El Partido Demócrata eligió a Silvestre Reyes, congresista por Texas y presidente del grupo hispano de ese partido, como próximo presidente de la Comisión permanente de la Cámara de Representantes para cuestiones de inteligencia. Reyes, ex comisario de la policía fronteriza, es conocido esencialmente por su trabajo en el control de la inmigración proveniente de México. Electo como congresista en 1996, Reyes cobra 165 200 dólares suplementarios al año por ser miembro de la mencionada comisión, a la que pertenece desde hace 10 años. Lo lógico es que en todos esos años el hombre haya tenido ya tiempo de entrar en contacto con los problemas esenciales de la política exterior y la defensa. Interrogado por la publicación Congressional Quarterly, el congresista Reyes demostró sin embargo su total ignorancia en cuanto al Medio Oriente. Se acordaba de que Arabia Saudita es sunnita mientras que Irán es chiíta, pero pensaba que al Qaeda es una organización «mayoritariamente chiíta» (sic) y no supo a qué rama del Islam adjudicar el origen del movimiento Hezbollah [1].

Silvestre Reyes tendrá en lo adelante acceso a la información de las agencias más secretas de la comunidad de inteligencia estadounidense, al mismo nivel que el presidente, el vicepresidente y el presidente del Senado. Su función consistirá en controlar, mediante el análisis de esa información, el trabajo que realizan dichas agencias así como la política exterior y de defensa que traza la Casa Blanca.

Su incompetencia constituye una garantía de la voluntad del Partido Demócrata de no entorpecer la acción de la administración Bush en ese aspecto.

[1«Democrats’ New Intelligence Chairman Needs a Crash Course on al Qaeda» por Jeff Stein, CQ National Security, 8 de diciembre de 2006.