Esa ausencia obligada permitió fortalecer el vínculo con el barrio, y con los distintos colectivos organizados, y continuar una construcción que Radio Gráfica sostiene con su entorno. Esta práctica se sostiene en la idea de concebir a la comunicación como una herramienta estratégica de la organización política y la experiencia traumática les dio un espaldarazo para adueñarse del derecho social a la información. No como un privilegio sino en ejercicio pleno del sentido que adquiere la libertad de expresión en un contexto democrático.

El reposicionamiento de la radio se lanzó con una programación especial para después continuar con su dinámica habitual. Contó con el apoyo y presencia de referentes de organizaciones sociales políticas, sindicales y barriales, trabajadores de la cultura, vecinos, sumado a todo el colectivo de la emisora.

Haciendo un poquito de historia desde principios de mayo, se creó alrededor de la radio un amplio movimiento de solidaridad que logró frenar el intento de cierre. Más de 300 firmas de organizaciones, entra las que se encuentra la UTPBA, y personalidades sirvieron para demostrar que Radio Gráfica es de todos y todas. Incluso la legislatura porteña la declaró de “Interés Social y Cultural”, por su labor para y con los vecinos de la zona sur de la ciudad.

Desde diciembre de 2005, Radio Gráfica transmite las 24 horas desde la Cooperativa Gráfica Patricios, y son parte de esta fábrica recuperada por sus trabajadores, quienes, con mucho esfuerzo, lograron que los ex dueños de los “Talleres Gráficos Conforti” no bajen las persianas y dejen en la calle a decenas de familias. Hoy, la radio también comparte su espacio con una Escuela Secundaria de Reingreso y un Consultorio Odontológico comunitario.

Esta experiencia de recuperar la palabra de Radio Gráfica permite en este tiempo de poderes prestados, ser concientes que la categoría de ciudadano está indiscutiblemente asociada a la calidad del modelo democrático que amplía o limita el uso pleno de las facultades que hacen a esa condición.