Realmente nos felicitamos por la desición del Presidente García de convocar a distinguidos empresarios nacionales para constituir la Fundación Perú, institución que el sábado pasado solicitábamos que se conformara con carácter de urgencia a fin de afrontar de una manera científica y eficiente el reto que significa la participación peruana en la globalización mundial. Si bien es cierto lo planteábamos principalmente desde el punto de vista de la preparación necesaria a fin de obtener los mejores resultados en las futuras negociaciones de los tratados de libre comercio, esto no le quita que la Fundación Perú recientemente convocada no se aboque a estos temas también. Es cierto que todos los temas referentes a nuestro desarrollo industrial, empresarial y productivos están conexos entre si. Es pues mejor aún que la mencionada institución, aparte de investigar y fomentar nuevos desarrollos empresariales lo haga pensando en cuales son las fortalezas y debilidades que debemos enfrentar para poder tener negociaciones fructíferas en el plano no sólo comercial sino también, y es muy importante, en el plano del desarrollo de nuevas inversiones. Estas pueden ser directamente de capitales nacionales, una vez identificados los objetivos, y de capitales extranjeros, ya sea directamente o en coinversión con los capitales nacionales teniéndose como objetivos tanto el mercado interno como el externo.

La Fundación puede convocar a las universidades nacionales a participar en el levantamiento de un mapa de todas las fortalezas y debilidades y desarrollar en conjunto una investigación que nos permita conocer con certeza en que líneas de producción el Perú puede ser un país altamente competitivo. Esto vale también con respecto a las debilidades pues no podemos darnos el lujo de emprender acciones y desarrollos cuando estos están directamente ligados a no ser competitivos. Las universidades nacionales tienen la capacidad de organizar los equipos de investigación que apoyen estos estudios. De esta manera la Fundación podrá proporcionar a los empresarios peruanos la mayor cantidad de información requerida así como también el poder orientarlos en las buenas direcciones a fin de evitar que el esfuerzo empresarial se pierda en una actividad que al final redundará en inútil.

En esta acción también debe participar el gobierno a través de sus instituciones vinculadas al proceso productivo, comercial y de política exterior. Pues no se puede soslayar la importancia que nuestra política exterior refleje los intereses nacionales en los puntos cardinales hacia donde este convergiendo el esfuerzo nacional. La política exterior es una herramienta que tiene en sus manos el gobierno para poder impulsar acciones de esta naturaleza y ella debe comprender todos los esfuerzos que a nivel país se estén desarrollando. Seguiremos la próxima semana.