Por: Ramiro Vinueza y Franklin Falconí

Pasar las seguridades, a la entrada del Palacio de Gobierno, tal vez sea lo único que provoca algo de nerviosismo a la hora de asistir a un diálogo con quien dirige la Comunicación en la Presidencia de la República. Porque una vez dentro, el periodismo alternativo ya no parece un intruso, hay una sensación distinta, de familiaridad.

Al saludar con Mónica Chuji, secretaria de Comunicación de la Presidencia de la República, es inevitable fijarse en sus cálidas facciones amazónicas: no muy alta, delgada, ágil y afable, saluda y nos invita a pasar a su despacho. Atendía con gran concentración los reportes que los canales de televisión hacían sobre las dos manifestaciones antagónicas realizadas en Guayaquil ese día: la convocada por Jaime Nebot y la convocada por las fuerzas pro Constituyente de esa provincia. Mejor manera de romper el hielo, imposible: "pasan solo la concentración de Nebot", "Según las tomas parece no ser tan masiva"...

El flash informativo concluye y es el momento para iniciar el diálogo:

¿Cuáles son las principales diferencias entre lo que ha sido hasta ahora la política de comunicación del Estado con lo que ha iniciado usted al frente de esta Secretaría?
Una es la inclusión, basada en el principio de los derechos humanos y la posibilidad de que todos los sectores puedan tener acceso a lo que esta Secretaría hace. Esto implica la integración de profesionales de otros sectores, que no han sido tomados en cuenta en los gobiernos anteriores. Tenemos profesionales afros, indígenas, de la comunidad GLBT, que son profesionales con la capacidad de desempeñarse con solvencia en cualquier área.

Otra de las políticas es promover la comunicación intercultural, que es el reconocimiento y valoración de lo diverso. Si bien la frase: "la unidad en la diversidad" ha sido promovida por ciertos sectores, desde la comunicación hay la posibilidad de concretarla, y lo estamos demostrando.

Otra diferencia es que damos el mismo valor, la misma facilidad a los medios alternativos, comunitarios o independientes, que han sido excluidos siempre por los grandes medios, pues ya sabemos cuál ha sido su política y su forma de trabajar en relación con los sectores sociales. Para nosotros, los medios alternativos son súper importantes, tienen un público que les lee, que les escucha y, por tanto, el Gobierno tiene que valorarlos. Yo provengo de esos sectores excluidos y he trabajado para los medios alternativos y comunitarios. Eso no significa, sin embargo, que no les vayamos a hacer caso, o que nos desentendamos de los medios tradicionales, creemos que deben estar en el mismo nivel, porque ambos se disputan un espacio y un derecho.

Otra de las políticas tiene que ver con el medio de comunicación que el Estado posee, es decir, la Radio Nacional, a la que concebimos como un medio al servicio de la ciudadanía, que no existe solo para hacerle soporte al Gobierno, sino para darle la posibilidad de expresarse también a los otros sectores. Con esa concepción estamos buscando crecer la radio.

Hemos visto también la decisión de descentralizar la acción comunicacional del Estado ¿Se mantendrá ese trabajo con la radio?
Como el Presidente ha dicho, los medios han concebido al Ecuador como un país que solo es Quito, Guayaquil y Cuenca, el resto de provincias y ciudades no han existido, los negros solo existen cuando hay un escándalo, y lo indios cuando hacen movilizaciones u obstaculizan las carreteras. Así mismo los barrios marginales: ¿dónde están por ejemplo los moradores de Toctiuco, del Comité del Pueblo, etc.? Creo que estos sectores, que somos la gran mayoría, deben estar. En ese mismo sentido está pensado el canal de televisión; un canal público (no de Gobierno, sino público).

Se ha expresado mucha preocupación por parte de los medios privados, porque seguramente están pensando que se les va a quitar publicidad, pero eso no va a suceder, esta televisión pública será complementaria a la privada, va a estar al servicio de la ciudadanía, va a ser un ente autónomo y, por tanto, con una estructura como la de cualquier canal de televisión: va a tener noticias, pero no solo la noticia que se genera en Palacio, o en el escenario político, sino también la que se genera en otros sectores, en otras provincias. Tendría una cobertura nacional, y repetidoras ojalá en cada una de las provincias. Se plantea fortalecer la producción nacional y las productoras independientes; licitar y aprovechar de todo el producto nacional que tenemos, y si es que faltara, tener acceso a producción de países hermanos.

¿Cómo se piensa democratizar las inversiones publicitarias en medios, para que los procesos de comunicación alternativa que existen o que puedan surgir tengan el mismo derecho?
Lo que consideramos, por principio de equidad, es que los medios alternativos también sean beneficiados (aunque no me agrada mucho esta palabra) de la publicidad oficial. Esa es la forma que vemos para fortalecer la comunicación alternativa. Tomando en cuenta que nosotros no somos un ministerio, sino solo una Secretaría que depende de otro presupuesto. Porque si fuéramos ministerio podríamos disponer de una partida, pero como no lo somos, entonces podemos ayudar dándoles publicidad.

Todos los días recibo cartas de peticiones, y de aquí las mando al departamento correspondiente, para que en las campañas que se hacen sobre un determinado ministerio o tema se tome en cuenta a las radios y periódicos que nunca han sido tomados en cuenta.

¿Se reducirá algo del pastel de los medios grandes para entregarlo a los pequeños, o se aumentará presupuesto?
No se restaría presupuesto a los grandes medios, porque hemos llegado a acuerdos con ellos para que nos hagan descuentos. Con eso tendremos un margen que nos permita cubrir la demanda que tenemos de los otros medios, sin ánimo, por supuesto, de discriminar a los que no hablan a favor del Gobierno, porque hay rumores de que solo estaríamos dando publicidad a los medios que hablan a favor de nosotros. Eso es falso, este es un Gobierno democrático.

¿Ha recibido críticas por esta forma de ver la comunicación?
Sí, por ejemplo la revista Vanguardia destina dos páginas para criticar las cadenas de radio, en donde, según dice esa versión, estarían participando únicamente los medios que están alineados con el Gobierno. Y también sugiere que los periodistas que ahí participan no son periodistas, porque rompen los esquemas que según su visión define a un periodista. Es decir, ellos son los paradigmas que hay que seguir, y si uno se sale de ese esquema deja de ser periodista, deja de ser digno.

¿Ha invitado el Gobierno a participar como entrevistadores a esos ’ilustres periodistas’?
Por supuesto, hemos invitado a Diego Oquendo, que se excusó diciendo que tenía ya un compromiso adquirido y que en otra oportunidad asistiría, pero a pesar de ello, en la radio dijo que él tiene una política definida y que por eso no quería venir. Invitamos a Miguel Rivadeneira, pero nos respondió que no quería porque los periodistas que van ahí son quienes quieren brillar, hacerse propaganda, etc.

Mi opinión, como comunicadora social profesional, como periodista (he hecho periodismo desde 1992), es que esta actitud es terrible, me da mucha pena ver cómo la gente puede pensar todavía así. Es decir, les importa un comino el resto de medios, ellos son la opinión pública. Ahí es donde tengo que repetir lo que dice el Presidente: si el 80% de la población, o más, está a favor del Presidente, a ¿qué porcentaje de ecuatorianos representan estos dueños de la opinión pública?

Seamos realistas, es un insulto para los mismos periodistas que han venido de diversas provincias, el decir que están rompiendo con la tradición del periodismo. Bueno, claro que se está rompiendo con la tradición verticalista, de dueños de la opinión pública.

Yo sí me debo al periodismo popular, y lo digo orgullosamente. La idea es ampliar esto a periodistas no solo de radio, sino también de periódicos, que tengan la oportunidad de estar con el Presidente y hacerle preguntas.

También nos han cuestionado diciendo que ya tenemos un libreto establecido y que les condicionamos a los periodistas, lo cual también es falso, pueden preguntarles eso a los periodistas que han asistido. Ellos tienen toda la libertad de preguntar, de repreguntar al Presidente, lo que hemos tratado es de que sea lo más plural posible. Esto es un reto, porque es enfrentarse a este poder tradicional que se ha creído el dueño o el patrón de una hacienda.

Estos medios no solo que imponen agenda informativa, sino que también imponen un discurso...
Hemos visto cuál ha sido la reacción a una acusación falsa que se endilgó al Presidente, esa de que es el responsable de un bandalismo oficial, lo cual es completamente irresponsable. Pero muchos de los editorialistas ya han escrito también mucho de lo que han callado siempre, es decir, no pueden tirar la primera piedra sin que asuman que ellos también son los responsables de lo que ha pasado en el país.

La comunicación alternativa se trata también de que se planteen agendas distintas, porque sino seguiríamos en la dinámica de que los grandes medios impongan temática y enfoques. En este esfuerzo, ¿se siente usted enfrentada por ese poder?
No nos han dado tregua para nada. La Secretaria de Comunicación, en las dos primeras semanas, fue objeto de análisis de todo tipo. En la radio Visión, Diego Oquendo invitó a un politólogo, a un sociólogo, a un sicólogo, para analizar la personalidad de la Secretaria de Comunicación, y llegaron a la conclusión de que sufro complejo de inferioridad y una baja autoestima y que por eso no salgo a declarar en los medios de comunicación, lo cual me dio mucha gracia realmente. Yo soy una persona muy abierta, y las críticas buenas o malas no me afectan.

Pero ¿no da usted declaraciones a los medios?
Yo no puedo ser irresponsable. No puedo, por respeto al país, bajar y decir cualquier cosa. Tengo que estar en sintonía con el señor Presidente de la República y con el resto de ministros. La información tiene que ser oficial, no puedo salir a inventar.

Tal vez es la costumbre de los medios de tener un Secretario de Comunicación que era útil para encender incendios...
Exactamente. Yo estoy convencida de que al país hay que decirle la verdad, no andar con elucubraciones. No se trata de que yo deba decirlo todo, no soy la vocera de todos los ministros, soy la vocera del Presidente de la República. Lo que hemos optado por hacer, y que también ha sido objeto de crítica, es que los ministros hablen. Entonces ahora dicen que como no quiero hablar he adoptado otra estrategia, hacer hablar a los ministros. Para ellos yo tengo que ser todóloga: tengo que hablar de deportes, obras públicas, etc. ¡por favor!

Tal vez lo que resiente es que usted no es parte de esos mismos círculos que han estado manejando la opinión pública.
Yo una vez escribí una nota en la que decía que no soy de esa estirpe, y creo que eso no les gustó a muchos (risas).

Creemos que está bien que lo haya dicho. En todo caso, ¿existe confianza en el Presidente hacia usted y la Secretaría?
Por supuesto, gozo de la confianza absoluta del señor Presidente, todas las mañanas y cuando es necesario tengo contacto con él, porque coincidimos que no puede especularse con ninguna información.

Rafael Correa dijo que el rumor sobre un feriado bancario estaba manejándose desde los call center, eso puede ser un anuncio de lo que puede suceder más adelante. ¿Qué van a hacer en este tema?
El sabotaje ya lo estamos viviendo, y lo avizoramos cuando entramos: ningún cambio es asumido de manera pacífica por los sectores de poder, hay que decirlo: muchos medios de comunicación están vinculados a los bancos, como el Presidente lo dijo bien. Entonces hablamos de un poder económico que se está revelando en la forma de cómo se trata a la noticia. Mientras más sensacionalista, mientras más carga peyorativa, mientras más afecte el titular al Gobierno, mejor periodismo es. De esta forma nos atacan.

Nosotros seguiremos sustentados en la confianza que tiene la ciudadanía en el presidente Correa, tenemos una estrategia de comunicación para responder a esta avalancha. No podemos, sin la difusión de las noticias verdaderas, de los medios alternativos, luchar contra esta corriente, por eso requerimos de un periodismo objetivo y creemos que eso hacen los medios alternativos.