Con ese videíllo, que a no dudarlo ya debe estar en Youtube compitiendo en popularidad con el de la novia del futbolista Ronaldo y su nuevo novio (el de ella), los colombianos supimos varias cosas, a cual más enriquecedoras. Primero que sí hay un Ministro posesionado en esa cartera (y que no estaba vacante como decían las mismas firmas cazatalentos que hoy andan buscando jefe de prensa para Palacio (el de Nariño, no el Ministro), así como candidato parala Comisión Nacional de Televisión y reemplazo para Cesar Mauricio Velásquez en su Universidad, a ver si clasifica en alguno de los otros dos cargos).

Segundo, que ese es un método eficaz y altamente seguro; prueba de ello es que aumentó sensiblemente la popularidad del ministro (que mojó prensa como nunca lo había hecho) al tiempo que se incrementó el interés de los ciudadanos que literalmente bloquearon los conductos telefónicos de Profamilia.

Tercero, que en la decisión del Ministro nada tuvo que ver el alarmismo del IDEAM y la inminencia de la llegada del fenómeno del Niño.

Cuarto, que la operación no es definitiva y que se puede echar para atrás, como casi todo por estos días, como lo saben los fiscales del caso de Bancolombia, del corresponsal de Telesur, o los testigos e informantes en las investigaciones de Cajamarca y de la infiltración de los paras en el Das.

No importa que el Ministro, que ya tiene dos hijos, esté cerca de los 50. Por razones de logística no pudieron acompañarlo en la campaña el expresidente López y Fabio Echeverri. Tampoco interesa que éste haya sido uno de los primeros actos públicos del ejecutivo en el 2007, al que han denominado el año por la vida. Al fin y al cabo, el eslogan no aclara de quiénes.

Lo cierto, para citar al mismo ministro Palacio en abril de 2005 cuando la alcaldía de Cúcuta anunció que financiaría la esterilización de 3000 mujeres pobres cabeza de familia, el asunto prometía levantar una polvareda, aunque sin consecuencias a largo plazo.

Y así fue. Lástima eso sí que no hubiese sido en el Seguro Social y en compañía del veleidoso superintendente de Salud. Lo hubiesen cerrado con ligamento de oro. Aún así, son unos puntos más que suma literalmente el ministro, empeñado como está, al igual que el Dane, Profamilia, las casas políticas y Planeación Nacional, en que seamos menos, así sea por razones distintas.