Algunos lo perciben incluso como una respuesta de las renovadas izquierdas a las fallidas experiencias que durante decenios se realizaron en los extintos predios soviéticos y de Europa del Este.

Se trata, afirman en ocasiones, de algo diferente, ajeno a los dogmatismos, voluntarismos, errores e insuficiencias del titulado "socialismo real", atolladeros que, dicho sea de paso, solo fueron una parte de la causa de muerte de aquel modelo, porque para hablar con entera objetividad, los otros condimentos fatales provinieron de la permanente hostilidad y agresividad del imperialismo global.

Pero vale preguntarse si lo que hoy se proclama cono Socialismo del Siglo XXI rechaza a los clásicos del tema o los confirma, si se asienta en la teoría revolucionaria original o la pone en solfa.

Criterios hay muchos, pero bien miradas las cosas, todo indica que la actual proclama no invita a otra cosa que a la aplicación de los enunciados claves del acervo originario.

Porque cuando cada gobernante promotor de cambios fundamentales habla hoy de asentarse en las raíces y realidades de su entorno nacional y a estar atentos al devenir mundial, no hace otra cosa que confirmar aquel precepto enunciado por Carlos Marx que llamaba a edificar la sociedad nueva no como receta única, sino a partir de las peculiaridades de cada escenario, e incluso haciendo uso selectivo de instrumentos de sistemas precedentes, pero útiles y válidos como experiencia acumulada para los pasos a asumir.

¿Qué indica esto en la práctica? Sencillamente que la revolución no es una copia al calco. Que los experimentos ajenos deben ser decantados antes de incorporar las aristas que entendamos útiles, que no habrá socialismo troquelado que pueda sobrevivir, y que edificarlo en salud es una obra de creación, inteligencia y lógica...un reto formidable para aquellos que asuman esa senda.

La historia, también indicaban con certeza los pensadores socialistas claves, discurre en espiral, y por tanto son inevitables sucesos e hitos amargos y dulces que requieren de su asimilación como acicate y como sedimento en la marcha adelante.

Es un cúmulo que debe ser tomado en cuenta crítica y analíticamente por quienes abren brechas cargadas de buenas intenciones, como avisos valiosos en la ruta para amasar una nueva y más promisoria mezcla.

Agencia Cubana de Noticias