Sin embargo, cuando se repasan cifras vigentes en el uso y extensión de los modernos medios de comunicación, se percibe con claridad que precisamente son estos "adalides" los que primero niegan al resto del planeta el flujo informativo, de manera de convertirlo en otro monopolio para su exclusiva mala utilización.

Es el caso de Internet, la famosa "red de redes". Un muy actual estudio de la Conferencia de la ONU para el Comercio y el Desarrollo, UNCTAD, afirma que solo 15,6 por ciento de la población del planeta, cifrada en más de seis mil millones de seres humanos, puede acceder a ese medio de información.

Añade el documento que la brecha en su utilización global es enorme, incluso en las naciones industrializadas. De tal suerte, apenas la mitad de los habitantes de los polos desarrollados ha "navegado" por Internet aunque sea una vez, mientras que en el Tercer Mundo esa cifra se reduce a ocho por ciento. Precisa también la UNCTAD que de los mil 20 millones de conectados a Internet existentes en el planeta, solo 33 por ciento accede a la banda ancha, y radica preferentemente en el Norte industrial.

De manera que la computación y la red de redes siguen siendo un privilegio, aun dentro de las naciones desarrolladas, y nada indica que en las condiciones actuales de hegemonismo y prepotencia de los fuertes el panorama cambie demasiado.

De hecho, para sectores belicistas y agresivos, el uso de Internet ha devenido un asunto estratégico en materia de circulación de información y reflejo de las realidades globales, y de hecho, dentro de los guerreristas norteamericanos se habla de un férreo límite y control sobre esa vía de trasiego de datos, con el fin de emplearla en los planes de dominación ideológica diseñados por el imperio en su favor.

El informe de la UNCTAD resulta revelador e ilustrativo de cómo, quienes todo lo contabilizan en dinero y arrogancia, son además los grandes promotores del monopolio tecnológico en terrenos tan sensibles como la comunicación humana.

Agencia Cubana de Noticias