mucho interés he observado todo. Veo en Marcos integridad, es indiscutible que es un hombre de gran integridad, concepto, talento. Es un intelectual, sea o no el que dicen. Pero eso no tiene importancia, lo que importa son las ideas, la constancia, los conocimientos que una persona tiene.

Ahora me explico que puede surgir un Marcos, dos, cien, porque conozco, he tenido muchos contactos con los indígenas a lo largo de todos estos años, y los he conocido en Bolivia, los he conocido en Perú, los he conocido en Ecuador, y le digo la verdad, que siento sincera simpatía política, humana, revolucionaria, por ese sector de nuestras sociedades que tanto ha sufrido.

.- ¿Usted sigue con interés el combate de los pueblos indígenas en América latina?

.- Con mucho interés. Yo, como sabe, era muy amigo del pintor Guayasamín. Tenía gran admiración por él, conversé mucho con él, y me habló muy a menudo de los problemas de las tragedias de los indios. Además, por lo que uno conoce de la historia, ha habido una genocidio de siglos, pero ya va apareciendo una mayor conciencia de esos sectores. Y la lucha de Marcos y de los indígenas de Chiapas es un testimonio más de esa nueva combatividad.

Es lo que puedo decir respecto a Marcos. Observamos, con mucho respeto, la línea que sigue, como respetamos la línea de cada organización, de cada partido progresista, de cada partido democrático. Pero no he tenido oportunidad, nunca ha habido la posibilidad de una conversación personal con Marcos, no lo conozco personalmente, lo conozco sólo por todas las noticias y referencias que de él he visto, y sé también de muchas personas, intelectuales, que sienten gran admiración por él.

.- En Ecuador también hay un movimiento indígena fuerte, ¿verdad?

.- Admiro, cómo no, la organización de los indios en Ecuador, la Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAI) y Pachacutik (Nuestra tierra), su organización social, su organización política y sus líderes, tanto hombres como mujeres. He conocido a dirigentes muy valiosos también en Bolivia, donde hay una combatividad formidable, y conozco al líder principal boliviano, que es hoy Evo Morales, un hombre destacado, una persona muy destacada.

.- Me imagino que se alegraría usted de la victoria de Evo Morales en la elección presidencial de Bolivia, el 18 de diciembre de 2005.

.- Mucho. Esa elección de Evo Morales, contundente, indiscutible, conmovió al mundo, por ser la primera vez que es escogido un presidente indígena en Bolivia, lo cual es extraordinario. Evo posee todas las cualidades para dirigir a su país y a su pueblo en esta hora difícil que no se parece a ninguna otra.

Ubicada en el corazón de América, Bolivia toma su nombre de Libertador Simón Bolivar. Su primer gobernante fue el mariscal Antonio José de Sucre. Es un país rico por sus gentes y su subsuelo, pero hoy clasifica como la región más pobre de la región, con una población de alrededor de siete millones de habitantes, distribuidos por un territorio esencialmente montañoso de más de un millón de kilómetros cuadrados.

Ése es el marco, y en ese marco, Evo Morales se proyecta hacia el futuro como una esperanza para la mayoría de su pueblo. Encarna la confirmación de la quiebra del sistema político tradicionalmente aplicado en la región, y la determinación de las grandes masas de conquistar la verdadera independencia. Su elección es la expresión de que el mapa político de América Latina está cambiando. Nuevos aires soplan en este hemisferio.

Inicialmente no había seguridad sobre la ventaja que tendría Evo en la elección del 18 de diciembre, y existía preocupación porque podían producirse manipulaciones en el Congreso. Pero al triunfar con casi el 54 por ciento de los votos ya en la primera vuelta, y ganar también en la Cámara de Diputados, eso eliminó toda clase de polémicas.

Ha sido la elección milagro, le elección que estremeció al mundo, que estremeció al imperio y al orden insostenible impuesto por Estados Unidos. Demuestra que Washington ya no puede acudir a las dictaduras como en otras épocas, ya el imperialismo no tiene los instrumentos de antes, ni pueden aplicarlos.

Cuba fue el primer país que visitó Evo Morales, el 30 de diciembre de 2005, justo después de ser elegido presidente, y antes mismo de su toma de posesión el 22 de enero de 2006.

.- ¿Piensa usted que esa visita le ha creado problemas con Washington?

.- La visita amistosa del hermano Evo, presidente electo de Bolivia, se inserta en el marco de las históricas y profundas relaciones de hermandad y solidaridad entre los pueblos cubano y boliviano. Nadie puede molestarse por eso. Ni tampoco por los acuerdos que se han firmado. Son acuerdos por la vida, por la humanidad, no son un delito. No pensamos que lo sea ni siquiera para los norteamericanos. ¿Como podría ofenderse el gobierno de Estados Unidos si Cuna ayuda a aumentar la esperanza de vida al nacer de los bolivianos? ¿Puede acaso la reducción de la mortalidad infantil o la erradicación del analfabetismo ofender a alguien?

.- ¿Cree usted que en otros países latinoamericanos habrá que contar ahora con el componente indígena?

.- Hay situaciones sociales bastante críticas en otros dos países, donde hay una gran fuerza y un gran componente indígena: Perú y Ecuador. Hay un gran componente también en Guatemala, pero allí el curso ha sido diferente al de los demás países. En cuanto a componente indígena, claro, los mexicanos también tienen bastante. Simplemente puedo decir que, en este hemisferio, se explica perfectamente que haya un Marcos luchando por los derechos de los pueblos indígenas, como puede haber diez, o como puede haber cien.

Me impresiona, en particular, la seriedad de los dirigentes indígenas que conozco. Yo he hablado mucho con los ecuatorianos. Hablan con seriedad. Inspiran respeto, inspiran confianza, son de una gran integridad. Y en Ecuador, como en Perú, y en otros países habrá que contar con ellos.

.- Usted ha dicho que siente también gran admiración por Hugo Chávez, el presidente de Venezuela.

.- Buenos, sí, ahí tenemos a otro indio, Hugo Chávez, un nuevo indio que es como él dice, “mezcla de indio”, mestizo, él dice que un poco de blanco. Pero tú estás mirando a Chávez y estás mirando a un autóctono hijo de Venezuela, el hijo de esa Venezuela que fue mezcla, pero tiene todos esos nobles rasgos y un talento excepcional, pero excepcional. Yo suelo escuchar sus discursos, y él se siente orgulloso de su origen humilde, de su etnia mezclada, donde hay de todo un poco, principalmente de los que eran autóctonos o esclavos traídos de África, con mezcla de origen indio. Ésa es la impresión. Puede ser que tenga algunos genes de blancos, y no es malo, la combinación siempre es buena, enriquece a la humanidad, la combinación de las llamadas etnias.

.- ¿Usted ha seguido de cerca la evolución de la situación en Venezuela, en particular las tentativas de desestabilación contra el presidente Chávez?

.- Sí, hemos seguido con mucha atención los acontecimientos. Chávez nos visitó cuando salió de prisión antes de las elecciones de 1998. Fue muy valiente porque le reprocharon mucho que viajara a Cuba. Vino y conversamos. Descubrimos a un hombre culto, inteligente, muy progresista, un auténtico bolivariano. Luego ganó las elecciones. Varias veces. Cambió la Constitución. Con un formidable apoyo del pueblo, de las gentes más humildes. Los adversarios han tratado de asfixiarlo económicamente.

De Venezuela, en los cuarenta años famosos de la democracia que precedió a Chávez, yo calculo que deben ser alrededor de doscientos mil millones de dólares los que se han fugado. Venezuela podría estar más industrializada que Suecia si de verdad hubiera habido una democracia distributiva, si esos mecanismos hubieran funcionado, si hubiera algo de cierto y de creíble en toda esa demagogia y toda esa publicidad.

De Venezuela, desde que llegó el gobierno de Chávez al poder hasta que se estableció el control de cambios en enero de 2003, se han fugado alrededor –calculamos- de unos treinta millones de dólares, fuga de capital. Entonces, todos esos fenómenos son fenómenos que hacen, como planteamos nosotros, insostenible este orden de cosas existente en nuestro hemisferio.