Al respecto, Adolfo Aguirre, secretario de Relaciones Internacionales -quien se encuentra en Ginebra, junto a José Rigane, secretario de Organización y Horacio Meguira, director del Departamento Jurídico- describió cómo se realizaron las tratativas: “En primer lugar, hemos llegado al comienzo de la Conferencia sin que el caso argentino esté en la lista de los casos que se tratarían. Así que hablamos con distintas organizaciones y con la directora de la Comisión de Normas de la OIT, Cleopatra Doumbia-Henry. Luego nos reunimos con la plenaria de la Confederación Sindical Internacional -expresó Aguirre-, donde solicitamos el respaldo de la CSI para que se incorpore el caso argentino. Así, gracias a que el vocero de los trabajadores, Luc Curtebec, se mantuvo firme en la posición acordada y a que contamos con el apoyo de las Comisiones Obreras de España y la CGT de Francia, que también acompañaban las gestiones que estábamos desarrollando. Hasta que cuando se leyeron en los 25 casos, que era lo que estábamos esperando que llegara, el primer caso que estaba, era el de Argentina. Así que ahí terminó una primera etapa que era lograr que el caso estuviera en ésa nómina”, indicó el dirigente.

El dirigente ceteatista agregó que en la Comisión Plenaria de Normas: “Hicimos la defensa de por qué planteamos que en la Argentina no se respeta el convenio 87 de Libertad Sindical. Enumeramos una serie de casos concretos donde se viola la libertad sindical en Argentina. Planteamos casos concretos del compañero Guillermo Carrera de Ford, la situación en Wall Mart, el asesinato de Carlos Fuentealba y también planteamos que el objetivo nuestro era tratar la no adecuación de la legislación argentina a los postulados del Convenio 87, ya que la Argentina, ratificados esos convenios, el organismo competente e internacional como la OIT, varios años había estado manifestándose, solicitándole al gobierno argentino que se adecuara a este convenio.”

Aguirre señaló que en la intervención sobre el caso argentino, muchas centrales declararon su apoyo, entre ellas del PIT-CNT de Uruguay, Comisiones Obreras de España, las Centrales de cuatro países nórdicos y otras centrales que no tomaron la palabra pero manifestaron su apoyo, como las organizaciones gremiales paraguayas, la UNT de Venezuela, la CGT de Francia. “La mayoría, o casi todas las centrales apoyaron la postura de la CTA y a la CGT no la apoyó absolutamente nadie más que los voceros de los gobiernos y los empleadores, diciendo que en la Argentina, por los informes que daba el gobierno estaba todo en orden”, indicó el secretario de Relaciones Internacionales de la Central.

Como resultado, se obtuvo una resolución muy contundente a favor de la CTA que urge claramente al gobierno argentino -ya dejó de ser una solicitud-, que acelere los cambios en la legislación para que en la Argentina se respete el Convenio 87 de libertad sindical y el reconocimiento a través de la personería gremial a nuestra Central.

En comunicación telefónica con este medio, Aguirre no disimuló su alegría, a pesar del cansancio por las agitadas jornadas que atravesó: “Todo fue con mucha pelea. Logramos que estuviera, que se tratara, y que la resolución que saca la Comisión de Normas de la OIT sea tajante: ya son muchos años y es hora que en la Argentina se haga lo que se dice que se quiere hacer. Creo que este es un paso más en el planteo que venimos haciendo y que obviamente esperamos poder materializar. No solamente con estos pasos, sino con lo que hagamos con el conjunto de los trabajadores argentinos para que las 1400 organizaciones simplemente inscriptas, puedan gozar de todos los derechos que gozan aquellas organizaciones que tienen personería gremial”.

Repercusiones en la Argentina

Mientras tanto, en una conferencia de prensa, el secretario general de la CTA, Hugo Yasky, junto otros miembros de la mesa Nacional, se mostró muy contento: “En primer lugar este es un avance muy importante para la Central. Además legitima y legaliza esta construcción a pesar que todavía no contamos con la personería gremial, que le seguimos reclamando a este gobierno. Porque pienso que hay un temor a la libertad sindical, a que los trabajadores puedan resolver con plena capacidad y por su propio derecho en qué sindicato encuadrarse y la forma de lucha. Hay temor a la autonomía, a un sindicalismo que no tenga ataduras y creo que ese es un gravísimo error. Tanto del sector empresarial, que por supuesto tiene intereses muy concretos que defender porque piensan que un sindicalismo libre puede poner en riesgo su rentabilidad, como también por un sector del sindicalismo que no entiende que es necesario democratizar el movimiento para que recupere fuerza, transparencia y fundamentalmente credibilidad ante el conjunto de la comunidad”, pronunció Yasky.

El eje de la discusión estuvo en la incompatibilidad de la Ley 23.551 (Ley de Asociaciones Profesionales) con dicho Convenio Internacional Nº 87 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), respecto a la libertad y democracia sindical. Allí se decidió intimar al Gobierno argentino a otorgar la personería gremial a la CTA y a reformar la ley sindical adecuándola a ese Convenio, para que finalmente haya libertad sindical.

Desde que la ley sindical vigente fue sancionada en 1989, fue tratada por la Comisión de Expertos de la OIT en trece oportunidades y recepcionada por la Comisión de Normas en los años 1988 y 2005. Hubo dos misiones de contacto directo y más de seis misiones de asistencia técnica. Sin embargo, la ley no ha sido modificada, ni ningún proyecto de ley fue enviado al Congreso de la Nación por el Poder Ejecutivo.

La Central de Trabajadores de la Argentina lleva tres años solicitando la personería gremial y ha recibido continuamente la denegación del reconocimiento oficial a pesar de las diversas tratativas y resoluciones de la OIT a favor de la solicitud de la CTA.

# Nota publicada por la agencia ACTA (http://www.agenciacta.org.ar/article5227.html)