El arranque del Curso, pensado para entender las particularidades del desarrollo profesional y detectar problemáticas comunes de los periodistas de la región -para unificar acciones- acusó un fuerte impacto al darse a conocer el asesinato de José Manuel Nava Sánchez, ex director del diario Excelsior, de México.

El asesinato, que engrosó la siniestra cifra de periodistas asesinados a manos de distintos sectores de poder –formales e informales, empresarios, políticos, sicarios- mereció el repudio de la FELAP y pesó como dato ineludible durante el transcurrir del Curso-Taller. El prestigioso periodista peruano Juan Gargurevich, se preguntaba alguna vez en una columna “¿Por qué se elige una profesión como esta?”

Vocación, oficio, pasión, pragmatismo, son algunas de las alternativas a su interrogante. La opción por una u otra respuesta tiene que ver con las condiciones en las que se ejerce el periodismo y –por supuesto- la dimensión ético - ideológica en la cual se ubican los colegas al momento de interpretar lo noticiable.

Pasaron unos pocos días. Al cierre de la actividad encarada por la FELAP, una de las organizaciones regionales más coherente en términos de ética e ideología, llegó la noticia del asesinato del periodista mexicano Roberto Marcos García.

“Doce disparos de bala”, aseguró la crónica que se atravesó en medio de la despedida a los colegas que, durante una semana, debatieron y aportaron a una mirada integral de lo que ocurre en países que ganan las portadas de los grandes medios en situaciones electorales, golpes de Estado o catástrofes naturales.

Retomando a Gargurevich, ¿por qué se elige una profesión como esta? ¿Vocación? ¿Pasión?

(*) Periodista y secretaria de Asuntos Profesionales de la UTPBA