No muchas entidades, personas y habitantes del Valle del Cauca saben que en la región se viene adelantando un trabajo que permitirá conocer los grados de exclusión que se viven y se sufren en nuestro departamento: el Informe de Desarrollo Humano (IDH) para el Valle del Cauca, que no es otra cosa que un debate amplio sobre las acciones necesarias para acelerar el Desarrollo Humano en una ciudad, en una región o en un país, dejando de lado las posiciones excluyentes que sufren todas las regiones de Colombia.

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) viene realizando desde 1990 este tipo de informes en más de 140 países. Esto con el ánimo de promover una concepción de desarrollo más allá de la económica, que otorgue a las personas un espectro de oportunidades amplio e integral, así como opciones que permitan el ejercicio de sus libertades.

En Colombia, el PNUD ha realizado dichos informes desde 1998, con el apoyo del gobierno, organizaciones sociales, académicos y la sociedad civil en general. Inicialmente se había realizado este proceso desde una perspectiva nacional, sin embargo recientemente se han promovido Informes de Desarrollo Humanos regionales y de ciudades. Es el caso de la Costa Atlántica, Bogotá y como ya se mencionó, del Valle del Cauca.

El Desarrollo Humano está definido como “un proceso sostenido de elevar la productividad, acelerar el crecimiento, ampliar la democracia, aumentar la equidad y reducir continuamente la pobreza”. En este orden de ideas, el objetivo de las políticas y programas de desarrollo no debe ser aumentar la riqueza, sino mejorar la vida; no debe ser lograr que el país o la región tengan más cosas, sino que sus ciudadanos tengan más oportunidades y más opciones. En otras palabras, Desarrollo Humano se trata del desarrollo “de la gente, por la gente y para la gente”, y es en este aspecto que se viene trabajando desde hace varios meses en la región vallecaucana sin que muchos lo sepan o los medios lo informen”.

En el Valle del Cauca, continuamente un grupo de profesionales liderados por Gustavo de Roux, van de aquí para allá y de allá para acá convocando a las organizaciones sociales, dialogando con las administraciones de los municipios, reuniéndose con desplazados, afrodescendientes, personas de la tercera edad, comunidades LGBT, mujeres, campesinos, expertos en educación, en conflictos, en salud, en fin, escrutando el sentir y el pensar de todos los niveles sociales y sus organizaciones para tratar de que ese informe le diga a Colombia, pero sobre todo a los vallecaucanos, acerca de las posibilidades que se tienen para que los habitantes de esta otrora destacada y prospera región, que no sabemos en qué momento perdió su brújula en busca del progreso para todos, le ofrezca a sus ciudadanos mejores oportunidades y mayores opciones de una vida digna y mejor.

Garantiza la independencia y veracidad del trabajo el comité consultivo que esta integrado por el PNUD, la academia, los expertos, las universidades, el gobierno departamental, los gremios económicos y sociales, empresariales, políticos, religiosos, pero ante todo y sobre todo: la gente del Valle del Cauca, a quienes se le está escuchando para la construcción del informe y se les está propiciando espacios de participación en donde dejan su huella de voz y pensamiento que es recogida para el producto final: el Informe de Desarrollo Humano para el Valle del Cauca.

Así, el Informe de Desarrollo Humano, más que un documento diagnóstico o indicador, es un proceso; un proceso de diálogo, análisis, discusión, construcción, inclusión, pedagogía, política (no desde el sentido de una postura, sino de una acción de decisión sobre la organización de la sociedad), pensamiento e incidencia políticas públicas.

Para un país como Colombia, los IDH son instrumentos relevantes de defensa de la vida, del respeto y del tipo de desarrollo que tiene a las personas como su propósito principal. En medio del conflicto, la desigualdad, la pobreza, la desconfianza, la debilidad institucional, el miedo y el silencio, este espacio se constituye en una forma construcción de lo público y del consenso sobre lo que queremos y necesitamos en el futuro, que permitirá una solución a ésta realidad, para dar paso a mejores, más incluyentes, equitativas y acogedoras regiones y ciudades... y finalmente a otra Colombia.

Ojalá los medios de comunicación, que deben de jugar un papel importante en ayudar a la reflexión colectiva se integren decididamente a este proyecto.