“Ya van a ver, un día se sabrá que es imposible que se llegue a la Luna, es otra patraña de los del norte. Si siempre mintieron porque les voy a creer ahora”, afirmaba Clotilde, con sus cataratas avanzadas y un primer grado apenas terminado en su infancia de Parque Patricios.

Se cumplieron ya 37 años y parece que la abuela no estaba tan equivocada. En los últimos meses científicos alemanes, belgas y españoles vienen realizando investigaciones, para demostrar que, al menos, esa primer pisada lunar de Armstrong nunca existió.

“Si se mira atentamente el lugar de alunizaje, debajo del vehículo lunar no hay movimiento de tierra que debería haber dejado por la propulsión al bajar”, afirma Charly Wilkes, científico.

“La bandera de EE.UU flamea. ¿Cómo puede pasar eso si no hay atmósfera, la contaminación del sol impediría que un ser humano esté más de tres minutos en el lugar, si miramos bien las películas y las fotos las sombras proyectadas de las piedras y de las patas de la nave son en diferentes direcciones efectos de luces proyectadas por reflectores de fotografías”, concluye Wilkes, en una parte de un extenso informe.

De ser certera esta investigación no estamos ante otra cosa que una mentira. Otra más del imperio.

El 16 de agosto salió en el diario Clarín un pirulo de 10 líneas donde se informa que “la NASA desconoce a dónde fueron a parar las grabaciones originales de la llegada del primer hombre a la Luna”.

¿Qué diría mi abuela Clotilde del 11-S, de las armas atómicas que se iban a encontrar en Irak, del festejo (pavo bien cocido incluido) con el cual Bush y sus soldados aguerridos celebraron las navidades en un estudio de cine de Los Angeles; de la “democracia” instalada en Afganistán, del golpe “de la civilidad” contra el presidente Hugo Chávez o de la “muerte”, hace casi 20 días, del Presidente de Cuba, Fidel Castro o el pánico mundial por los más de 12 aviones que estallarían en vuelo la semana pasada?

Te contestamos abuela: es la mentira organizada. ES LA MENTIRA ORGANIZADA.