Según un informe elaborado por las consultoras Thomson Financial y Dealogics, la industria de las telecomunicaciones -que incluye computación, Internet y electrónica- es uno de los sectores que más concentración sufre.

“Aunque los ejemplos son diversos muestran lo mismo: la intención crecientemente descarnada de controlarnos para aumenta la ganancias de cada vez menos, pero más poderosos”, afirmó Silvia Ribeiro, investigadora del Grupo ETC.

En Argentina, que conoció el furor delas fusiones en la década del ’90, el proceso mencionado tiene el sesgo de las absorciones, donde claramente predomina el poder de las trasnacionales -sobre todo estadounidenses- frente a los grupos locales.

El lunes último, en su columna en Clarín el periodista Daniel Muchnik analizó el fenómeno y afirmó que “la extranjerización esta afectando a las empresas argentinas”, ya que “la mayor parte de las grandes empresas nos financieras –dos de cada tres- que operan en el país esta en manos de capitales extranjeros o con una alta participación extranjera”.

En el mismo artículo, Muchnik sostiene que también como parte de esa ofensiva creció la concentración, ya que “el 10 por ciento de las empresas -50 compañías- se llevó el 68 por ciento de las ganancias de todo el panel productivo de acuerdo a un informe del INDEC”. La rentabilidad de este universo empresario – integrado por más de 500 firmas fuertes – casi se duplicaron en tres años. Incluso –señala el informe- superó en dólares las utilidades declaradas durante la década de los ’90.

Estos dos periodos mencionados –los ’90 y los últimos tres años- tienen en común que la rentabilidad acumulada no fue distribuida de una manera más justa.

El ejemplo más reciente de este fenómeno en Argentina en el plano de las comunicaciones y telecomunicaciones, es el caso de Canal 9, donde su ex propietario, el empresario y periodista Daniel Hadad, vendió el 80 por ciento de la emisora al grupo mediático que maneja el mexicano Ángel González, en 65 millones de dólares.

González -apodado “El fantasma”- genera polémica en Latinoamérica, ya que en varios países, y particularmente en Guatemala, se lo acusa de monopolizar la oferta televisiva.

Nacionalizado norteamericano, González dirige una cadena de televisoras que es la más importante cliente de la mexicana Televisa en todo el mundo y posee cuatro canales en Guatemala, siete en México, tres en Costa Rica y dos en Nicaragua, Ecuador, Perú, Chile y Paraguay, según datos sobre el holding que figuran en Internet.

Además, programa los canales 2 y 11 de República Dominicana y tiene una fuerte presencia radial con 11 estaciones en Guatemala, cuatro en Nicaragua, una docena en Ecuador y seis en Costa Rica.

Para poder concretar esta operación en términos legales se apeló a la nacionalidad estadounidense de González, dado que existe desde el gobierno de Menem un acuerdo bilateral entre Argentina y ese país en materia comunicacional denominado Tratado de Promoción y Protección de Inversiones Recíprocas -vigente desde 1991-, que permite este tipo de operaciones, como absurda y denigrante excepción de las ya cuestionadas leyes vigentes.

Por su parte, Hadad seguirá contando entre sus arcas con un 20 por ciento de Canal 9, las radios Diez, Mega, Pop, Amadeus y Vale; el diario económico Buenos Aires Económico (BAE) y el sitio web www.infobae.com, entre otros medios.