En esta obra, que cuenta con ilustraciones de Juan Manuel Sánchez, Penelas recorre los climas y las imágenes de la inmigración, la pobreza, el trabajo y la dignidad como también la pertenencia a una cultura que sobrevivió a la persecución y el hambre: “… las voces de mis padres que viajaban hacia el lugar de la ausencia, hacia el no-lugar.

Eran la prolongación de la aldea en un barco, sin raíces ni huellas, una errancia, una certeza inquieta en los entrepuentes; en realidad, en la bodega, debajo de la línea de flotación, en grandes dormitorios sin ventanas, sin ventilación ni luz, donde miles de hombres, mujeres y niños se amontonaban. ¿Cómo se llama? ¿Tiene familia aquí? ¿Es usted anarquista? ¿Es usted epiléptico? Se me prohibió nacer en el país de mis ancestros, hablar la lengua de mis padres; debía ser un fragmento de olvido y de memoria”.

La lectura de Romancero de la melancolía es diáfana e invita a construir la historia en una polifonía con el autor que recorre lugares y tiempos tan dispares como conocidos por el dolor o la esperanza: “Pero el joven poeta ya había sido desnombrado otra vez –fotografías y cartas en sobres marrones eran de Ropavejero-, la letra menuda de Roberto Santoro en himnos combatientes, en gaviotas blindadas, en diarios secretos llenos de otros bosques, de otras voces…”.

Carlos Penelas nació en 1946, colaboró con el suplemento literario del diario La Prensa; desde 1995 hasta 2006 fue columnista de Galicia en el Mundo y en la actualidad lo es del diario Nueva Rioja. Publicó una veintena de libros de poesía y prosa como Conversaciones con Luis Franco (1978), Los gallegos anarquistas en la Argentina (1996), Diario interior de René Favaloro (2003) y Crónicas del desorden (2006), entre otros.

En el sitio de Internet www.carlospenelas.8k.com incluye sus artículos y poemas.