Yo no sé si los magistrados dela corte Suprema de Justicia midieron las consecuencias nacionales al anular el fallo con el que se condenó a un mensajero a cuatro años de cárcel por haberle tocado el trasero a una joven mujer, administradora de empresas para más señas.

Dice el reporte de prensa que el alto tribunal no consideró la acción como un delito sexual, sino como un acontecimiento fugaz en el que no hubo violencia, y que si acaso se puede considerar como un acto de injuria por la vía de hecho.

Con ese precedente, por idénticas razones, y por la misma vía de hecho, pasa a ser "injuriada" a partir de hoy, buena parte de los colombianos.

Injuriados son los que, sin saberlo o sin quererlo, comenzarán a pagar más pronto que tarde el nuevo tributo para la guerra.

Injuriados son los familiares de los secuestrados, por la guerrilla, por el Estado, por los guerreristas, por los indiferentes.

Injuriados son los que se desmayaron, los que vociferaron, los que creyeron o los que siguen creyendo, que aparte de falsos, son positivos los falsos positivos Injuriados, los que creen que los 723 millones en los que se incrementó la deuda externa en julio pasado, son la muestra fehaciente de crecimiento sostenido pues a todo encogimiento le sigue una elongación.

Injuriados son los que suponen que toda tos y todo gas son actos terroristas contra la autoridad legalmente constituida.

Injuriados los que piensan que a punta de delaciones (con las cuales saldrían libres traquetos y capitos) se podrá enjuiciar a los cabecillas que hoy paradójicamente negocian su impunidad en La Ceja sapeando a esos traquetos y a esos capitos.

Injuriados, los que depositaron su fe en las encuestas con la misma intensidad que en el jugo de noni, en el I-ching y en los Sofismas del terrorismo (la obra cimera del Sancho de los nuevos molinos de viento).

Injuriados los seguidores por tantos años del ciclismo, el deporte rey de la jeringa, los desilusionados y eliminados hinchas de Santafé, los televidentes de programa matutinos, de Mesas de Noches, de Roques de sobremesa.

Con razón están de plácemes tantos "mensajeros implicados", al fin y al cabo, la nulidad del fallo, confirma que los actos indignos de estos últimos ciento veinte años, sólo han sido acontecimientos fugaces y que nada tienen que ver con esta guerra estúpida. La siguiente consecuencia será el incremento en la cifra de toque-toques y de manoseos, claro, sin que el Dane acierte a registrarlo, ocupado como está en "injuriar" a los pobres y desempleados de este país.