Que un futuro ministro de Relaciones Exteriores, el “demócrata” José Antonio García Belaunde, confiese que su agenda pasa por potenciar a otro país para que nos abra la puerta a Asia, olvidando aviesamente que es Perú, con sus futuros megapuertos, la salida natural del Brasil hacia ese lejano continente y que no se pronuncie sobre la masacre israelí en Líbano y que nada de eso llame la atención de la prensa limeña, dice mucho del cálculo utilitario –y profundamente miope- que se usa para “orientar” la composición del gabinete del señor García Pérez.

Va quedando a todas luces definido que el próximo equipo de ministros, no será uno representante del partido ganador, sino, en repetición contumaz de 1985, un conjunto de amigos, simpatizantes y uno que otro aprista. ¿Está el Apra en condiciones de asumir, otra vez, el pasivo de un fracaso anticipado a cargo de terceros que siempre alegarán su condición de invitados? ¿Está García Pérez midiendo certeramente sus muestras de debilidad ante la prensa, las pandillas de ONGs y repugnantes cogollos derechistas que le cantan a la oreja las 24 horas?

Sí, ciertamente cuando se insinúa la posibilidad ministerial, sobre todo en Salud y Educación, que sea un profesional aprista, entonces los mastines muestran los dientes y admonizan contra tal presunto “peligro”. ¿Qué tan huérfano de criterio propio está el señor García Pérez como para otorgar y otorgar sin poner puntos sobre las íes y reivindicar lo que fue el triunfo de su movimiento político? La maniquea chance de quedar bien él ante la historia que le eleva a la presidencia por segunda vez, pero que otros carguen la culpa de sus yerros, no es descartable ni puede dejar de considerarse en un mundo político en el que no hay casualidades.

La ministra de Salud Pilar Mazzetti Soler, cuya fracasada gestión en el portafolio la ha hecho odiada por incapaz y se sostiene sólo por grupos mediáticos con acceso a una prensa comprometida con el poder dinerario y del amiguismo más perverso, se contentaría con ir a otra cartera. Como si se tratara de premio consuelo, se da cuenta que ésta iría a Defensa o Interior. ¿Qué sabe el burro de alfajores?

Se menciona que la presidenta de la Corte Superior, María Zavala Valladares, ocuparía la cartera de Justicia, pero la señora de marras, no ha sido capaz ¡siquiera! de, por
ejemplo, dar curso al sistema de reportes sobre estado de los expedientes en las diferentes salas civiles, laborales, contencioso administrativas, tema fuera impulsado, hace tres años, a nivel de juzgados de primera instancia, originando cuantiosos ingresos para el Poder Judicial, ya que cobran un sol por cada hoja de reporte y a la vez descongestiona la labor de las mesas de parte de los juzgados. ¿Bastará que ella tenga afiliación al aprismo? ¡Qué disparate!

La derecha reaccionaria, perdedora, antipatria, profundamente miserable, se cree en el derecho de imponer al señor García Pérez a sus representantes y embajadores. Le han infundido pavor al presidente electo y éste cede a sus apetitos, los mismos desde hace 185 años y en nombre de una paridad engañosa y demagógica, prefiere la paz hechiza a la guerra social que es aquella que se emprende desde el gobierno. En vez de juntar esfuerzos dinámicos y enérgicos con el otro gran bloque popular que quedó segundo, el mandatario discurre por las avenidas que contentan a los carroñeros que manejan su prensa y sus sicarios. ¿Hasta cuándo durará esto? ¡Hasta que comience el estallido social y los pusilánimes se asusten y pongan los pies en polvorosa!

Apenas tres muestras de prospectos ministeriales, nos otorgan el deficitario y deprimente saldo que grafica un futuro canciller “demócrata”, José García Belaunde, de muy escondidos lauros y categorías intelectuales (¿qué ha hecho durante los últimos 20 años y cuántos libros u obras notables se le conoce?) y que tiene, además, la caradura de espetar a 26 millones de peruanos que él impulsará a un país del sur y no al nuestro para la gran ruta comercial hacia Asia, guardando un cómplice y mediocre silencio sobre la masacre de Israel en Líbano. La Mazzetti, cuyo oportunismo descarado nadie subraya y que se ofrece para, virtualmente, cualquier puesto, siendo que no se le reconoce calidad ni sabiduría en ninguno, representa un bache inolcultable. Y la señora presidenta de la Corte Superior, María Zavala Valladares, no ha podido con su institución, ¿qué garantiza que sí lo hará desde las alturas comprometidas y riesgosas de un ministerio?

Que no nos publique nadie o que pretendan hacerse los ciegos y los sordos, no es sino mayor motivo para seguir escribiendo, con modestia y desde la atalaya de la prensa marginal, sin embargo de ello, habrá que persistir en el ejercicio insobornable de decir cuanto se nos ocurra y aún a pesar que eso pueda disgustar a los efímeros poderosos de ocasión. No nos asustan.

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

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