Convocados por el Instituto Federal Electoral para saber qué ocurrió en las elecciones del 2 de julio, y en entrevistas por separado, los encuestadores manifestaron su preocupación de que lo que llaman el fraude mediático –campañas negativas o negras, e intervención del presidente, gobernadores y particulares– se repita en las intermedias de 2009.

Sostuvieron que la mayoría de los mexicanos está convencida de que no hubo fraude electoral, es decir, en la organización de las elecciones o en el conteo de los votos, como sostiene López Obrador.

Francisco Abundis, de Parametría, explica que “ciertamente el concepto de fraude se entiende de otra manera. Hubo irregularidades, no en el conteo de votos, sino de tipo mediático, sobre todo. Es, de hecho, como un fraude a la vista de todos”.

Para Roy Campos, de Consulta Mitofsky, tanto Felipe Calderón Hinojosa como Andrés Manuel López Obrador realizaron campañas negativas o negras, pero “ganó oficialmente el que menos errores mediáticos cometió”.

Edmundo Berumen, de Berumen y Asociados, dice que a la gente la mueven las campañas, las estrategias electorales de cada contendiente y de cada partido, la publicidad negativa y positiva, y los espacios noticiosos que las reseñan. “No es lo mismo 67 segundos de exposición negativa o positiva en un noticiero de difusión nacional, estelar, que 40 segundos en noticiero local”.

Ana Cristina Covarrubias, de Covarrubias y Asociados, asegura que “toda esa tranquiza de spots negativos y todo el aparato gubernamental con el presidente Fox, los medios masivos de comunicación, la iglesia y los empresarios juntos”, contribuyeron a la caía de la preferencia electoral de López Obrador, además del ejercicio del PAN en publicidad y creatividad, que fue muy efectivo, con base en mentiras.

Ulises Beltrán, de BGC, Beltrán y Asociados, sostiene que la derrota de Andrés Manuel es “autoinflingida”, porque se negaba a creer que las encuestas iban en sentido contrario a lo que él creía. Por ejemplo, explica, “el PAN aprovechó muy bien la imagen de autoritario que proyectó López Obrador con la expresión ‘chachalacas’ para hacer un spot y el perredista lo ratificó cada vez que salía en las noticias”.
Luis Carlos Ugalde, presidente del IFE

Cuando el PRD y su candidato contestaron con una campaña mediática negra en contra de Felipe Calderón, asociándolo con la autorización del Fobaproa y el “cuñado incómodo” Hildebrando Zavala, los panistas presionaron al IFE para que sancionara con rapidez a la coalición Por el Bien de Todos, ya que los spots les estaban restando puntos, recuerda Arturo Sánchez, consejero del IFE.

Luis Carlos Ugalde, presidente del IFE, aclara que el instituto en ningún momento evaluó impactos de la propaganda negativa, porque el mandato que tenían del Tribunal Electoral era ver si los spots de los partidos contenían elementos difamatorios, denostativos, etcétera. “Hubo 18 quejas para evaluar 29 spots, que elaboraron principalmente el PAN y la coalición Por el Bien de Todos, las dos principales fuerzas políticas”.

Fraude mediático

Francisco Abundis, candidato a doctor en Ciencia Política por la Uniersidad de Connecticut, con maestrías en las universidades de Oxford y Columbia, asegura que lo que se está entendiendo como fraude electoral no tiene que ver con el conteo de votos, sino con la legitimidad de las campañas negativas y la intervención del Presidente.

“Es de hecho como un fraude a la vista de todos. No es algo escondidito. De hecho, el Tribunal Electoral validó la observación de que hubo irregularidades, cuando dijo que el presidente Fox puso en peligro la elección. Que el tribunal diga que fue suficiente o no, ése es otro tema. Pero ciertamente este concepto de fraude se entiende de otra manera”.

Claro, precisa, no sólo fueron campañas negativas, porque López Obrador tuvo sus propios errores. Es decir, están los agravios reales y los errores, porque para el PRD o López Obrador es más fácil quejarse y no reconocer lo que hicieron.

El PRD y AMLO, asegura, también hicieron campaña negativa en contra de Felipe Calderón. “Y no hay capacidad de autocrítica. Entró a un juego mediático y obviamente tuvo spots. Es decir, entró a jugar con esas reglas, pero lo que pasó fue que perdió en los primeros meses de campaña, de febrero a abril, y cuando reaccionó en mayo y junio, ya no fue suficiente para superar a Calderón”.

Con estos antecedentes, le preocupa lo qué pueda venir en las elecciones intermedias de 2009. “Las irregularidades ocurridas en la elección presidencial no se han resuelto. Ese es el otro problema. No hay nada que diga que en 2009 no va a pasar lo mismo que en 2006”.

La resolución del tribunal sobre la elección presidencial de 2006 es, para muchos, una especie de manual sobre cómo hacer trampa, es un punto de referencia de lo que se vale y no se vale. Es decir, Calderón podría intervenir en la elección hasta el límite de ponerla en riesgo, como lo hizo Fox. Y lo mismo podría hacer el Consejo Coordinador Empresarial.

“Eso es lo delicado de la elección presidencial”, sostiene.

–Sin duda, lo mediático es lo que la definirá.

–En lo mediático tenemos un gran problema.

Roy Campos, quien tiene maestrías en estadística y actuaría, y diplomados en alta dirección empresarial y mercadotecnia, sostiene que tres de cada 10 personas tienen serias dudas sobre el resultado de la elección, motivados por quienes alegan que no se respetó la voluntad popular.

Sostiene que “no hubo ninguna prueba real de fraude electoral y sí muchas irregularidades, que se magnificaron por lo cerrado de la elección. Cosa que no sucedió en 2000 porque la diferencia fue de 2 millones de votos y no de 230 mil como ocurrió ahora”.

La derrota electoral de López Obrador se debió, más bien, al ataque mediático. Su derrota fue mediática, no hay duda, asegura. “Cuando tenemos una diferencia de un voto por casilla, es decir, si una persona hubiera cambiado su voto en cada casilla, el ganador hubiera sido López Obrador. Cuando estamos en eso, entonces todo influyó, sus errores y sus aciertos”.

Considera que Andrés Manuel tenía que haber previsto “que se le iban a venir encima, que lo iban a atacar en los medios, que le iban a decir mentiras. Él pudo haber hecho cosas en los medios de comunicación, porque de eso se trata una campaña: si te atacan, defiéndete. Entonces, apunta, la campaña la ganó quien menos errores mediáticos cometió”.

El ciudadano, apunta, no percibió las propuestas de los candidatos sino los mensajes en los medios de comunicación.

Dice que las encuestas señalan que “tres de cada 10 piensan que hubo fraude electoral. Siete, que ganó Calderón. El problema es que no hay que ver la mayoría aquí, sino que tres de cada 10 son muchos todavía, porque son 20 millones de mexicanos”.

–¿Calderón tendrá que ganar y convencer a los que creen que hubo fraude electoral, como en su momento lo hizo Carlos Salinas de Gortari?

–Sí.

Ulises Beltrán, ex asesor técnico de los presidentes Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, doctor en Historia Económica por la Universidad de Chicago, dice que tiene mayor influencia la cobertura noticiosa que la publicidad política en las elecciones.

Coincide en que no hubo fraude en las urnas como afirma López Obrador y su partido, y cree que si lo sostienen es por motivos políticos. “Ellos tendrán que definir tarde o temprano si son un movimiento social o si son un partido”.

Entiende que cualquiera pueda enojarse por perder la Presidencia que se tenía en la mano. Pero no duda que López Obrador dilapidó su ventaja a lo largo de la campaña –“eso es demostrable”–, con una actitud de desprecio a la comunicación masiva y a la mercadotecnia.

Publicado: Febrero 1a quincena de 2007