Según fuentes del sindicato de los trabajadores de la ONU, son necesarios mayores esfuerzos para que los responsables de esas muertes sean llevados ante la justicia.

La captura y castigo de los perpetradores debería ir junto con el análisis de esta situación, expresa la declaración, de acuerdo con la cual "pocas veces quienes atacan y matan a miembros del personal de la ONU pagan por sus crímenes".

El presidente del sindicado, Stephen Kisambira, precisó en una declaración que el pasado año 22 miembros de ONU fallecieron cuando realizaban su trabajo, 10 menos que en 2005.

Además de los asesinatos el pasado año, Kisambira denunció las numerosas violaciones de la independencia del servicio civil internacional en el mundo, y puso como ejemplo la detención y expulsión de miembros de ONU en Eritrea.

Pero el lugar donde más vidas dejaron representantes de la ONU en 2006 fue el sur del Líbano, durante las agresiones de Israel contra las fuerzas de Hizbollah, con 16 muertos o heridos.

El peor momento fue el 25 de Julio, cuando aviones israelíes realizaron un ataque aéreo que alcanzó un edificio y un puesto de observación de la ONU en Khiyam, en el sur del Líbano.

Ese día, recordó el presidente del sindicato, murieron cuatro observadores: el chino Du Zhaoyu, de 34 años; el austriaco Hans Peter Lang, de 44; el canadiense Paeta Hess-von Kruedener, de 43, y el finlandés Jarno M kinen, de 29.

Señaló asimismo la muerte de ocho guatemaltecos el 23 de enero en la República Democrática del Congo durante un ataque atribuido al Ejército de Resistencia del Señor, que ocasionó heridas a otros cinco miembros de la Misión de la ONU en ese estado africano.

Los ataques del 15 de marzo en Yei, sur de Sudán, con dos muertos, y de un chofer en Afganistán que trabajaba para el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia también fueron apuntados en esta declaración.

Fuente: Agencia Prensa Latina, IPI, 2 de enero de 2007.