José Antonio Gómez, presidente del PRSD.

La decisión de los radicales es importante. La votación del PRSD oscila entre el 4 y 5 por ciento; tiene cinco diputados y tres senadores: los ya mencionados Avila y Silva Cimma, que es senador designado, y Augusto Parra, ex rector de la Universidad de Concepción, también designado. En las elecciones municipales eligió a doce alcaldes y 117 concejales, dentro de la Concertación. Su influencia potencial es significativa y puede inclinar la balanza que se mantiene en equilibrio entre la DC y el bloque PS-PPD, aunque es muy improbable que esa influencia pueda trasladarse a las primarias dada la enorme ventaja que ostenta en las encuestas Michelle Bachelet.

PF conversó con José Antonio Gómez, presidente del PRSD, abogado, ex subsecretario de Justicia junto a la ministra Soledad Alvear y, posteriormente, ministro de la misma cartera. Gómez se aparta de la imagen del político radical tradicional. Se perfila como un dirigente pragmático que busca soluciones específicas, dejando de lado los llamados “grandes temas” y las consideraciones macroeconómicas. No cree en los minuciosos programas de gobierno. “Cientos de páginas que después nadie lee”, dice. Prefiere los proyectos concretos y los programas de trabajo que puedan ser evaluados y controlados.

¿El PRSD llevará candidato propio para las primarias de la Concertación?

“No hemos tomado todavía una decisión. La adoptaremos en el Consejo General, representativo de los militantes de todo el país. La idea es hacer un debate político sobre lo que nos interesa del próximo gobierno de la Concertación. Mi criterio, que espero sea adoptado por el partido, es que tomemos una posición bien meditada. En cuanto a un posible candidato propio nos serviría para potenciar el partido y estar presentes en los debates nacionales y foros regionales, en los que haríamos un buen papel. Si tomamos esa decisión tenemos que llegar hasta el 31 de julio, y no incurrir en el juego de levantar candidato para retirarlo o negociarlo. Si llevamos candidato propio lo llevamos hasta el final de las primarias y asumimos las consecuencias políticas. Entretanto, estamos preparando el debate interno con diversos equipos de trabajo. Ya nos reunimos con Michelle Bachelet y también con Soledad Alvear. Se plantearon los temas que nos parecen más relevantes: trabajo y cesantía, educación, seguridad, salud, previsión y otros”.

¿Figuró entre ellos el término del sistema binominal?

“Ese es para nosotros tema permanente, que se da en el marco general de la ampliación de la democracia, así como la reforma profunda de la Constitución o la aprobación de una nueva Constitución, para lo cual estimamos que el país está maduro. Es indispensable establecer el plebiscito como instrumento de solución de diferendos, tanto para el presidente de la República como para los ciudadanos.

Reformar el Poder Judicial, separando la función jurisdiccional de la función administrativa, propia de un Consejo de la Justicia; agilizar la labor del Parlamento, con mayor intensidad de trabajo y funcionamiento regular de comisiones mixtas para evitar trámites y dilaciones; mejorar atribuciones fiscalizadoras de la Cámara y crear también otros tribunales, como los del trabajo encargados de cobranzas, los tribunales de lo contencioso administrativo y los tribunales tributarios. Hay muchas reformas que necesitan materializarse cuanto antes.

En cuanto al sistema binominal considero que su eliminación es una tarea general y no de competencia exclusiva del PS, PPD y PRSD. Actualmente son escasas las posibilidades de cambio del binominalismo. Se necesitarían votos de la derecha, que no está a favor. En cambio, soy partidario de un acuerdo con la Izquierda extraparlamentaria, básicamente el Podemos. Un acuerdo instrumental que permitiría propinar una derrota a la derecha. Con un candidato presidencial ya derrotado, la posibilidad de ganar el Parlamento existe, es posible. Ese debería ser un punto relevante en la discusión política.

Es algo que importa al país y debemos ser generosos en cuanto a abrir la posibilidad de que se incorporen parlamentarios de partidos y movimientos de Izquierda que no están en la Concertación. Si no lo hacemos, cometeremos un grave error que será, además, una conducta antidemocrática. Entiendo que esa es también la posición de la DC. Se podría doblar en senadores en Magallanes, Antofagasta y mantener el doblaje en Concepción. En varios distritos se podría doblar en diputados. En definitiva, un acuerdo instrumental para terminar con el sistema binominal sería muy importante. Es antidemocrático que cerca de un diez por ciento de la población electoral esté excluida del Congreso”.

¿No le parece que el Partido Radical ha estado débil en asuntos cruciales para un partido que se define de Izquierda y defensor del rol activo del Estado? La educación pública, las riquezas fundamentales, la igualdad, el laicismo, los intereses de los sectores medios y populares...

“Es verdad. Tengo casi la certeza que el partido ha ido declinando. Son actualmente mínimas las diferencias con los otros partidos de la Concertación, que también han perdido perfil. Todo parece haberse homogeneizado. No hemos tenido la fuerza suficiente para hacer valer nuestros planteamientos en temas como educación, distribución de la riqueza y temas valóricos. El partido ha casi desaparecido frente a la opinión pública. Nuestra responsabilidad como directiva es revertir esa situación. Mostrar el sello propio del partido que, como su nombre lo indica, debe tener posturas radicales, bien definidas, de avanzada”.

¿Cuándo tendrá el PRSD una convención programática o ideológica?

“Ojalá el próximo año. Lo electoral nos tendrá ocupado este año.
Quizás el gran tema del futuro gobierno de la Concertación sea que no tenga grandes temas. No serán los temas macroeconómicos sino la focalización en los problemas de la gente común los que prevalecerán: la seguridad, por ejemplo, la incertidumbre en materia de empleo, de salud, previsión, etc.

Se puede imaginar cierta flexibilidad en el trabajo para mujeres y jóvenes, siempre que exista un buen sistema de tribunales del trabajo. Todo eso debería estar en la mira, si logramos tener relevancia en el próximo gobierno”.
Sorprende que usted diga que espera tener relevancia en el próximo gobierno, cuando el PRSD participa desde hace quince años en los gobiernos de la Concertación.
“No ha sido así. Le agradezco al presidente Lagos que mientras fui ministro pude realizar todas la iniciativas que le propuse. Pero el partido, como tal, nunca ha tenido influencia en el desarrollo de temas de política general. Las cosas se manejan por el presidente con la DC, PPD y PS. El PRSD no está en el nivel en que se toman las decisiones políticas. En casa del presidente se reúnen los ministros políticos y se toman decisiones a veces fundamentales. En ellas no está el PRSD. No lo aceptaremos en el próximo gobierno. Las dos precandidatas se han comprometido a corregir esa situación para que podamos hacer nuestro aporte a través de iniciativas, ideas y opiniones”.

¿Cuáles han sido las debilidades y falencias de los gobiernos de la Concertación?

“Hay que analizar primero sus logros. Cada gobierno ha tenido un sello propio. En el balance global podemos anotar la creciente democracia y el respeto a los derechos humanos, la disminución de la pobreza, la estabilidad y el crecimiento económico, la inserción internacional y el reconocimiento conseguido por los gobiernos democráticos. Las debilidades van por el lado de la profundización de la brecha entre pobres y ricos, la inseguridad, la cesantía, las limitaciones en materia de democracia y derechos humanos, en la calidad de vida, etc. Pero, en definitiva, el saldo es favorable”