Merced a la extrañísima disposición del inspector AVSEC-DGAC, Luis Sipán Hernández, el viernes 22, se canceló el vuelo que Aerocóndor debía emprender hacia Iquitos. El personaje de marras había llegado en una camioneta nada menos que de LAP, Lima Airport Partners, la empresita que aún tiene la concesión del Aeropuerto Jorge Chávez al área de la empresa aeronáutica y so pretexto de una mala revisión de equipaje, con los pasajeros a bordo y listo el avión para partir, se zurra en la autoridad del comandante Jorge Durán e impide la prosecución del itinerario. Es conveniente advertir que Aerocóndor ha empezado a ganar más preferencia en el público y que antes ya hubo campañas de destrucción de imagen como ocurrió con Wayra.

¿Actuó sólo el inspector Luis Sipán Hernández? Fue transportado por un vehículo de LAP y es evidente que seguía órdenes del jefe AVSEC César Matos. ¿Era la primera vez que se producía un incidente de esta naturaleza? No. Según lo expresado en programa televisivo por el abogado de Aerocóndor, Julián Palacín, esta era “la quinta o sexta vez”. Pero la historia tiene ribetes explicativos, si por explicación se puede entender la venganza o la extorsión. Veamos.

La empresa Longport presta servicios para la revisión de equipajes a través de Lima Airport Partners a las aerolíneas. Sus costos son seis o siete veces más caros. La representante legal de Longport, inscrita en los registros públicos, es la ingeniero agrónoma, Vanessa Oliveros. Pero ¡oh coincidencia! esta misma profesional fue contratada en el 2005 como ¡inspectora AVSEC de la DGAC! es decir para seguridad de la aviación civil. Es obvio deducir la habilidad que una ingeniero agrónoma pudiera demostrar en aeronáutica. Pero este es un asunto que tendrá que aclararse porque hay una empleada de la DGAC que a su vez, representa, a una empresa que da servicios en el área.

Como los costos para revisión de equipajes eran onerosos, Aerocóndor, canceló su vinculación con Longport, empresa de la ingeniero que trabaja en la DGAC, Vanessa Oliveros, a las órdenes de César Matos y que se entiende a las mil maravillas con Lima Airport Partners. Entonces ¿no es presumible que deben emplearse todas las “políticas” para retornar a las “ovejas descarriadas” como Aerocóndor, al redil? ¿Cómo se explica que ya revisado el equipaje total del vuelo de Iquitos y con el pasaje en la aeronave lista para partir, se cancele dicho traslado al oriente?

Un testimonio sostiene lo siguiente: “Los pasajeros de Aerocóndor eran turistas de varias nacionalidades que tenían conexiones a Estados Unidos y Europa por lo que tenían que llegar (retorno a Lima) al Aeropuerto Internacional Jorge Chávez a horario y en cumplimiento del itinerario programado…….habían turistas extranjeros, funcionarios de organismos extranjeros, directores del gobierno regional de Loreto..etc.”

Más aún, ante la cancelación del vuelo a Iquitos y su retorno: “Varios pasajeros y turistas extranjeros en Iquitos enterados de esta situación manifestaron su repudio a esta política abusiva del ministerio de Transportes que a través de estos funcionarios públicos, inspectores DGAC –César Matos y Luis Sipán Hernández- estaban originando daños a 236 pasajeros, muchos de los cuales perdieron sus conexiones internacionales y otros como el suscrito no pudieron asistir a compromisos profesionales pactados con antelación en Lima, además de agraviar económicamente a la empresa de aviación Aerocóndor (US$ 500 mil dólares), beneficiando, con esta actitud prepotente, los intereses particulares de los competidores, especialmente LAN y forzando a esta empresa peruana (Aerocóndor) a que contrate nuevamente a Longport”.

No mucho atrás el gobierno de Alejandro Toledo propició por activa y pasiva, la destrucción y quiebra de Aerocontinente que entonces tenía el 70% del mercado nacional de que hoy goza LAN; esa misma administración permitió, por lo menos dos de las addendas (forma legal de enajenarse aeropuertos) –ver ¡Estafa al Perú! ¡Cómo robarse aeropuertos y vivir sin problemas! http://www.voltairenet.org/article148321.html y facilitó o limpió el terreno para la competencia y hoy estamos como estamos. Cuando Wayra quiso pelear el mercado, los disparos o cañonazos le alcanzaron y ya no existe, por lo menos aquí. ¿LAP quiere destruir Aerocóndor? ¿Y para beneficio de quién?

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

¡Sólo el talento salvará al Perú!

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