a) Después de tres días de paro total, los trabajadores de radio Nacional junto con la UTPBA lograron un aumento salarial que dejó bastante atrás el tope oficial y que, luego de ser aprobado por unanimidad en una masiva asamblea, debió saltar el intento de obstrucción que conducciones de otros gremios realizaron en el Ministerio de Trabajo, donde en principio se habían negado a firmar lo aprobado por todo el personal en la mencionada asamblea.

b) Un paro decidido por la asamblea de los trabajadores de prensa de Crónica TV, en respuesta a la pobrísima propuesta salarial llevada al Ministerio de Trabajo por la patronal, obligó a ésta a revisar su decisión, reiniciar el diálogo y acordar, finalmente, un aumento salarial que promedia el 26%, la recategorización de 12 productores y una consideración particular para las categorías más bajas. Otra asamblea, también numerosa, votó por unanimidad la propuesta.

c) Un paro de 24 horas en América TV fue la contundente respuesta de los trabajadores de prensa a la decisión empresaria de negarse a discutir salarios en la órbita del Ministerio de Trabajo.

d) Frente a la negativa de los dueños de la agencia Noticias Argentinas de considerar un incremento salarial que signifique que nadie cobre menos de 1.800 pesos, las asambleas permanentes –que ya se extienden a más de tres horas- van marcando un nivel de firmeza de todo el personal que adelanta una importante decisión en la asamblea de mañana viernes.

e) Los trabajadores de la agencia ANSA resolvieron en una asamblea que contó con la totalidad del personal, y con la presencia de la UTPBA, un paro de actividades –que ayer se cumplió total y efectivamente- en reclamo de un aumento salarial que la empresa con capitales italianos viene negando hace tres años. El inicio de la medida coincidió con una similar declarada por los trabajadores de la sede central en Italia. Los trabajadores recordaron que desde enero de 1994, el desfasaje de los ingresos asciende a marzo último al 92,92 por ciento en promedio, aún con los ajustes otorgados por la empresa. Esta brutal caída del poder adquisitivo ocurre, además, en momentos en que las empresas privadas argentinas otorgaron en promedio ajustes del 132,3 por ciento, desde diciembre de 2001 a marzo de este año.

Los periodistas agregaron que la feroz devaluación del peso argentino en 2002 frente a las monedas duras como el dólar o el euro, redujo de hecho los costos laborales de ANSA en Buenos Aires al 25/30 por ciento de los niveles históricos. Es decir, los costos se redujeron a la cuarta parte. La asamblea adhirió, además, a la preocupación de los colegas italianos de ANSA Roma respecto del anuncio de un recorte de personal, ya que una situación similar se vivió en el servicio latinoamericano a fines de 2006, como oportunamente denunció ANSA Buenos Aires junto con la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA), recordaron los compañeros.

f) Dos masivas asambleas, la última realizada ayer, rechazaron la decisión de los dueños de Canal 9 de no querer discutir salarios en la cartera laboral. La resolución de la primera asamblea obligó a la empresa a retornar al diálogo, trayendo una propuesta rechazada por unanimidad, al tiempo en que se insistió en la exigencia de volver a sentarse en el ámbito ministerial, junto con la UTPBA, que estuvo presente en la Asamblea.

g) En Universitas (El Derecho), luego de mucho tiempo sin posibilidades organizativas dentro de la empresa, que hace poco cambió compulsivamente a un grupo de trabajadores de sindicato, se alcanzó un acuerdo salarial que significa un promedio de aumento que supera el 60%. Tras varias reuniones de distintos compañeros con la UTPBA se resolvió la forma de intervención para el pedido de aumento de salario, que contemplara la demanda de los trabajadores de prensa de esa editorial, con un resultado que todos consideraron satisfactorio.

h) El pasado 23 de mayo la UTPBA presentó una seria denuncia ante el Ministerio de Trabajo respecto de la situación que atraviesan los trabajadores de prensa de Canal 26 (propiedad de la empresa Eventos Producciones SA). Entre los distintos puntos se señala que desde hace más de 60 días a los 13 trabajadores del área de cámaras no se les da tareas periodísticas en la calle; que luego de denunciar, una vez más, en diciembre de 2006, el incumplimiento del Convenio Colectivo fueron robadas cinco cámaras en diversas situaciones; que la tarea que corresponde realizar a los trabajadores del Canal se efectúa por medio de contrataciones de terceros ajenos a la empresa, quienes trabajan con cámara propia y auto, reemplazando en forma ilegal a los camarógrafos de la empresa, a quienes se les niega tareas, violando uno de los deberes del empleador que es el de dar ocupación efectiva, creando un razonable marco de sospecha acerca de cuáles son las verdaderas causas de esta conducta empresaria.

Los trabajadores del Canal se vienen reuniendo con la UTPBA desde hace meses, enfrentando persecuciones e intimidaciones empresarias –como en su momento fue la prohibición de afiliarse a la UTPBA-, así como la impunidad de negar siempre en el Ministerio de Trabajo su condición de canal de noticias, debido a lo cual, mienten reiteradamente, no trabajan periodistas. La lucha colectiva logró, meses atrás, modificar esta aberrante actitud patronal; la misma voluntad de lucha que hoy enfrenta a esta amenaza empresarial, que puede esconder desde el vaciamiento hasta los despidos masivos.

i) En Buenos Aires Herald, luego de varias asambleas y de reuniones con la empresa, se alcanzó un aumento salarial que para las categorías más bajas significan un 40% (el promedio general supera el 25%) y se logró que la empresa reconociera, después de 6 años, el porcentaje por antigüedad.

j) Después de varios años La Prensa volvió a elegir delegados, con alto nivel de participación y la fiscalización de la UTPBA. El primer paso de la nueva comisión interna será ir por un inmediato aumento de salario.

k) Mañana viernes hay reunión con Telefé por el tema salarios, cuestión ésta que generó encuentros de la UTPBA con compañeros que por ahora no cuentan con niveles organizativos importantes pero sí con voluntad y decisión de asumir iniciativas colectivas.

l) Ya hubo una audiencia con la Asociación de Radiodifusores Privadas Argentinas (ARPA), en el Ministerio de Trabajo, donde la UTPBA y los delegados rechazaron una propuesta salarial empresaria y en los próximos días, además de una nueva audiencia, habrá reuniones en distintas emisoras para discutir sobre los pasos a dar.

Se trata de un escenario no tan diferente del cuadro general integrado por conflictos de distinto tipo, en donde el evidente predominio de luchas salariales permite también observar que se retoman, con una intensidad menor, planteos reivindicativos por derechos convencionales.

Y este panorama en nuestro gremio que se acaba de enumerar necesita de algunas reflexiones e interpretaciones.

Porque el intento de los grupos televisivos de derivar a la cámara del sector la discusión salarial –que incluye la persistente defensa por parte de los trabajadores de artículos del Convenio de prensa televisada específicamente vinculados con la cuestión- con el objetivo de dilatar y entorpecer encontró como respuesta masivas asambleas en varios medios rechazando la maniobra y exigiendo otras reglas de juego, que tanto las asambleas como las reuniones de los delegados de todas las emisoras junto con la UTPBA habían definido.

Y cuya primera manifestación fueron las cuatro reuniones en el Ministerio de Trabajo, en un mismo día y de manera consecutiva, donde en forma separada pero con un mismo reclamo salarial las comisiones internas y la UTPBA formularon su reclamo salarial. Hubo, y hay, una estrategia común para enfrentar el atropello y la impunidad que la resuelven los trabajadores y su organización y eso duele y preocupa.

Esa tarea combinada originó que debido a la delicada situación que atraviesan los trabajadores de prensa de Canal 26 –explicada más arriba- varias asambleas decidieran (negándose a una práctica habitual entre la corporación patronal del sector) no entregar material conteniendo notas a la empresa de Alberto Pierri.

El surgimiento de luchas y/o reuniones en varios medios con escaso ejercicio gremial, que muestran la inquietud y participación de muchos nuevos compañeros, se da en paralelo con otras peleas convertidas en verdaderas batallas, en las que intervienen varios factores, como en los casos de radio Nacional y Canal 7 (el estado como patrón y como juez, la existencia de organizaciones con política ajenas a los trabajadores y que confrontan a aquellas expresiones sindicales que se basan en la participación, la democracia y las asambleas privilegiando sus acuerdos cupulares con quienes ocupan, transitoriamente, funciones en el Estado), diario La Nación, el movimiento colectivo de las radios, el largo camino de conflictos que nunca dejan de recorrer Crónica diario, Perfil.

Todos ellos no son parte de un movimiento único, que combina al unísono cada paso haciendo abstracción de fuerzas y calidades organizativas distintas. Preservar lo construido, canalizar las primeras voluntades de muchos de defender lo que les corresponde y no perder ni audacia ni sorpresa supone, a un mismo tiempo, enfrentar profundas desconfianzas culturales sobre el valor de la lucha colectiva, además de la necesidad de ganarse o consolidar –según los casos- la representatividad, un atributo clave que no se compra en ningún lado y que sólo se conquista, nunca eternamente, en el compromiso de lucha cotidiano; aunque sepamos que hoy no se puede enfrentar ninguna batalla cotidiana sin entenderse con una política que atienda el plano mas general de la confrontación planteada, sobre todo tomando nota que los medios son, más que nunca, parte del poder dominante, y que aplican hacia su interior la lógica mas salvaje del sistema capitalista en el que se sustentan –y al que naturalizan como único posible-, cuando la rentabilidad e incidencia de los principales grupos alcanza valores tan altos como inéditos.

Claro que ellos han empezado a tomar nota, hace un tiempo, que el neoliberalismo –el instrumento que mejor los representó en los últimos 20 años- ha dejado de ser el Padrenuestro y que la defensa de los derechos al trabajo, a la salud, a la educación, a una vida digna han pasado a formar parte de ejes de luchas ya no de las organizaciones que lo hicieron en conmovedora minoría durante años sino de muchas sociedades de la región. Y que en algunos países la dictadura mediática empieza a encontrar opositores serios, que ponen en discusión y en disputa el sentido de la comunicación, como se acaba de ver en Venezuela.