Proclamamos nuestra más profunda condena a esa maniobra y convocamos a nuestros colegas del mundo a secundarla, consecuentes con nuestros principios éticos, profesionales y humanísticos. La verdad terminará por imponerse. La historia condenará a los que hacen de la injusticia el proyecto imperial al que los pueblos vencerán

La mentira vuelve a hacer vibrar de rabia los corazones justos. El engaño escudado tras una acción fraudulenta y grandes omisiones cómplices enardece a pueblos enteros, no solo al de Cuba y Venezuela, los más sufridos por las acciones criminales de quien ha sido puesto en libertad condicional y sólo enfrenta juicio por felonía menor.

El silencio ante la maniobra que beneficia al terrorista Luis Posada Carriles hace cómplice a quienes argumentan tecnicismos, presuntas imparcialidades y poco conocimiento del caso. Grandes medios de prensa, como los de Europa, siguen sin informar –y menos opinar- sobre este proceso. Callar y mantener a su público en la ignorancia abona el terreno a la impunidad.

Este es el proceso mejor argumentado en los anales de Latinoamérica contra un asesino confeso –jactancioso en su momento- que aprovecha lo mucho que sabe para chantajear sin palabras a la administración estadounidense, heredera de sus culpas y responsable de sus venideros crímenes.

Desde la Unión de Periodistas de Cuba proclamamos nuestra más profunda condena a esa maniobra y convocamos a nuestros colegas del mundo a secundarla, consecuentes con nuestros principios éticos, profesionales y humanísticos.

La verdad terminará por imponerse. La historia condenará a los que hacen de la injusticia el proyecto imperial al que los pueblos vencerán.