Desde Bagdad. Medidas de excepción están en vigor hoy en las localidades de Tikrit y Samarra, tras el ahorcamiento del ex presidente Saddam Hussein, cuya ejecución es improbable que detenga la resistencia contra la ocupación militar extranjera.

El ex mandatario ascendió al patíbulo con calma y rechazó la capucha que le ofreció el verdugo, se constató, pues el ahorcamiento fue transmitido por televisión, excepto el momento de la muerte.

La ejecución fue precedida por una ola de versiones contradictorias sobre la fecha, al parecer difundidas por el propio gobierno para evitar manifestaciones en contra y pedidos de clemencia de gobiernos y personalidades opuestas a la pena capital.

El propio presidente norteamericano, George W. Bush, dijo en Washington que la eliminación del hombre al que convirtió en bestia negra no significa la solución de la crisis iraquí, su principal jaqueca polìtica.

El anuncio de la muerte de Hussein, derrocado por una invasión estadounidense en 2003, fue seguido de otro sobre un atentado dinamitero que ocasionó 31 muertos y casi seis decenas de heridos en el poblado de Kufa, según recuento preliminar.

Un desconocido, capturado y asesinado a golpes en el lugar de los hechos, colocó bajo un minibús el ingenio explosivo accionado por un mecanismo de reloj, según testimonios de testigos a medios de prensa.

Poco después informes confiables aunque fragmentarios reportaron otra detonación en un distrito al noroeste de esta capital, causante de siete muertes y 19 heridos, según fuentes hospitalarias.

De inmediato se carece de precisiones sobre el atentado, pero el ulular de las sirenas de las ambulancias hacia la zona confirma la veracidad de las informaciones del hecho, parte de la vida cotidiana en este atormentado país.

De otra parte, se informó la muerte de cinco soldados estadounidenses a causa de las heridas sufridas en combates en la provincia de al Anbar, uno de los bastiones de la resistencia nacional, y en Bagdad.

Las bajas letales fueron tres miembros del cuerpo de elite de la Infantería de Marina y, de los restantes, ambos adscriptos a la 1 División Blindada del ejército, uno cayó en la propia al Anbar y el otro en la explosión de una mina al paso de su patrulla en Bagdad.

Las muertes elevan a 108 las bajas definitivas sufridas por las fuerzas estadounidenses dislocadas en Iraq en lo que va de diciembre, ahora el mes más mortífero del año que agoniza después de las 105 reportadas en octubre pasado.

Horas antes de terminar 2006, el número de muertos en las filas estadounidenses en los últimos 12 meses es de dos mil 997, acorde con un saldo de aceptación universal, pero sin confirmación independiente.

En las apenas 36 horas que restan de año no se descarta que la ominosa cifra alcance la cantidad de tres mil muertes, mágica por su indudable repercusión en Estados Unidos, donde el rechazo a la permanencia en Iraq es cada vez más tangible.

Muestra Bush regocijo por ejecución de Saddam Hussein

Washington, 30 dic (PL) El presidente estadounidense, George W. Bush, se mostró hoy satisfecho con la ejecución del ex gobernante iraquí Saddam Hussein, suceso que según él marca el fin de un año difícil para sus tropas en el país árabe.

En breves declaraciones a la prensa en su rancho de Crawford, Texas, el mandatario alegó que la muerte de Hussein constituye un importante hito para la nación del Golfo Pérsico.

Bush reconoció que que las cosas no han ido bien desde que el ex jefe de gobierno iraquí fuera derrocado por la invasión anglo-norteamericana de marzo de 2003.

La ejecución de Hussein "no acabará con la violencia en Iraq", señaló el gobernante, a tono con el criterio de analistas, quienes estiman que el cumplimiento de la sentencia podría alentar acciones armadas de grupos insurgentes contra los ocupantes.

En opinión de Bush, muchas decisiones difíciles y sacrificios quedan por delante.

Este viernes, el diario The New York Times aseguró que el presidente norteamericano valora aumentar entre 17 mil y 20 mil el número de efectivos del Pentágono en Iraq.

El alza en las unidades militares se lograría en principio con el retardo del regreso a Estados Unidos de dos regimientos de infantes de Marina desplegados en la provincia de Anbar.

La Casa Blanca también evalúa nuevas iniciativas económicas para la nación del Medio Oriente, que -según el mandatario- junto con la ampliación de los efectivos, podrían ayudar a estabilizar el país.

El gobernante republicano se reunió este jueves en privado con su equipo de Seguridad Nacional para fomentar deliberaciones acerca de los cambios de la estrategia de Washington sobre Iraq.

En un contacto con reporteros congregados en Crawford, comentó que luego de semanas de consultas con altos funcionarios gubernamentales los nuevos planes de la Oficina Oval cobran forma.

Sin embargo, Bush precisó que antes de anunciar oficialmente su flamante programa bélico para el Oriente Medio, deberá realizar juntas adicionales con otros expertos de la Secretaria de Defensa y el Comando Central del Ejército.

Desde el inicio de la agresión en marzo de 2003, casi tres mil soldados estadounidenses murieron en Iraq, y otros 20 mil militares resultaron heridos, la inmensa mayoría debido a acciones de la insurgencia.

Fuente
Prensa Latina (Cuba)

Fuente: Prensa Latina, 30 diciembre 2006.