Muchas naciones que se respetan asimismas tienen regimenes de trato preferencial para con sus adultos de la tercera edad. Es pues un reconocimiento por lo que dichas generaciones de ciudadanos han hecho por el país y por su sociedad. De ahí que en dichas sociedades se les otorga un trato preferente.

Esto se trasluce en las disposiciones que han otorgado para facilitarles la vida en los momentos en que más se requiere de una atención especial pues ya no se encuentran en el nivel de alta competitividad con los jóvenes que han ocupado su lugar. Con ello nos referimos a que la sociedad si tiene la obligación de velar porque se les otorgue un trato más justo y respetuoso.

Esta muy bien las disposiciones que se han adoptado en ciertos bancos, como el Banco de Crédito, respetando la Ley que dispone que se tenga una ventanilla especial para estos casos y de esa manera evitarles el tener que formar colas y largas esperas para ser debidamente atendidos, pero ello también debe ser extendido a otras actividades y en especial en lo que se refiere a los costos.

En muchos países, por Ley, se ha dispuesto que todos los jubilados, pensionistas y tercera edad, sean merecedores de un descuento en los pagos que efectúan en restaurantes, transporte, actividades artísticas, etc. como en la actualidad ya lo hacen los cinemas. No se está solicitando gratuidad sino un descuento porcentual, como ejemplo mencionamos que en Panamá todos los que están comprendidos en la tercera edad gozan del descuento del 10%, porcentaje que la empresa que lo otorga lo puede descontar de su impuesto, y que sepamos Panamá no es un país del Primer Mundo.

Otro acápite importante es el relativo de los seguros que para los de la tercera edad se hacen casi imposible de contratar. En principio, pasados los 70 años ninguna compañía acepta el asegurarlos. Incluso los que poseían una póliza privada de seguros los pierden, ya sea porque la edad les impide el seguir asegurados o porque la póliza es tan alta que les es imposible el sufragarla y si no se encuentran inscritos en el Seguro Social pues no tienen quien los atienda salvo en los hospitales del Estado, y en ese aspecto todos conocemos cual es la historia en los mismos.

Por lo tanto este es un punto realmente penoso. Consideramos imperioso que nuestros congresistas se aboquen realmente en este tema que beneficiará a quienes más lo necesitan y que en su oportunidad lo dieron todo por el país.