Ecuador
Elecciones 2006: entre los opcionados y las opciones
Por: Ramiro Vinueza/ OPCION. 23 septiembre 2006

Trece candidaturas presidenciales fueron inscritas por el Tribunal Supremo Electoral. La oligarquía ecuatoriana, con la venia de la embajada norteamericana y el servicio manipulador de los grandes medios de comunicación y las empresas encuestadoras vinculadas a los grupos de poder económico del país, ha puesto en escena, como protagonistas, a cuatro candidatos, a quienes los ubica en las preferencias electorales, éstos son: León Roldós, de la alianza Izquierda Democrática –Red; Cintya Viteri del Partido Social Cristiano; el empresario más rico del país, Álvaro Noboa; y Rafael Correa, de Alianza País, construido por el marketing político como el candidato antisistema.

Otros candidatos como Fernando Rosero, del PRE y Gilmar Gutiérrez de Sociedad Patriótica que, desde su base programática derechista no tienen mayor diferencia con los primeros, aparecen distantes y debilitados, pese a los grandes recursos que derrochan en la publicidad. Están inscritos además grupos pequeños de sectores como el del extinto FRA, un grupo que se reivindica como bolivariano, entre otros.

Amañado como está este proceso electoral, las fuerzas sociales y populares, la izquierda revolucionaria del país, se abre paso con recursos distintos, como las conversaciones, debates, concentraciones y recorridos en los que establecen una relación directa con el pueblo, hablando alrededor de la situación del país y la perspectiva del socialismo.

El binomio que representa nítidamente a la izquierda revolucionaria es el de Luís Villacís y el dirigente indígena César Buelva Yasaca, sus candidaturas son el resultado de un proceso de amplio debate y unidad entre diversas organizaciones sociales y políticas, como el Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador, los frentes políticos que representan a la corriente sindical revolucionaria, a los estudiantes universitarios y secundarios, a las mujeres, a los pueblos indígenas y negros, que están aglutinados en Unidad Popular, junto al Movimiento Popular Democrático (MPD).

El llamado de unidad que realizó el MPD a las demás fuerzas de izquierda, en enero de este año, se proponía darles a los pueblos del Ecuador un referente auténticamente patriótico, revolucionario y de izquierda, con un programa y candidatos propios, con líderes que tengan arraigo y trayectoria en sus organizaciones. Este llamado realizado a Pachakuitk, al Partido Socialista, cayó en saco roto. El pequeño Partido Socialista que en las elecciones pasadas apoyó la candidatura de León Roldós, hoy, con el mismo pragmatismo, respalda a Rafael Correa, quien al igual que Roldós acoge su apoyo con desdeño y marginalmente.

Pachakutik, sumido en serias contradicciones en su dirección, en donde han florecido grupos con posiciones de derecha, oportunistas y socialdemócratas, dejaron arrinconadas las posiciones de izquierda que pugnaban por la unidad con el MPD. La propuesta reiterada por el MPD establecía la posibilidad de que su candidato presidencial, Luís Villacís, decline esa candidatura a favor de configurar un binomio con Luís Macas a la presidencia y Luís Villacís a la vicepresidencia. Sin embargo las posiciones antiunitarias y derechistas de la mayoría de dirigentes de Pachakutik dejaron de lado esta propuesta.

Hoy Luís Macas camina casi solo por el país, constatando la dispersión de su partido, donde sus candidatos locales han optado por respaldar vergonzantemente a otras candidaturas presidenciales.

Los grupos económicos más poderosos del país, sus empresas de comunicación y de encuestas, ante la gran inconformidad popular, el desprestigio de las instituciones burguesas, la crisis de los partidos de derecha que hicieron alianzas y compraventa de candidaturas de última hora, configuraron el “pelotón de los cuatro más opcionados”. Uno de ellos, Rafael Correa, al parecer les resulta el más útil; es un democratacristiano (como el mismo se autocalificó) al cual le han puesto el ropaje de izquierda (aunque él mismo evita reivindicarse como tal), le han dotado de un engañoso y contradictorio discurso que ellos mismo lo califican de “antistema”, lo han etiquetado como “nuevo”.

En realidad esta candidatura constituye un producto típico de las empresas de publicidad y de marketing político. Ha construido la imagen requerida, el eslogan apropiado con el cual pretenden llegar a los deseos de la gente. Este paquete publicitario, que cuenta con inversiones millonarias como la del grupo Nobis, propiedad de la hermana del magnate Álvaro Noboa, está diseñado para engatusar a la población, para evitar que su atención sea puesta en las autenticas propuestas revolucionarias. Ha sido diseñada para que la lucha social, que ha sido muy alta en estos últimos tiempos contra la dependencia extranjera, el TLC, la deuda externa, que ha derrocado a gobiernos pro yanquis en busca de cambios verdaderos, tenga su expresión en este proceso electoral como ha sucedido en los últimos tiempos en varios países de América Latina.

Sin embargo de los grandes recursos económicos invertidos en la ofensiva mediática, las candidaturas y propuestas de la izquierda revolucionaria, de la Unidad Popular MPD 15, gozan de un gran vigor. Es la segunda fuerza política en inscripción de candidaturas, cuenta con candidatos en las 22 provincias del país, en 204 de los 219 cantones. Los partidos derechistas: Izquierda Democrática y Social Cristiano, que se consideran los más grandes del país, no han logrado siquiera igualarla.

Pese a las censuras impuestas, a la campaña sucia, a la destrucción de su propaganda, a la persecución de sus militantes y las multas impuestas por los municipios de la Izquierda Democrática y del Partido Social Cristiano, la propuesta y las candidaturas de Luís Villacís y Cesar Buelva, de Edgar Isch y de los demás candidatos no han podido ser invisibilizadas completamente, en los pocos espacios alcanzados en los grandes medios de comunicación su propuesta programática de la necesidad y posibilidad de cambios revolucionarios ha ganado la adhesión de importantes sectores del pueblo.

Los miles de militantes, activistas y los candidatos locales que recorren con entusiasmo las barriadas populares, los sindicatos, las comunidades indígenas y campesinas, las universidades y colegios, están llevando el mensaje de que “En el Ecuador, hace falta un cambio definitivo, radical, revolucionario, en la conducción de la vida nacional, en la organización del sistema económico, político y social; ese cambio es el socialismo”… que la sociedad socialista es una sociedad nueva, libre y soberana, solidaria y democrática, basada en el trabajo colectivo, la propiedad social, la justicia e igualdad en beneficio de todos los verdaderos creadores de la riqueza; por tanto, es diferente al inhumano sistema capitalista”.

Se deja establecido con claridad que “ En esta nueva sociedad los recursos del país, los bienes creados por los trabajadores de la ciudad y del campo; por el esfuerzo patriótico y solidario de la juventud, de hombres y mujeres, de los maestros, de los profesionales y artesanos, servirán para el progreso general, para que se atiendan y resuelvan los problemas locales, del cantón, la provincia y la región, al mismo tiempo que los nacionales, del país y de sus gentes.

El Socialismo como una sociedad de trabajo y bienestar, donde se eliminará el beneficio privado y egoísta de las oligarquías y de los capitalistas nativos y extranjeros; instaurará, a la vez, el beneficio social, el progreso colectivo y solidario de la mayoría del país. De este modo, los diversos pueblos, nacionalidades y etnias se realizarán interculturalmente, aportando cada cual sus particularidades, sus derechos, formas de organización y de vida, para el progreso del Ecuador independiente, soberano y unitario.

El desarrollo y recreación de estos postulados que se encuentran en el Programa de Gobierno por el Cambio Revolucionario, por el Socialismo, ha ingresado con fuerza en el debate en el escenario político electoral del Ecuador. La fuerza y contundencia de esta propuesta está alentada por los vientos de cambio que vive América Latina, que tiene a los trabajadores, a la juventud, a los hombres y mujeres libres, a los luchadores sociales, a la fuerzas auténticamente patrióticas y de izquierda como protagonistas principales.