Ha denunciado Salvatore Mancuso esta semana que comandantes de las Autodefensas que no se acogieron al proceso de paz con el gobierno, y algunos que lo hicieron, han rearmado los grupos paramilitares y hoy cuentan con una cifra de combatientes cercana a los 5 mil hombres.

La sola noticia es grave, ya que demuestra que el proceso tiene falencias al no poder controlar a los reinsertados, quienes vuelven al delito. Quiere decir esto que la estrategia del siquiatra que esta encargado del proceso no es la apropiada, le esta mintiendo al país, de igual forma como lo ha hecho con los comandantes paramilitares y como al parecer lo hace ante su jefe, el Presidente Álvaro Uribe.

No es la primera ocasión, ni será la ultima en que Mancuso sostenga que el proceso de paz como se ha manejado no generara el resultado esperado de la paz y la reconciliación entre los colombianos. Y si estas palabras son del mayor líder paramilitar, algo deben tener de cierto. Tan cierto que en eso están de acuerdo amigos del gobierno, opositores, veedores internacionales y opinadores, que interpretan la realidad del país reflexionando que la formula empleada genera la creación de pequeños sociedades criminales, que actúan como pandilleros, más difíciles de combatir que los grupos organizados dependientes de lideres poderosos, como lo son Jorge 40 en las Autodefensas o Raúl Reyes en las FARC, para dar dos ejemplos de lideres del mal.

Sin embargo el siquiatra Luís Carlos Restrepo sigue aferrado a su cargo, campante, convencido de las mentiras que profesa, atendiendo poco a los medios para evitar desenmascarar la verdad que siempre se le ha encarado, ante la cual hace oídos sordos. La senadora Gina Parody, una uribista de pura sangre lo dijo, el ex fiscal Alfonso Gómez Méndez también lo sostuvo, que el proceso para que sea exitoso requiere otro manejo, y los dos y otros tantos que se han pronunciado en el mismo sentido han sido tratados de antipatriotas, atacados por los uribistas pasionales, pero seguidos por los uribistas racionales.

Ha sabido el siquiatra manejar con su jefe la pseudología fantástica, desarrollada por las personas que en sus mentes elaboran historias irreales con el único fin de que otra persona les preste cuidado. La técnica mitómana de adulterar la verdad ha sido la mejor obra del Comisionado de Paz, suficiente para seguir al frente de la oficina en la que en lugar de él, debe estar un equipo interdisciplinario desarrollando una verdadera estrategia de paz que le sirva a grupos de derecha y de izquierda para dejar las armas. Algo que no se vislumbra actualmente.

Después de la Seguridad Democrática, la paz en Colombia debe ser la prioridad como política del Estado, sin embargo, con la conducción dada en la actualidad, vale tomar las palabras de Mancuso “Como vamos vamos mal, el país va rumbo a la repetición de esquemas civiles de defensa o de ataque y de alianzas desastrosas”. Ojala y el Presidente pronto salga de la hipnosis en la que lo tiene el siquiatra y redireccione el proceso, para el bien de la patria y para brindarles confianza a los demás actores del conflicto que estáticos observan el desarrollo de las negociaciones con las AUC, antes de aceptar acercamientos con el actual gobierno.

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