Un evento de trascendental importancia para la educación pública del país tuvo lugar en la Universidad Central del Ecuador, entre los días 23 y 27 de abril: el Segundo Congreso Nacional de Educación Pública “Educar para la libertad, educar para la Patria Nueva”. El evento, organizado por la Unión Nacional de Educadores, que contó con el auspicio del Ministerio de Educación, se desarrolló en todas las provincias y cantones del país, con la participación activa y entusiasta de los y las maestras, madres y padres de familia y educandos de todos los niveles.

Después de alrededor de tres meses de congresillos en todo el territorio nacional, se reunieron en Quito más de 3 000 delegados y, al calor de un debate franco y abierto de todos los problemas y perspectivas de la educación pública ecuatoriana, al final de la jornada, se resolvió aprobar un “mandato por la defensa y la transformación de la educación pública”, que contiene 29 demandas de los actores del proceso educativo, entre las cuales destacamos:

1.- La aplicación de un Proyecto Educativo para la Emancipación, forjado en el debate, en el análisis crítico y autocrítico de la educación actual, del papel de los y las maestras en la recuperación del espíritu emprendedor e innovador del magisterio, basado en nuestra realidad histórica cultural, que eduque para el desarrollo pleno del ser humano, en y para el trabajo como obra social humana y de plena satisfacción espiritual, que enseñe para el bienestar colectivo, que considere a la ciencia como un bien social, al arte y la cultura física como elementos para fomentar la solidaridad, que defienda la soberanía, la libertad, la igualdad de oportunidades, de trabajo y salud para todos y todas.

2.- La educación pública como un derecho de todos los hombres y mujeres de los pueblos del Ecuador.

3.- El cumplimiento obligatorio del Estado para la organización y el financiamiento de la educación como un sistema único. El Ministerio de Educación será el rector de la educación y gestor integral de la educación pública.
4.- La obligatoriedad de la aplicación y ejecución del mandato de los pueblos del Ecuador contenido en el Plan Decenal de Educación. Aprobación de la Ley de Financiamiento del sector Educativo que lo garantice.

5.- La provisión por parte del Estado del desayuno, almuerzo, textos escolares y uniformes para todos y todas los educandos.

6.- La constitución del Consejo Nacional de Educación como ente de elaboración de las políticas educativas, de los planes y direccionalidad de la enseñanza, con atribuciones vinculantes para todo el sistema educativo. Consejo que debe integrarse con el ministerio, la UNE, educandos, padres y madres de familia, de las organizaciones populares y de las nacionalidades y pueblos del Ecuador.

7.- La inversión de por lo menos el 6% del PIB por parte del Estado para la educación, para garantizar la gratuidad de la enseñanza, el ingreso y la permanencia de la niñez y jóvenes en la educación, para mejorar las condiciones de vida de los ecuatorianos.

8.- el fortalecimiento de los principios de laicismo, gratuidad y calidad en todos los niveles.

9.- La obligatoriedad de la enseñanza pública, desde la educación inicial hasta el bachillerato.

10.- Vincular la educación a la vida y al trabajo, como herramienta para el desarrollo de la sociedad, sustentada en los principios de libertad, democracia y solidaridad.

11.- La Escuela para la Emancipación asume la educación en la matriz histórico-cultural y reivindica los derechos sociales e individuales, el desarrollo integral de los pueblos y la construcción de la Patria nueva.

Evaluación y acreditación de las universidades: la Constituyente debe crear un nuevo sistema

La Décimo Segunda Mesa de Trabajo del Congreso Nacional de Educación Pública tomó importantes resoluciones, a partir de la discusión de ocho ponencias sobre la temática propuesta.

Según consta en los considerandos de la resolución, los actores del proceso educativo a nivel superior sostienen que siendo la evaluación educativa un proceso más que técnico ideológico y político, el actual sistema de evaluación propuesto por el Consejo Nacional de Evaluación y Acreditación (CONEA), está desarrollado desde una fundamentación filosófica positivista neoliberal.

En tal virtud, proponen que el proceso cambie y sea democrático y participativo, que incluya a los actores involucrados en su desarrollo; es decir profesores, estudiantes, empleados y trabajadores, así como representantes de la sociedad y comunidad. Que debe ser construido desde una visión dialéctica, ya que este tipo de procesos no se constituyen en un fin en sí mismos, sino en un medio para alcanzar el mejoramiento continuo, anhelo de todas las universidades.

Sostienen que la Ley Orgánica de Educación superior (LOES) limita la participación en el directorio del CONESUP de representantes docentes de institutos superiores técnicos y tecnológicos de las universidades públicas del país, cuestión que debe ser cambiada en el marco de la realización de la Asamblea Constituyente.

Y precisamente proponen a esa Asamblea un nuevo sistema de evaluación y acreditación, que considere parámetros que se ajusten a la realidad de cada una de las instituciones del país. Que se erradique el carácter punitivo de la evaluación educativa, dando prioridad a las autoevaluaciones y coevaluaciones, entendiendo el proceso así:

Autoevaluación: concebida como un proceso de reflexión interna para el mejoramiento continuo de las instituciones.
Coevaluación: concebida como el proceso de percepción de los pares institucionales (instituciones similares a la que se evalúa), acerca de la calidad de sus procesos; y
Evaluación externa: concebida como un proceso de examinación u observación de los anteriores procesos, a cargo de un organismo que certifique la calidad del proceso educativo desarrollado en cada institución.

Plantean, entre otras cosas, proponer a la Asamblea Constituyente una reforma a la LOES, a fin de que se permita mayor representación en el directorio del CONESUP de los docentes de universidades, escuelas politécnicas e institutos superiores técnicos y tecnológicos públicos del país, de acuerdo a la realidad nacional.

El reto del magisterio Comprometido

son aproximadamente veinte años en que se habla de cambio educativo. Las propuestas de reforma en este ámbito, en el siglo anterior, llegan a una veintena. En ninguna de ellas fueron los actores directos los maestros y maestras de nuestro país. Los resultados no han sido evaluados y antes de que termine un proceso se inicia otro, que aparece como moda y que, como es obvio, no responde a la necesidad de mejorar la educación. La lógica del sistema es “cambiar para que todo siga igual”.

Hoy los maestros y maestras asumimos de manera directa la responsabilidad de emprender en una propuesta de educación que sustente la necesidad de transformación por la que luchan y trabajan los sectores más empobrecidos del Ecuador. Se trata de una propuesta para la emancipación, para la libertad, para el desarrollo de la ciencia, la técnica, las culturas. Esta responsabilidad la asumimos como un reto para incursionar en una educación que verdaderamente transforme las prácticas pedagógicas que se han implementado para dar soporte a la situación de discrimen y dependencia en la que nos encontramos.

Este reto no es un asunto sencillo, pues se trata de implementar procesos de innovación educativa y reformas integrales que exigen un arduo trabajo para dejar de lado la educación tradicional, que es consustancial al tipo de sociedad profundamente inequitativa en la que estamos viviendo. Implica enfrentar al autoritarismo, memorismo, a la formación libresca, dogmática, acrítica, que se difunde porque está en los genes de esta sociedad capitalista, como parte de las relaciones sociales y los procesos de enajenación y alienación que estas relaciones conllevan.

La educación para la emancipación está orientada a desarrollar una educación que afirme un pensamiento científico, dinámico, dialéctico, creativo, liberador, contextualizado en nuestra realidad. La creación de una nueva “escuela”, como espacio para la formación integral de la niñez y juventud; de realización profesional y humana de los maestros y maestras; de integración democrática con los padres y madres de familia, de articulación escuela-comunidad; no solo es, por tanto, “un nuevo modelo pedagógico” sino una concepción diferente de educación, como un proceso importante para la transformación profunda de la sociedad.

¿Cuáles son los aspectos sustanciales de la educación para la emnacipación?

∑ Replanteo de la concepción actual del currículo: disciplinar, asignaturista, por una visión totalizadora, holística del mismo; que constituya una respuesta a las demandas socio-económicas, culturales y ecológicas del Ecuador; al carácter mismo como un país diverso, multiétnico y pluricultural; que tome en consideración las necesudades educativas de las personas y a su desarrollo bio-psico-social.
∑ La articulación de la educación con la salud, trabajo, recreación, arte, deporte y cultura para impulsar estilos de vida saludables y que generen formas de vida solidarias, humanas, honestas, opuestas al individualismo, corrupción, consumismo y otras expresiones decadentes que fomenta el capitalismo.
∑ Reformas de la base normativa actual a fin de que fundamente la organización y funcionamiento administrativo, técnico operacional del sistema educativo nacional, que en la actualidad está signado por concepciones uy preceptos neoliberales, lo cual implica proponer formas de organización y funcionamiento horizontales, democráticas y participativas inherentes a instituciones donde se trabaja con el conocimiento, la ciencia y las culturas.
∑ Implementación de procesos y estrategias metodológicas en el aula, que promuevan una educación de equidad, integral, ofreciendo en los procesos didácticos de aula, metodologías axiológicas, humanísticas y democráticas para obtener logros significativos acordes al avance científico, tecnológico y cultural actual.
∑ La interrelación de los procesos educativos con la investigación y la producción científica y tecnológica, para romper con la dependencia y generar procesos de autonomía y desarrollo cultural; que hagan uso adecuado de las inmensas riquezas naturales y culturales de nuestro país.
∑ El compromiso de la “escuela” con la sociedad; generando una relación permanente con los pueblos del Ecuador, con los sectores más empobrecidos para dar sustento a una nueva “escuela” que enseña y trabaja para el progreso de la mayoría de los ecuatorianos.

La condición esencial para el desarrollo de esta propuesta de educación para la emancipación es el compromiso en el trabajo de los actores y actoras directos de la enseñanza aprendizaje para su formulación, ejecución y evaluación; tomando como aspecto central de referencia, que necesitamos hoy, educar para la patria, para la libertad y para la solidaridad.

• Extracto del documento presentado al Segundo Congreso de Educación pública “Educación para al emancipación”.