El inminente vencimiento de la concesión de explotación de un segmento del espectro radioeléctrico por parte de las empresas IBC, en concordancia con el decreto 1529, del año 1987 durante el gobierno de Jaime Lusinchi, y la decisión autónoma y ajustada al ordenamiento jurídico del Gobierno de Hugo Chávez de no renovarle al canal privado RCTV dicha concesión de explotación, ha provocado en los dueños de ese canal televisivo una reacción de intolerancia y conductas propias de quienes se asumen intocables en todos los órdenes del estado de derecho.

Al regularizar por vía jurídica los permisos de uso de los diferentes segmentos radioeléctricos que hasta 1987 tenían una duración de un año, renovable por igual período y, al convertirse dichos permisos de uso, vía decreto presidencial, en concesiones por períodos de veinte años, se determina la caducidad de dichas concesiones a un plazo fijo.

Es así como RCTV en 1987 obtiene su concesión de explotación, (como quienes obtuvieron concesiones de explotación minera o en el área de hidrocarburos o en cualquier otro ámbito), de ese segmento específico del espectro, el cual, si las matemáticas no fallan, se vence este año 2007.

La alharaca desaforada emprendida desde los altos mandos de RCTV, con Marcel Granier, como muchacho de mandado de los Phelps, dueños de las empresas IBC, propietarias del canal televisivo, ha ido in crescendo a medida que se acerca la fecha del 27 de mayo, cuando vence la aludida concesión.

Este muchachito bien, cuya única cualidad es el estar casado con una de las propietarias del grupo IBC, se ha convertido, por mandato expreso de quienes lo mantienen, en el paladín de la defensa de la libertad de expresión, según y como entienden los dueños de RCTV dicha libertad.

No ha habido espacio nacional o internacional donde este gris personaje no haya acudido con su discurso-cassette a repetir las mismas idioteces de ataque a la “libertad de expresión” porque el estado, ha decidido, por boca del Presidente Constitucional de La República Bolivariana de Venezuela, NO RENOVAR LA CONCESIÓN A RCTV.

Se ha recurrido al recurso de hacer ver que el Gobierno va a cerrar el canal bajo una pretendida retaliación política por la línea editorial de RCTV, abiertamente opuesta al proceso de cambios políticos, sociales y económicos que se adelantan en el país.

Pero, ¿cuál es la verdadera motivación de la reacción de IBC?

Como toda empresa capitalista, RCTV está defendiendo su derecho a producir dinero, ganancias, es decir, más capital proveniente de la plusvalía producto de la explotación de sus empleados y obreros. Una empresa que factura por concepto de publicidad la bicoca de trescientos millones de dólares al año, no está precisamente interesada en la libertad de expresión, sino en no perder el privilegio de obtener tan altas cifras de beneficios, usufructuando un bien que pertenece a todos los venezolanos, como lo es el espectro radioeléctrico. Y ¿Qué recibe el pueblo a cambio de esa concesión a RCTV? ¡¡Basura televisiva!!, adocenamiento ideológico, transculturizacion, racismo, exclusión, venta de antivalores, consumismo desmedido, pornografía, violencia y mentiras a granel, noticieros con evidente sesgo político-económico.

No veremos a Marcel, ni a Peter Bottone, ni a Enrique Guía, ni Hernán Pérez Belisario, ni a ningun otro accionista en la calle defendiendo sus intereses capitalistas. Para eso les pagan a los periodistas y utilizan, como cualquier mercancía o insumo, a trabajadores, actores, actrices, figuras del pasado histórico del canal, en mensajes sensibleros, dirigidos a provocar sentimientos de lástima y adhesión por parte del público usuario de la señal del canal 2.

Los planes estratégicos recomendados por asesores extranjeros a RCTV, solicitados por Marcel Granier y cuyo costo sobrepasa los cien millones de dólares ($100.000.000,00), están desarrollándose al pie de la letra.

Los viajes y lobbies realizados por EL MUCHACHO DE MANDADO en algunos países tales como Chile, Colombia, México, USA, Europa, etc., tienen como propósito presentar a Venezuela como un país forajido, donde “la libertad de expresión está siendo masacrada” por la tiranía que aquí impera. Donde el régimen no admite disenso, ni críticas y donde todos los poderes están en manos del Dictador. La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), mafia integrada por los dueños de las empresas privadas de comunicación, al servicio del capital, del departamento del estado gringo, en última instancia, fieles lacayos del imperialismo norteamericano, ha sido uno de los instrumentos utilizados por Marcel en la reciente asamblea anual del organismo, realizada en Cartagena de Indias, Colombia.

La Comisión Interamericana de los Derechos Humanos de la OEA, también ha sido visitada por EL PRÍNCIPE CONSORTE, tratando de obtener de esa mediatizada comisión, pronunciamientos en contra de Venezuela, solicitando medidas cautelares y una declaración donde se señale al Presidente Chávez como reo de delitos de lesa humanidad, por violación del derecho humano a la libertad de información. ¡Que Bolas!

Todos los medios impresos capitalistas del continente, fieles exponentes de las más abyectas ideas fascistas, neoliberales y de derecha, han puesto su granito de arena en la construcción de una matriz de opinión continental, para presentar a Venezuela y particularmente al Comandante Hugo Chávez, como un mal ejemplo para la América latino-caribeña.

En la sociedad socialista en formación que construimos en la actualidad, no caben los antivalores que vende RCTV. La señal que revertirá el 27 de mayo a manos del estado, debe apuntar a un cambio de paradigma en la programación futura de la señal televisiva. Debe contemplar la inclusión de la gran mayoría de los trabajadores de RCTV, hoy silenciados por los patronos y manteniéndose a la espera de los anuncios del gobierno en materia de su inclusión en la plantilla que comenzará a operar dicha señal a partir del 28 de mayo próximo. Los productores independientes aportarán sus conocimientos a esta nueva televisión, constructora de valores nacionales y por encima de todo, de valores de solidaridad, de ayuda mutua, de trabajo asociado, de ética y moral bolivariana y socialista.

Pero se debe dejar claro que RCTV no es algo puntual y coyuntural; el empoderamiento de los medios privados radioeléctrico por parte de los ciudadanos es una tarea impostergable para la construcción de la sociedad socialista que queremos. Ese 80% del espacio radioeléctrico que actualmente está en manos de capitalistas privadas, debe ser progresivamente transferido al pueblo, para que sea el ductor y emisor de los mensajes y contenidos que eleve los niveles de calidad de vida espiritual y política de la ciudadanía en general, dando prioridad a lo nuestro, sustituyendo esos perversos enlatados extranjeros, por programas endógenos, donde se incluyan sin distingo a todas las regiones del país.