¿Cuánto pesa la concentración de la propiedad de los grandes medios de comunicación para la pérdida de credibilidad que enfrentan?

Yo sostengo que luego de la década de los 70, en la cual la confrontación entre clases dominantes y dominadas fue realmente fuerte, y en la cual las primeras incluso pensaron que podían ser desplazadas del poder, éstas tomaron conciencia de algo que venían trabajando desde hace tiempo y es el hecho de comenzar a trabajar a nivel superestructural. Creo que el desate en la adquisición o control de medios de comunicación en la década del 70 nace de la experiencia de los países socialistas: la falta de control de estos mecanismos de la superestructura es la que llevó a la ruptura del problema estructural en esos países. Ellos vieron una gran lección en eso, por ello empezaron a adquirir, con plena conciencia, medios de comunicación.

Si revisamos la situación ahora, todos los grandes medios son controlados por nueve grupos, que tienen relación en términos consanguíneos, como es el caso de los Mantilla Mosquera con los Mantilla Anderson, que provienen, ambos, de los Mantilla Ortega, es decir, si restamos uno de ellos por ser de la misma familia, tendríamos ocho grupos.

Adicionalmente, cuando uno revisa quiénes controlan los medios de comunicación encuentra que se van conformando una especie de super grupos. Uno de ellos, a mi criterio es el conformado por el grupo Isaías, el grupo Vivanco y al cual colateralmente está unido el grupo Pérez (Pérez Perazo o Pérez Barriga). Entonces ya no serían ocho grupos, sino que se reducirían a cinco. Pero aunque si bien pueden estar ligados férreamente como estaban ligados alrededor por ejemplo en la revista Vanguardia, eso no se produce en otros grupos, donde tienen participaciones minoritarias, por ejemplo en Edimpres, que es la empresa editorial que controla el diario Hoy, donde participan los El Juri, los Vivanco, los Mantilla, etc. Eso ocurre en casi todos los medios y con ello, al achicarse los grupos adquieren más fuerza y ejercen un control mayor, con una circunstancia: en el país no existe una legislación que en el caso por ejemplo de la concesión de frecuencias, ponga límites. La legislación chilena por ejemplo no permite que nadie pueda tener más de una frecuencia, aquí hay medios que tienen 50 frecuencias, lo cual les da otro poder: no solo que controlan varios medios, sino que controlan casi todo el espacio radioeléctrico ecuatoriano.

Eso se entiende por cuanto en el país rige la libertad de mercado, más no la libertad de expresión...

Ese señalamiento es una cuestión básica. Todo problema de concentración implica una posición de exclusión, y esto entra en contradicción con cuáles han sido los postulados del libre mercado, porque el monopolio rompe, en tanto que la libre expresión hablaba de que todos podemos tener acceso. Si se rompió el libre mercado pues de hecho la libre expresión dejó de existir, porque no todos tenemos acceso, y no solo dejó de existir de hecho, sino que también se rompen todos los postulados legales. La Constitución te dice que todos tenemos derecho a manejar medios de comunicación, a crear medios, pero resulta una simple falsedad, porque al haber esta situación de monopolio ya no existe esa posibilidad.

Demanera general, el libre mercado no existe en ninguna parte, en términos puros, no porque las leyes no lo digan sino porque la realidad dice que eso no es posible. Y hay que mencionar que los países, incluido Estados Unidos, establecen leyes antimonopólicas, tratando de oponerse a este proceso normal, históricamente dado, del capitalismo, tratan de mantener la imagen de que es posible para todos acceder a...

¿Crees que los medios actualmente buscan recuperar espacio perdido en el tema de la credibilidad, haciéndose autocríticas en programas especiales como “Más allá del Raiting”, o con campañas promocionales de sus informativos?

Sí, buscan formas de recuperar credibilidad, pero sabiendo que las condiciones objetivas les van a obligar siempre a perderla. Esas acciones a mi criterio son un recurso ideológico para tratarnos de convencer de que ellos son capaces de revisar su situación anterior, pero si la realidad objetiva es la que conduce al aparecimiento de un fenómeno, no hay posibilidad de que ellos recuperen su situación anterior. Quieren decirnos: nos equivocamos, pero nosotros sí somos neutrales, independientes, etc., pero esa conducta que quieren hacernos creer que no es habitual, siempre lo ha sido, lo único que ahora ocurre es que es más evidente, y como la gente ya descubrió que es evidente, ahora tienen que convencerla de que fue simplemente un error pasajero. Lo que tenemos que tratar es de no fijarnos solamente en la manifestación inmediata sino en qué es lo que genera esa manifestación, y entonces recién comenzaremos a descubrir cuánto de carga ideológica tienen ese tipo de expresiones.