En el grupo msn grupo que administro, el 29/08/2006 se publicó FERRERO Y LA ELITE OLIGÁRQUICA: EL TLC CON CHILE http://groups.msn.com/DERECHOSDELOSPUEBLOS/ de mi autoría, donde afirmé que las industrias militares chilenas usan el molibdeno peruano para su carrera armamentista.

Posteriormente, el sábado 16 de setiembre, Alfredo Palacios Dongo publicó en su columna PLANTEAMIENTO de Expreso, página 8, un escrito titulado "Nuestro molibdeno se va para Chile", donde desarrolla, en parte, datos proporcionados por mi escrito, sólo que hace omisión de los nombres de la oligarquía peruana que aparecen en el escrito, y hace creer al lector que tal metal es sólo para fines comerciales. Es lógico que Expreso, donde tienen poder de decisión los García Yrigoyen Miró Quesada, o como ellos se auto apellidaron, García Miró; tenga como miembro de la casta oligárquica gobernante, interés en no mencionar a muchos de sus parientes, cuyos nombres aparecen en mi escrito. Basta con poner el nombre de Palacios Dongo como firmante.

Pero aun así tengo que explicar los fundamentos de mi aseveración.

Sabemos que la industria militar de Chile está conformada por un complejo industrial militar de empresas públicas y mixtas en colaboración con la oligarquía chilena, la cual también detenta, como en los tiempos próximamente anteriores a la guerra de 1879, un directo poder político. Son empresas de este complejo Fábricas y Maestranzas del Ejército (FAMAE), Astilleros y Maestranzas de la Armada (ASMAR) y Empresa Nacional de Aeronáutica de Chile (ENAER), estas empresas por su carácter de simbiosis privado-público, tienen fines militares y/o comerciales, por eso es sencillo, creer que sólo un rubro de los mencionados es exclusivo, pero no es así. Con esta estructura es lógico que existan subvenciones entre la función militar y la comercial, y viceversa. [Biblioteca del Congreso Nacional de Chile; http://www.bcn.cl/portada.html ]

AHORA BIEN sabemos por datos de la Academia Politécnica Militar de Chile, en su boletín de investigación, que se están realizando estudios sobre los “Efectos del trióxido de molibdeno en la velocidad de quemado sobre propelentes basados en HTPB/AP/AL”, es decir misiles que sirven para juguetes militares o matar gente
[http://www.acapomil.cl/investigacion/boletines/boletin_2001/articulos/articulo_03.htm] lo cual se usa en los pequeños motores cohetes de las armas chilenas. Uno de estos investigadores es Rubén Ugarte, ingeniero químico jefe del Departamento de Control de Calidad de la División Cohetes y Misiles de FAMAE. Por lo tanto, la industria militar chilena está mejorando sus misiles y armamento bélico.

En la Revista Fuerzas Armadas y Sociedad [http://www.fasoc.cl] podemos enterarnos del uso del cromo molibdeno en los Proyectos de Asmar, la industria militar naval chilena: “Así, junto con la producción de bienes de uso tanto militar como civil, la industria naval muestra avances importantes en tecnologías avanzadas que le han permitido desarrollar unidades para designación de misiles, monitores de voltaje múltiple, termómetros digitales automáticos, detectores y alarmas, radares de vigilancia aérea” [http://www.fasoc.cl/files/articulo/ART413cc8fd35b15.pdf] Es decir estos misiles también están dentro de sus planes.

Al ser el complejo industrial militar chileno, tanto militar como comercial, el interés chileno también se encuentra destinado al mejoramiento de la maquinaria bélica chilena, pues ambos intereses, los oligarco-empresariales y los bélico-militares, siempre han sido simbióticos a lo largo de la historia republicana sureña, es decir, uno necesita del otro para subsistir y subvencionarse así entrambos. Así como los oligarcas chilenos durante la guerra con Perú, también eran tenedores de acciones de los ferrocarriles chilenos en territorio boliviano, asimismo, sus descendientes de la casta oligárquica chilena –muchos de ellos emparentados con los Belaunde- son accionistas y directores de las empresas chilenas en Perú y, a la vez, detentan cargos políticos de primera línea en el país del sur.

Además no hay que olvidar que Palacios Dongo es un acérrimo defensor de la Convención del Mar, al igual que el clan Belaunde. El propósito principal de esto es la depredación de nuestros recursos, algo que vendría bien a los chilenos y sus socios de las metrópolis imperialistas de occidente: “Alvin Toffler nos advierte en su obra “El shock del futuro” que debemos tener mucho cuidado para darnos cuenta de este vil engaño de las grandes potencias, Grupo de los 8, para después no lamentarnos en el futuro. Toffler nos plantea que dos tercios de la superficie del planeta están cubiertos por las aguas; esta tierra submarina es rica en petróleo, gas, carbón, diamantes, azufre, cobalto, uranio, estaño y otros minerales, y estas inmensas riquezas están a punto de ser buscadas y explotadas a una escala impresionante. Actualmente sólo en EEUU existen más de 600 compañías, entre las gigantescas Standard Oil y Union Carbide que luchan competitivamente bajo las mares” [EL MAR PERUANO Y LA CONVENCIÓN DEL MAR. José Luis Pacheco Moya. Ponencia ganadora del II PREMIO DE INVESTIGACIÓN JURÍDICA DE LA CONVENCIÓN NACIONAL DE DERECHO CONSTITUCIONAL.(CONADEC) http://www.galeon.com/realidadjuridica/investigaciones/artpacheco.htm]

¿Si la democracia ateniense tenía dentro de su ciudadanía a infiltrados del partido oligárquico macedonio, ¿porque la ley de la historia no puede replicarse y tener nosotros a conciudadanos como los infiltrados del bando oligárquico pro-chileno?

La actitud de Palacios Dongo es interesante para estudiar. Muchas veces se manifiesta un celote de los intereses de Perú frente a las pretensiones chilenas, y eso es una estrategia muy interesante, le da cierta presencia para mostrarse “equitativo” en sus opiniones sobre la Convención del Mar, su papel es del sereno protagonista, frente a sus colegas en la comparsa que se muestran furibundos y apasionados frente a esta Convención del Mar que beneficiaría en parte a las industrias mineras del complejo industrial militar chileno.

Saque el lector sus propias conclusiones ¿Por causa de qué interesados en omitir nombres de oligarcas? ¿Porqué solo subrayar el uso comercial, y no el militar que está siendo desarrollado en el complejo industrial militar chileno? ¿Qué intereses se encuentran detrás de todo esto? Poder, dinero, reconocimiento en medallas y condecoraciones; la mejor combinación para comprar las opiniones doctas de los segundones de la casta y la maquinaria empresarial de los patriarcas de la oligarquía siempre atentos a ofrecer sus servicios de intermediación de cualquier tipo, al mejor postor.
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