Hasta la actualidad, los restos humanos más antiguos del Ecuador (generalmente cráneos) se han encontrado en Otavalo, Cotocollao, Punín, Paltacalo, Real Alto y Las Vegas.
Es un hecho verdadero que el origen del hombre ecuatoriano es el resultado de las generaciones descendientes de los primitivos cazadores nómadas que llegaron hace más de diez mil años al continente americano desde el Asia, atravesando el hoy llamado Estrecho de Bering.
Estos cazadores, al desplazarse hacia el Sur del continente, arribaron hasta el actual territorio ecuatoriano, recorriendo a lo largo y ancho de las tres regiones naturales (Costa, Sierra y Oriente). Al respecto, se han encontrado evidencias materiales que demuestran la actividad fundamental a la que estuvieron dedicados los primitivos hombres del Ecuador en los primeros tiempos: se trata de los instrumentos de roca volcánica de la cual elaboraron las puntas de flecha y de lanzas, hachas de mano, raspadores y cuchillos, que fueron utilizados para la cacería de animales muy grandes como los mastodontes, osos de las cavernas, armadillos gigantes, caballos y llamas andinos; que pertenecieron a la megafauna continental ya desaparecida hace algunos miles de años.
En realidad, la nación ecuatoriana al inicio fue habitada por los grupos humanos nómadas que caminaron por todo el continente. De esta manera, llegaron aquellos primeros cazadores primitivos desde las diferentes direcciones: naturalmente lo hicieron por el Norte, también por el Este, desde la región Amazónica, y además desde el Sur del continente.
Hasta la actualidad, los restos humanos más antiguos del Ecuador (generalmente cráneos) se han encontrado en los siguientes lugares: Otavalo (provincia de Imbabura), Cotocollao (provincia de Pichincha), Punín (provincia del Chimborazo), Paltacalo (provincia de Loja) y Real Alto y Las Vegas (provincia del Guayas).
Los cráneos humanos fósiles de Punín, Paltacalo y de Otavalo tienen rasgos físicos muy parecidos entre sí: caja craneana poco elevada y alargada hacia atrás. El rostro posee un abultamiento horizontal en la base de la frente y los dientes son grandes. Estas características son muy semejantes a los cráneos hallados en el sitio de la Lagoa Santa en Brasil, y en varios lugares de América y de otras partes del mundo, inclusive en Australia, que corresponden al nivel evolutivo de Homo Sapiens Sapiens. Sin embrago, cuando se menciona en los textos estudiantiles en cráneo de Punín se dice de una manera que considero no muy clara, que es “Puninoide australoide de la raza de la Lagoa Santa”, cuando sería mejor decir: con rasgos particulares de Homo S’ Sapiens.
Es de lamentar que todavía no haya un conocimiento exacto sobre la verdadera antigüedad de los restos fósiles hasta ahora encontrados. Por ejemplo, el hombre de Punín, que es considerado el más antiguo de todos, tiene una datación de 4995 años. En cuanto al cráneo del hombre de Otavalo se le han hecho dos dataciones, pero increíblemente dieron fechajes diferentes: el uno de 28000 años y el otro de 500 años antes del presente, ¿cuál es la verdadera antigüedad el primitivo hombre de Otavalo?
Realmente causa indignación el saber que en nuestro país no ha habido suficiente preocupación de las instituciones u organismos encargados de cuidar el patrimonio nacional , y en este caso para siquiera datar la antigüedad exacta de los primeros habitantes del Ecuador. Ojalá ya la tengamos pronto para beneficio de la cultura del país.
Varios milenios después de la presencia de aquellos primeros pobladores del territorio ecuatoriano, fueron llegando por el Oeste desde las numerosas islas del Océano Pacífico, aprovechando las épocas cuando los vientos y las aguas superficiales vienen con dirección a nuestro país, audaces navegantes, frágiles embarcaciones, que siguieron las corrientes marinas de 5000 Km., y se encontraron con el continente americano. En los objetos de cerámica de varias culturas precolombinas ecuatorianas, hay evidencias que indican la probabilidad de este hecho. Luego, con el paso del tiempo, hubieron contactos por tierra y por mar entre nuestras culturas ancestrales y otras del continente Sur y Centro Americanas, lo que hizo robustecer el contingente aborigen e indígena. También hallamos evidencias de la llegada de navegantes de raza negra, la cerámica de las culturas del Período de Integración, es decir, por lo menos unos 500 años antes de la llegada del grupo que logró su libertad de los barcos esclavistas en las costas de Esmeraldas (1553).
Sin duda, el Ecuador siempre ha sido el destino hallado o buscado de las diferentes razas humanas.
En definitiva, todos estos primeros habitantes que poblaron las regiones naturales que conocemos, formaron la base de nuestra vigorosa nacionalidad ecuatoriana.
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