En los actuales momentos en América Latina, se ha despertado una nueva corriente social y política con tendencias democráticas, progresistas y de inspiración izquierdista, que ponen nuevamente en el tapete de la discusión al socialismo, como una alternativa necesaria y posible, frente a la crisis del sistema capitalista y su secuela de explotación y miseria.

En este despertar ideológico, los artistas e intelectuales de nuestra América Mestiza han tomado su lugar de vanguardia, y es así como asistimos a un resurgir de las diversas manifestaciones culturales de nuestros pueblos, en los campos del arte y la literatura, que se expresan con su pensamiento y sus prácticas contestatarias e irreverentes, para oponerse al sistema establecido, oponerse a la degradación social y a la depredación ambiental, rescatar el derecho de todos los pueblos a su liberación definitiva, y presentar propuestas válidas para la construcción de un mundo nuevo.

Esta corriente emancipadora presente en Ecuador, Venezuela, Bolivia y otros países de nuestra América, ha despertado el interés de muchos artistas e intelectuales ecuatorianos, que quieren dejar la neutralidad y asumir su compromiso social y oponerse a la cultura dominante y a la colonización cultural imperialista, para lograr una sociedad más justa, independiente y democrática.

Dentro de este contexto, los días 6, 7, 8 y 9 de junio, se llevará a cabo, en la ciudad de Guayaquil, el Segundo Congreso de la Unión Nacional de Artistas Populares del Ecuador, UNAPE, evento en el que se pondrá de manifiesto la posición definida de nuestro movimiento cultural y artístico que ha tomado posición frente a la realidad social de nuestro país y ha definido que la contemporaneidad del artista actual está íntimamente ligada a los procesos de cambio y de transformación social, que se oponen a la cultura y a la dominación imperialista yanqui y a la hegemonía de la cultura dominante en manos de la oligarquía, adoptando las tendencias culturales que asumen posiciones patrióticas, democráticas y progresistas, que buscan la emancipación económica, social, política y artística.

Los artistas que militamos en la UNAPE estamos conscientes de que el Arte Popular, como experiencia social, viene de las profundidades de nuestra milenaria historia, se funde y desarrolla en la tradición insurgente de los pueblos indígenas, negros y mestizos del Ecuador y por eso ha desarrollado un arte crítico, de resistencia, con un mensaje libertario y revolucionario. Es un arte que ha tomado partido por los trabajadores que producen la riqueza y no pueden gozar de ella, por los campesinos que siembran y que no pueden comer lo que ellos producen, por las nacionalidades indígenas, pueblos y etnias agredidas y oprimidas social y culturalmente por cientos de años, por las mujeres explotadas y discriminadas, por los niños que nacen destinados a una muerte temprana debido a la miseria y a la desnutrición.

Los artistas e intelectuales populares, miembros de la UNAPE, reconocemos esta realidad social, de ella tomamos la materia prima para nuestra producción estética, pues creemos que el arte no es solamente una “manifestación del espíritu”, sino que surge de la vida social y material del artista.

Sobre este tema, el documento que servirá de base para las deliberaciones del II Congreso de la UNAPE en Guayaquil, manifiesta: “La relación dialéctica entre la realidad y nuestras habilidades y nuestras maestrías artísticas, convierte nuestras creaciones en obras vivas, porque permanecen en los sentidos del público, llama a la liberación de los oprimidos, convence a los indecisos, a los revolucionarios, levanta a los arrodillados, anima a los desesperanzados, denuncia en dónde se encuentra el pecado social, desenmascara al genocida y conduce a la superación colectiva de los desposeídos”.

Y agrega: “Los artistas populares pintamos, escribimos, danzamos, cantamos, actuamos, en definitiva creamos, desde un pensamiento político progresista, democrático y revolucionario, abordamos con nuestras obras las contradicciones de la sociedad capitalista; nos rebelamos ante la suciedad y la corrupción del sistema; defendemos los espacios para la nueva expresión que se rebela y se atreve a no guardar silencio, pues rechaza la fatalidad, la evasión y el pacifismo que castran la voz de los oprimidos y, por lo mismo, rechazamos la perversa maquinaria del mercado del espectáculo, que banaliza el arte y donde tiene cabida solo el beneficio individual”.

Por otra parte, el Documento reitera que: “Los artistas e intelectuales de la UNAPE, uniremos nuestros talentos y nuestros esfuerzos para que la Asamblea Constituyente cumpla con el propósito de abrir los caminos para un Ecuador soberano, independiente, sin tropas extranjeras en nuestros territorio, que racionalice la explotación de nuestros recursos naturales en beneficio del pueblo y el progreso del país, que desarrolle una economía productiva, que atienda las necesidades de educación y salud, que reconozca y defienda la diversidad cultural y nacional del Ecuador, que permita el florecimiento de las artes populares donde los poetas, músicos, pintores, los cineastas y los científicos, tengamos el acceso a los recursos y a los espacios en donde podamos investigar, crear y exponer nuestros trabajos”.