Se ha anunciado una “renegociación” con LAP, Lima Airport Partners, la empresita concesionaria del Aeropuerto Jorge Chávez. Por vez primera, el Estado plantea esa figura, las cuatro veces anteriores, traducidas en addendas, la una peor que la otra, y en perjuicio del Estado peruano, fueron impuestas por LAP con la patibularia y cómplice fraternidad de Ositran. Sin embargo, en tiempos de globalización, también hay “renegociaciones” que acaban de matar a los muertos y los pudren más rápidamente. Si el gobierno del “cambio responsable” no quiere hacerse protagonista ante la historia y el criterio implacable del pueblo, de una barbaridad, deberá plantear algunos puntos fundamentales.

En el 2003, Bechtel dejó de ser parte de la empresita de US$ 3 mil dólares, LAP, y “heredó” sus acciones a Alterra, entidad que está siendo expulsada por incompetente del Aeropuerto Juan de Santa María de San José de Costa Rica. Entre Fraport y Alterra absorbieron a Cosapi que quedó fuera y se extinguió con una jugosísima indemnización. Entonces ¿por causa de qué el individuo Gustavo Enrique Morales Valentín, de LAP, dijo en diciembre del 2006, en el antiguo Senado, frente a 200 personas vinculadas a la aeronáutica, que Bechtel era una de las firmas que avalaban la “capacidad y experiencia” de LAP? Este gato encerrado, se convierte en un felino de mayores dimensiones.

¿Servirá la “renegociación” para revisar in extenso, escrupulosa y detalladamente la Addenda 4, firmada por los Cucharitas y otros delincuentes? En ese mamarracho LAP logra la casi imposibilidad de construir la segunda pista del Aeropuerto Jorge Chávez y también fue autorizada a contraer, vía préstamos, obligaciones con dos bancos, uno norteamericano y otro alemán, por la suma de US$ 125 millones de dólares? ¿Qué ha ocurrido con esa obligación? ¿La están honrando? ¿Por causa de qué el Estado peruano tuvo que avalar dineros que llegaban como préstamos si la concesionaria, es decir LAP, era la indicada para aportar de sus recursos al desarrollo del terminal aeroportuario?

¿Será útil la “renegociación” para investigar cómo es que hay firmas comerciales tugurizando el Duty Free y otorgadas por facilismos non sanctos a empresas que no reunían las condiciones comerciales y de solvencia artesanal y especializada? ¿Y en cambio, porqué se botó a otras que sí tenían tradición peruanista, sentido estético y de buen servicio, años de gestión invalorable afincando en Perú cuando pudieron haberse ido a otros lados? ¿Se va a auditar la gestión del fenicio Jaime Daly, gerente de LAP, aquél que no dudó en febrero del 2005, en encabezar la turba que expulsó del Duty Free a los artesanos con su empresa Cexport?

¿Investigará la “renegociación” la evidente incompetencia de Alterra, una de las socias de LAP –con Fraport- merced al escándalo que protagoniza en Costa Rica donde han sido denunciados en la Contraloría y en la Asamblea Legislativa por tramposos e incompetentes? Reza el dicho: cuando las barbas de tu vecino veas cortar, por las tuyas a remojar. Alterra se pudre en San José de Costa Rica y aquí no hay motivo válido para pensar que no puede ocurrir algo semejante.

¿Contemplará la “renegociación” el trato a las empresas comerciales y las exigencias en beneficio del Perú? Recuérdese que Café Britt, empresa costarricense, acostumbra fabricar en China artesanía más barata a la que pone el marbete de Hecho en Perú. Hacen lo propio en Costa Rica, lugar donde nuestra amiga y aliada artesana, la valiente Albania Elizondo, acaba de ser denunciada penalmente por Café Britt firma que no duda en comprar conciencias con dólares contantes y sonantes. Pero, así lo constatamos en la Asamblea Legislativa de Costa Rica, Víctor Ramírez, de la Asociación Nacional de Artesanos y el que esto escribe, hay investigaciones sobre estos manejos sospechosos de fortunas que no tienen explicación.

Si the man or the woman is the style, poco hay que esperar de la peruanoide y obediente funcionaria Verónica Zavala. Aquella, su hermana y hermano (que era ministro de Toledo) ganaban al alimón, decenas de miles de soles en aquel régimen. Con desverguenza de tecnócratas, por definición, vendepatrias, siempre estaban listos para corroborar la expoliación del país vía concesiones o contratos lesivos, pero legales. ¡Siempre la legalidad hechiza y tramposa! ¿Alguien tiene certeza qué tipo de “renegociación” será la que se lleve a cabo con estos antecedentes?

¿Se quedará el Congreso, impresionante establo de mudos bien pagados, incapaz de salir de sus anonimatos eternos y capilla de líos menores y deleznables, siempre en silencio? No es de extrañar que la gente deteste a un Parlamento que no comprende que podría ser una herramienta de crítico criterio y no la carpa gigante de los chistes más malos que cualquier república pueda albergar.

A Mr. Jim Fullerton, el dictadorzuelo de LAP, que trata a todo el mundo como si continuara siendo el militarote gringo que fue, hay que decirle: wait and see, we’re not lambs!

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

¡Sólo el talento salvará al Perú!

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