Así, son comprendidos en el escenario itinerante desde los vecinos que toman fresco en la vereda junto a perros siesteros, hasta los que han llegado más recientemente al barrio y fueron obligados a “resguardar” su humanidad, con los trenes encima –literalmente-, bajo las vías de la ex línea Roca.

El humor, la ironía, el grotesco, el despliegue creativo en las letras de canciones colectivas, y finalmente, esa troupe de niños que siguen naciendo, así en el teatro como en la vida, para comprometernos a no mirar fuera del escenario.

La propuesta teatral que ha cerrado el ciclo 2006, afortunadamente, podrá ser recorrida el año que viene.