Bolivia es un país soberano y como tal toma las decisiones que considera defiende su interés nacional. La reciente negativa al lanzamiento de negociaciones con la UE (en su casa además) nos parece un gravísimo error que compromete seriamente la integración andina, más allá de la voluntad de sus actores.

Si bien Bolivia tiene un comercio marginal con la UE (de lejos el menor de los andinos), es el mayor receptor de cooperación europea de la CAN. Asumir que el acuerdo de asociación con la UE es lo mismo que el TLC con EEUU, parece estar a la base de la decisión.

El Acuerdo de Asociación además del componente comercial, tiene también los aspectos políticos y de cooperación. Europa ha aceptado trato especial y diferenciado y lo ha ratificado ante una consulta de Ecuador, por lo que no habrá un trato similar al del EEUU. Reconoce las asimetrías y la necesidad de discutir su tratamiento sea en lo comercial o la cooperación. Rechazar el acuerdo por lo negativo que se juzga a priori lo comercial, parece un reduccionismo cuestionable. Más aún cuando la cooperación incluye aspectos novedosos, que van más allá del mero asistencialismo, tal como se puede apreciar en los acuerdos con México y especialmente Chile.

En el plano meramente comercial, una característica típica de los acuerdos norte-sur, es el trade-off entre acceso a mercados y concesión en disciplinas (propiedad intelectual, inversiones, compras del estado, etc.). Bolivia quiere excluir del saque estas últimas, con lo cual simplemente no hay negociación posible. Una cosa es que se planteen posiciones duras en las mismas mesas durante la negociación considerando principios válidos del enfoque boliviano (como los citados trato especial y tratamiento de asimetrías),y exigir a Europa que sea consecuente con las ofertas mencionadas y especialmente con la del fortalecimiento de la integración e institucionalidad andinas. Lo otro es patear el tablero, y para eso mejor decirlo claramente y no postergar más las definiciones.

La Unión Europea ha sido un factor de cohesión de la CAN, y Bolivia lo sabe. Gracias a la extensión del plazo para el proceso de valoración conjunta, en medio de la crisis por la suscripción de los TLCs con EEUU y el retiro venezolano, Europa creó el espacio para que hubiera un consenso mínimo andino y Bolivia asumiese la presidencia. No debió hacerlo, debió retirarse con Venezuela en ese momento y precipitar la crisis. Su actual decisión está dinamitando uno de los pocos factores de cohesión que en este momento tiene la CAN.

Bolivia quiere ser miembro pleno del MERCOSUR, ¿allí también pretenderá vetar la negociación con la UE? ¿cree que lo hará con Venezuela y que el resto de socios lo permitirán?

El gobierno boliviano, ha tomado la posición de las ONGs que han cuestionado el documento Europa global de la Comisión Europea, el mandato negociador europeo, y formulan la solicitud que por el tema de los paramilitares-gobierno en Colombia, se suspendan las negociaciones. ¿En qué favorece a Bolivia esta decisión? ¿tiene conciencia del daño que le hace a la integración andina?

Su Tratado de Comercio de los pueblos no tendrá el éxito relativo que ha tenido la consolidación de ALBA, pero para eso no se necesita liquidar los acuerdos de integración realmente existentes. ¿Así se fortalece la nueva sigla UNASUR, que también petardeó la incipiente Comunidad sudamericana de Naciones?

Están creando las condiciones y el pretexto para que Perú y Colombia pateen también el tablero, y ahora si Europa acepte como probabilidad negociaciones que no sean en bloque. Asimismo, para que se diga que los proyectos de desarrollo y de inserción internacional son incompatibles y hay que liquidar la CAN

Será el más grande favor al proyecto de EEUU, ya que se pondrá una cuña en la integración sudamericana, y se fortalecerá el proyecto Pacífico –hemisférico con los países que apoyaron el ALCA. Contribuirán al renacimiento (aunque más pequeño) del ALCA, el del neoliberalismo y los TLCS tipo NAFTA que Bolivia cuestiona

Si Bolivia pretende persistir con su posición liquidacionista, debería anunciarlo ahora y no crear una nueva frustración en Tarija en la Cumbre Andina de mediados de mes. Que renuncie a la CAN, se incorpore plenamente al MERCOSUR a ver si le va mejor y que no convoque a la Cumbre sino al acto de defunción de la CAN. Aunque, todavía puede tener flexibilidad. Por ejemplo, podría inspirarse en la que está mostrando en el cambio de su posición histórica en su actual negociación con Chile