Desde el masivo rechazo a las elecciones parlamentarias de octubre del año 2001 y las masivas insurrecciones espontáneas de diciembre de ese mismo año, un nuevo proceso político y económico ha comenzado en Argentina. A partir de esa fecha 5 presidentes se turnan en el gobierno en apenas unas semanas, de estos Rodríguez Saa y Eduardo Duhalde también deben enfrentar grandes manifestaciones una de las cuales hace renunciar al primero, mientras el fracaso de un ensayo de represión para probar las fuerzas del pueblo obliga a llamar a lecciones al segundo. Sólo luego de dilatadas controversias y dificultades pudieron imponer el nuevo gobierno dirigido por Néstor Kircher.

La estrategia de acumulación basada en el remate de las empresas publicas, la paridad entre el dólar y la moneda nacional, que permitió máximas ganancias a las empresas privatizadas por sus tarifas dolarizadas, a consta del endeudamiento Estatal y su consecuente reducción de los presupuestos estatales para salud, educación etc. y una destrucción casi total de la legislación protectora del trabajo, (lograda por el terror del desempleo que fue la forma que la democracia burguesa utilizo para continuar el terrorismo torturador y genocida de las dictaduras anteriores); se agotó.

Esta forma de explotación y saqueo denominada neoliberal y presentada como única opción ante la crisis terminal de la estrategia keynesiana, colapso por su éxito (ya que no dejo prácticamente nada por saquear) pero al mismo tiempo por la resistencia de los trabajadores y el pueblo que logro restablecer, desorganizadamente pero con mucha determinación, sus líneas de defensa quebradas en las décadas pasadas por la combinación del adormecimiento que provocaron las políticas keynesianas, la represión de las dictaduras y por ultimo el hambre y la miseria a causa de la inflación y el desempleo.
Las consecuencias del neoliberalismo fueron desastrosas para los trabajadores y el pueblo, pero al mismo tiempo una necesaria experiencia, al tiempo que desprestigiaron a todos los partidos de la burguesía, obligando a los capitalistas a adecuar su estrategia de explotación y dominación.

PARTICIPACIÓN DE LOS ASALARIADOS EN EL INGRESO NACIONAL 1980-2005

Año Porcentaje
1980 36,4%
1990 31,2%
2000 25,4%
2005 19,8%

DESOCUPADOS Y SUBOCUPADOS 1990-2002

Año Desocupados Subocupados Total
1990 8,6 9,3 17,9
1991 6,9 8,6 15,5
1992 6,9 8,3 15,2
1993 9,9 8,8 18,7
1994 10,7 10,2 20,9
1995 18,6 11,3 29,9
2000 15,4 13,6 29,0
2001 16,4 15,4 31,8
2002 21,5 17,7 39,2

HORAS ANUALES PROMEDIO TRABAJADAS POR ASALARIADOS AÑO 2001
Comparación con las principales economías de la UE, NAFTA, China, Japón y corea del Sur.

VARIACIÓN DEL EMPLEO NO REGISTRADO, 1990-2001

AÑO PORCENTAJE
1990 26,0%
1997 37,0%
2001 39,0%

DIFERENCIA DE INGRESOS ENTRE POBRES Y RICOS EN CAPITAL FEDERAL Y GRAN BUENOS AIRES AÑOS 1990-2002

Año 10% Mas pobres 10% Mas ricos Diferencia de ingresos entre ambos (veces)
1990 2,3 35,3 15,3
1995 1,7 37,3 21,9
1999 1,5 36,1 24,1
2000 1,4 36,6 26,1
2001 1,3 37,3 28,7
2002 1,1 37,6 34,2

En el mes de enero del año 2002 una masiva manifestación en conmemoración de la insurrección popular del mes anterior termina de convencer a todas las facciones de la burguesía y a sus socios imperialistas de que debían adaptarse o arriesgarse a perder la gobernabilidad completamente. Aquellos que proponían una solución mediante represión fueron neutralizados con un feroz rechazo y la indignación generalizada cuando el Gobierno de Dhualde ensayó esta posibilidad fusilando a dos militantes del movimiento de desempleados durante una manifestación con barricadas sobre un puente de acceso a la Capital Federal. El asesinato de manifestantes no era algo nuevo para los gobiernos democráticos pero la situación no era la misma de apenas unos meses atrás. La muerte de Kosteki y Santillan causo descontento y manifestaciones en todo el país, los medios de comunicación no pudieron obviar esto y así como meses atrás tuvieron que mostrar las imágenes de bebes desnutridos y no pudieron ocultar las historias de niños desmayándose de hambre en las escuelas, tuvieron que denunciar la premeditación de estos asesinatos y la complicidad del Servicio de Inteligencia del Estado. Los monopolios de la información forzados por la amenaza de la total pérdida de credibilidad, no podían seguir ocultando la situación, sobre todo ante sus principales clientes: la pequeña burguesía, que tenía sus depósitos bancarios confiscados y que habían sido reprimidos como a cualquier obrero ó desempleados durante las insurrecciones del diciembre del año 2001. Los políticos de cualquier facción eran atacados en la vía pública, las fachadas de los bancos destruidas. Ni los sindicalistas, ni la iglesia se podían imponer como referente del pueblo, ninguna de estas corporaciones pudo ganar las calles con alguna consigna, solo la iglesia evangélica de reciente influencia en la Argentina pudo organizar una masiva misa pública pidiendo por la Paz. Desempleados, trabajadores y la pequeña burguesía empezaron a formar asambleas populares en las plazas, la consigna ¡que se vallas todos! era lo único que tenían en común, la confusión y desorganización eran la característica principal de estas experiencias, pero no por esto dejaron de ser una amenaza para la gobernabilidad de la burguesía. En esta situación Eduardo Dhualde tuvo que fijar una fecha para elecciones generales. La intransigencia de los que pretendían continuar con la prepotencia neoliberal había sido vencida. Pero la decisión de adaptar la estrategia de explotación y dominación había sido tomada.

LA NUEVA ESTRATEGIA DE EXPLOTACIÓN Y DOMINACIÓN DEL CAPITAL IMPERIALISTA ASOCIADO A LA GRAN BURGUESÍA ARGENTINA

Luego de desesperados intentos de la burguesía por retomar el control político e imponer un candidato que fuera aceptado por el pueblo, con el aval de los gobiernos de EEUU y España en representación de la UE y una campaña de saturación de los medios de comunicación, que empezaron a asustar con la guerra civil y la vuelta de Carlos Menem, triunfa Nestor Krichner.

La estrategia diseñada por el nuevo gobierno no es nueva ni compleja, sólo se reduce a una política monetaria devaluatoria que disminuye los costos internos, principalmente el costo laboral, lo que incrementa la tasa de explotación, y a pesar de lograr una mínima y transitoria reducción de la tasa de desempleo, aumenta la pobreza, debido a la depreciación de los salarios que causa la devaluación de la moneda y la inflación de precios. Las transitorias reducciones en los costos internos, hasta que la inflación y la lucha por salarios los elimina, permiten un aumento de las exportaciones y en consecuencia de la actividad económica en general. Esto aumenta la recaudación tributaria del Estado el cual puede implementar una asistencia a los desempleados y controlar sus reclamos. Pero este incremento de la recaudación del Estado, a costa de la mayor explotación que permite los bajos costos internos para aumentar las exportaciones, causa inevitablemente un auge en las luchas de los asalariados.

No obstante esto, el Estado logró recuperarse del rechazo que generaba con el discurso neoliberal, y la burguesía logro consolidar un gobierno con la nueva propaganda que promete “producción nacional”, “mayor redistribución de la riqueza”, “enfrentamiento con los monopolios y con los organismos internacionales de crédito” y exacerbando el nacionalismo.

De esta forma han logrado volver a convencer a muchos trabajadores de la neutralidad del Estado y de su tarea de administrar en beneficio de todas las clases sociales, mentira que se había hecho evidente durante las luchas facciosas de los partidos y funcionarios gerentes de distintos intereses empresarios, que durante los gobierno de Menem y De La Rua, hacían públicos casos de corrupción y muchas otras ilegalidades, en su lucha por conseguir los subsidios, leyes y licitaciones que beneficiaran a las empresas que representaban. En estas luchas facciosas el Estado perdía su carácter de organizador colectivo ideal de toda la burguesía para convertirse en garante de los intereses de solo algunas facciones del capital, que obligados por la reducción de la tasa de ganancia, no se preocupaban en mantener las formas legales y los precauciones políticas para lograr beneficios. Con el colapso económico y la insurrección espontánea de diciembre de 2001, hechos que amenazaron el funcionamiento mismo del sistema, todas las facciones de la burguesía coincidieron en adecuar su estrategia de acumulación y dominación y disciplinarse al grupo político que pudiera controlar al pueblo. No sin dificultad lograron imponer el gobierno de Kirchner que implementó una política tendiente más a recuperar la hegemonía ideológica y política de la burguesía en general que a desgastarse en luchas internas por conseguir beneficios particulares. Beneficios que ante el colapso del sistema no servirían de nada. Para la vanguardia de la clase de los explotadores era necesario salvar al capitalismo de los capitalistas mismos. Mantener a la burguesía como clase dominante, haciendo que el sistema siguiera funcionando. Para esto fue necesario recuperar al Estado como institución política que garantice los intereses de la burguesía como clase y no solo los beneficios de algunos empresarios individuales.

Logrado esto, el Estado puede cumplir más eficientemente su tarea de “(...) fuerza pública organizada para la esclavización social, de máquina del despotismo de clase (...)” pero la burguesía tiene que presentar al Estado como todo lo contrario de lo que es. Debe presentarlo como institución que representa a todo el pueblo, que busca el bien común. Debe aparentar que es una institución justa e imparcial. De esta forma cuando un régimen como el actual es en realidad el organizador y garante más adecuado para toda la burguesía y por esto el principal medio para mantener el sistema de explotación, aparenta, con propaganda, demagogia y en determinados contextos hasta con concesiones económicas, ser popular y democrático. Sin embargo nunca deja de ser “(...) el Estado de la clase más poderosa, de la clase económicamente dominante, que con ayuda de él, se convierte también en la clase políticamente dominante, adquiriendo con ello nuevos medios para la represión y la explotación de la clase oprimida (…)”

LA NUEVA ESTRATEGIA DE EXPLOTACIÓN Y DOMINACIÓN EMPIEZA A SER CUESTIONADA. LOS MARXISTA LENINISTAS DEVEMOS DEFINIR UNA TÁCTICA ADECUADA

Con una crisis de descomposición del sistema capitalista como la actual, la disminución de la tasa de ganancia hace que las facciones burguesas no puedan evitar sus enfrentamientos. Las luchas entre facciones de la burguesía se reanudan, mientras que los reclamos de los asalariados se hacen cada vez más importantes. A menos de dos años de gobierno el ministro de economía Roberto Lavagna dimite de su cargo acusando al ejecutivo de interceder a favor de los empresarios socios del presidente en las licitaciones para las obras públicas. Luego, cuando todavía no se olvidó el escándalo por los sobornos y sobreprecios de la empresa Skanka, el ex director del Servicio de Inteligencia de Estado nombrado por Nestor Kirchen acusa al gobierno de mayor corrupción que en tiempos de Menem, Nuevamente la reproducción del sistema esta amenazada y a la burguesía le cuesta cada vez más mantener su organización y sus intereses de clase subordinando sus intereses inmediatos e individuales. Cuando se hace evidente que la estabilidad del sistema se logrará solo con concesiones económicas a la clase obrera, ninguna de las facciones quiere reducir sus beneficios para aportar al mantenimiento del capitalismo. Desviar capital para esto equivale a ser desplazado por sus competidores. Como resultado solo se ponen de acuerdo en apelar a la función principal e histórica del Estado “(...) asegurar, mediante la violencia armada, el sometimiento económico de la mayoría trabajadora a una minoría que sólo posee riqueza (...)” El gobierno de Kirchner es conciente de esto y se prepara. Desde el año 2005 el gobierno esta aumentando el presupuesto para la Gendarmería Nacional (de 619 a casi 1000 millones de pesos) y ha incremento en 8000 los efectivos operativos en 4 años. Al mismo tiempo se adjudicó al Ministerio del Interior el control de las fuerzas de seguridad (antes a cargo del Ministerio de Justicia) convirtiendo a la Policía Federal, la Gendarmería y la Prefectura en un ejercito exclusivo del poder ejecutivo, y se decreto que las empresas de comunicaciones deberán retener por varios años los correos electrónicos y ponerlos a disposición de la justicia o los servicios de inteligencia del Estado, si estos así lo requieren. Actualmente con el voto del oficialismo tiene media sanción la denominada “ley antiterrorista” solicitada por EEUU, que amplía el concepto de sedición y perfecciona aun más la legislación para la represión legal, perfeccionamiento al que todos los gobiernos de democracia burguesa han colaborado.

Al mismo tiempo que se hace propaganda con los derechos humanos siguen procesados todos los luchadores sociales que durante la década de 1990 enfrentaron las políticas neoliberales, ahora calificadas por el mismo presidente como nefastas. Sin embargo los que las enfrenaron siguen presos ó procesados mientras que él y su mujer que las aprobaron en el congreso y desde su gobernación el la provincia de Santa Cruz, se presentan como los que las están combatiendo. Recientemente trabajadores de los casinos flotantes de la ciudad de Bs. As., propiedad de un testaferro del Presidente Kirchner, fueron golpeados y gaseados dentro del ministerio de trabajo, por exigir que se cumpla su convenio colectivo de trabajo. Al mismo tiempo ya se ha puesto en práctica la represión clandestina. Continuamente los trabajadores de los subterráneos de Bs. As. principales referentes de la resistencia clasista junto con los trabajadores de telefónica de la capital federal, están siendo amenazados. Más aun, durante una huelga de los trabajadores del hospital Francés grupos de choque de las autodenominadas Juventudes “K” golpearon a los huelguistas expulsándolos y apoderándose del hospital. Peor es la situación en las provincias, donde la censura impide que el continuo asedio a los huelguistas y militantes se conozca públicamente hasta que se llega a casos como el asesinato del docente Carlos Fuentealba.

Luego del falaz discurso de Néstor Kirchner en la apertura de las cesiones del Congreso Nacional, donde se exponía con datos tergiversados la disminución de la pobreza, el aumento de la participación de los asalariados en el PBI y el aumento en el presupuesto para la educación y el sistema de salud, luego de las reiteradas denuncias de los trabajadores del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos por la alteración de los indicadores por parte del gobierno y las presiones para ocultar los verdaderos datos, la lucha de los maestros de Neuquén hizo evidente la verdadera realidad en que se encuentran los trabajadores argentinos, y cual es la respuesta que está ensayando la burguesía.

La inocultable inflación de precios, principalmente en los bienes de consumo indispensables, y el aumento de la generación de riqueza en el país, con su consecuente intensificación de la explotación de los trabajadores, existen a pesar de la propaganda del gobierno.

Ni la demagogia ni los intentos de los sindicalistas mercenarios por mantener los reclamos dentro de los parámetros impuestos por el gobierno y por sobre todo evitar cualquier forma de lucha, son suficientes para evitar los conflictos. La lucha de los docentes de Neuquén es un ejemplo más que se suma al de los trabajadores de los subterráneos de Buenos Aires, donde se desconoce la dirección central de las organizaciones sindicales y se lanza una lucha independiente por los intereses de los trabajadores. La proclama “CTERA escucha, queremos plan de lucha” que se escucho en Neuquén, es una exigencia directa a la dirección central del sindicato de los docentes, pero que en mayor o menor medida, ejemplifica la amenaza que hoy tienen todos los sindicalistas mercenarios que dirigen las organizaciones obreras en todo el país. El paro general de la CTA luego del asesinato de Carlos Fuentealba, junto con el discurso del hipócrita secretario general de CTERA, Hugo Yasky, quien llego a hablar de “identificar al enemigo de clase”, de “enfrentar al imperialismo” y de que “la solución sólo la puede dar la clase trabajadora” y por sobre todo, el paro por solidaridad que anuncio la CGT, demuestran como los mercenarios y los reformistas se deben esforzar para presentarse como verdaderos defensores de los intereses de los trabajadores. Este esfuerzo solo lo explica su temor a perder el control sobre los asalariados.

Las masivas manifestaciones en repudio al fusilamiento del docente neuquino y la indignación general que causó este hecho, han sido una extraordinaria demostración de fuerza por parte de los trabajadores y el pueblo. Independientemente de que estos actos hallan sido cooptados por la reformista y oportunista dirigencia de la CTA, el mensaje de que los trabajadores no aceptaran la represión es importante. Estas demostraciones de fuerza, mantienen dudando a la burguesía, les recuerda que la gobernabilidad lograda con la nueva estrategia del Kirchnerismo no es eterna, los intimida recordando las insurrecciones espontáneas de diciembre de 2001. Tanto es así, que la consigna “que se vallan todos” volvió a escucharse entre los manifestantes neuquinos. Aunque el gobierno logró superar estos conflictos con los docentes, la duda y la intimidación que se genera con acciones de masas como estas, sirven para debilitar las opciones represivas, al menos en lo inmediato, y hará que se tenga presente el riesgo de nuevas luchas sin el control de los oportunistas de los sindicatos, algo beneficioso en momentos en que se discuten ajustes salariales en todos los gremios.

El izquierdismo infantil y el aventurerismo nuevamente demostraron no entender los tiempos de la lucha de clases y sus alcances históricos. Las provocaciones en las manifestaciones y el ridículo asalto al comité de la ciudad de Bs. As. del MPN (Partido de gobierno en la provincia de Neuquén) demuestran que no son capaces de entender la necesidad de una acción de masas en contra de la represión, y anteponen a esto, sus rencillas con los oportunistas del CTA que cooptaron los actos. Su caracterización equivocada de la situación actual, ó su falta de ella, les impide tener un plan táctico y estratégico que no se sabotee a si mismo. Los aventureros hacen el ridículo ante las cámaras de televisión, actuando mejor que los provocadores de la policía y desprestigiando la lucha, y con esto, intimidan a los trabajadores que comienzan a tomar conciencia de la necesidad de actuar. El todo ó nada no es la opción del momento. Las luchas seguirán y lo importante es aprender de ellas, organizarse, discutir con los compañeros de trabajo, explicar que cada lucha de un gremio es un paso más de toda la clase trabajadora. Es necesario utilizar estas experiencias para denunciar y exponer a los mercenarios de las dirigencias sindicales, pero sin subestimarlos y sin ataques frontales suicidas. Es el momento de las comisiones obreras, de los sindicatos paralelos, de las asambleas desconociendo las decisiones de los dirigentes. Pero por sobretodo, es le momento de explicar que la crisis no puede superarse sin más miseria, que se ha cambiado la estrategia de los monopolios para lograr más empleo pero a costa de una mayor explotación de todos los trabajadores.

La devaluación de la moneda, y la consecuente depreciación de los salarios, ha logrado mejoras competitivas para las mercancías que se producen en argentina por abaratar el costo laboral. En sectores como la industria se ha logrado reducir el costo laboral en un 20% con respecto al anterior período 1997-2001, logrando un aumento en la productividad del 27% por obrero ocupado .

Si se calcula la diferencia entre precios internacionales y costos internos, la rentabilidad de los exportadores aumentó un 64% si se la compara con el periodo anterior a la devaluación

Esto ha reactivado la producción por lo que el aumento del empleo es una necesidad y un beneficio para los empresarios. Lo que explica la disminución del desempleo. La nueva estrategia de explotación ya no requiere un desempleo masivo que discipline a los trabajadores y reduzca los salarios, por el contrario, les es beneficioso incorporar nuevos trabajadores para aumentar la producción siendo que los salarios están devaluados y parte de los nuevos empleos se costean con lo que ya no reciben los trabajadores que estaban cobrando en paridad con el dólar. Explotar nuevos trabajadores disciplinados por años de desempleo masivo y con una legislación protectora del trabajo destruida y en un momento de recuperación de los precios de los productos exportables y su consecuente reactivación del mercado interno, es una excelente situación para los capitales imperialistas asociados a la gran burguesía Argentina y hasta para la mediana burguesía local.

Al mismo tiempo, se han incrementado los subsidios y favorables contratos para obras públicas a empresas privadas a causa de que ha aumentado la recaudación del Estado, principalmente las retenciones a las exportaciones. Exportaciones que aumentaron por la miseria de todos los trabajadores argentinos que es la única explicación a la disminución de los costos internos y las mejoras competitivas. De una forma ó de otra, y como siempre, es la clase trabajadora la que paga los costos. La aparentemente progresista política económica del gobierno de Kirchner se resume en repartir pobreza, en sacarle a los trabajadores menos pobres para darle a los trabajadores más pobres. Por esto, el hecho de presentar la disminución de la indigencia y el desempleo como un gran beneficio para el pueblo, ocultando que los principales beneficiarios de este proceso son la gran burguesía exportadora y sus proveedores internos, siendo que son los mismos trabajadores los que se están haciendo cargo de bajar los costos para mantener las exportaciones, debe ser puesto en evidencia.

En el período 2002-2007 la inflación acumulada llega a un 250% en productos básicos indispensables, como los de la alimentación , superando a la devaluación. En el mismo periodo los trabajadores del sector privado registrado recibieron ajustes de salarios por un 127%, mientras que los no registrados apenas obtuvieron el 63%.

Peor aun, los trabajadores del sector público en este mismo periodos recibieron aumentos nominales de un 47,6% . La mayor parte de los asalariados no pudieron siquiera mantener sus salarios reales ante la inflación. En los 31 aglomerados urbanos más importantes del país el 66,7 % de los sostén de familia son registrados por las estadísticas oficiales como pobres aunque están trabajando .

Al mismo tiempo, y como no puede ser de otra formen el capitalismo, las ganancias de los explotadores se han incrementado significativamente.

Patrimonio neto y utilidad, de las principales 500 empresas de la Argentina luego de la devaluación según datos publicados hasta el momento

Periodo Patrimonio neto en millones de pesos
2000 82.74,2
2001 81.398,3
2002 86.228,6
2003 153.757,1
Periodo Utilidad en millones de pesos
2000 7.581,6
2001 5.356,3
2002 20.342,7
2003 19.350,8
2004 30.120,8

Montos operados e índice de precios de las acciones en la bolsa de Comercio de Bs. As. luego de la devaluación, según datos publicados hasta el momento.

Índices de precios de las acciones. Promedio anual.
Años 2001-2005

Período Bolsa de Comercio de Buenos Aires (BCBA) Mercado de Valores (MERVAL)
2001 14.460 358
2002 20.890 400
2003 32.529 732
2004 48.340 1.108
2005 63.889 1.493

Montos anuales operados en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires
Años 2001-2005

Periodo Montos operados en millones de pesos
2001 7.519
2002 4.151
2003 8.478
2004 13.210
2005 18.810

La hipocresía del gobierno se está haciendo evidente, las luchas obreras se intensifican pero al mismo tiempo la pequeña burguesía ha vuelto a su lugar reaccionario, sobornada por la reactivación económica, el crédito y el consumo ó ganada por el discurso de aumentar la represión para solucionar los problemas de “inseguridad”. Los movimientos de desempleados han sido cooptados en su mayoría por los dirigentes oficialistas, y las más importantes organizaciones de derechos humanos, anteriormente referentes de la lucha contra el neoliberalismo, han sido neutralizadas por la campaña del ejecutivo. Sin embargo la nueva situación ha puesto al frente de la resistencia a los trabajadores salariados. A diferencia de la década del 1990 donde los trabajadores eran un sector más entre los luchadores y muchas veces no eran el más importante, hoy son el sector más activo y decidido referente de las luchas sociales. La nueva estrategia de la burguesía al generar más empleo y depreciar los salarios manteniendo extensas jornadas de trabajo en condiciones muy precarias, ha vuelto a poner la historia donde debe estar. La devaluación ha incrementado el número de trabajadores y al mismo tiempo tiende a igualar las condiciones de existencia, desde el momento que ha perjudicado severamente el nivel de vida de los trabajadores privados registrados y ha permitido que muchos desempleados puedan al menos tener un ingreso. Los marxistas leninistas debemos interpretar esto como una excelente situación para la acumulación estratégica que nos permita formar y consolidar el partido revolucionario. Actualmente el 50,16% de la población económicamente activa de Argentina son obreros ó empleados y su gran mayoría están concentrados en 31 conglomerados urbanos. No obstante esto, la tarea no es fácil, la situación actual debe ser explicada sin proclamas agitativas ya que la astuta propaganda oficial es eficiente y un ataque frontal puede generar el rechazo de los trabajadores, se debe sembrar dudas, dar argumentos antes que conclusiones, recuperar la desconfianza que caracterizo la situación hasta que la demagogia y la reactivación económica volvieron a garantizar la gobernabilidad. Mantener el discurso progresista costará cada vez más al gobierno y solo se sostendrá como opción asustando con la amenaza neoliberal (Mauricio Macri) ó mientras el izquierdismo infantil y el aventurerismo de izquierda desprestigien y anulen las opciones clasistas, dando argumentos a la opción represiva que necesitará la burguesía cuando la inflación incremente las luchas de los trabajadores.

Hay que aprovechar al máximo esta situación de acumulación estratégica, incrementar los esfuerzos en la militancia cotidiana, reforzar la preparación ideológica de nuestros cuadros en todos lo niveles para que no exista la menor duda y vacilación ante los cantos de sirena de la demagogia burguesa, explicar y denunciar las mentiras de los nuevos embaucadores, pero al mismo tiempo ser concientes de nuestras debilidades y consecuencias de nuestras acciones públicas. Los comunistas marxistas leninistas no estamos en condiciones de tomar el poder por lo que somos responsables de preservar esta situación favorable, evitar los ataques frontales contra el gobierno, no dar argumentos a los que proponen la represión y defender las libertades de la democracia burguesa. Esto no significa rehuir a la lucha, por el contrario se trata de luchar en el mejor terreno posible, debemos ser nosotros los que decidamos donde y como luchar. Debemos priorizar los conflictos obreros, sin exaltarse ni forzar la situación para no atentar contra el escenario que más nos conviene en este momento. Mas que agitar se debe acompañar las luchas que surgen desde los trabajadores, enseñar con sus propias experiencias, sean victoriosas ó no. Ganarse el respeto de los compañeros de trabajo por la determinación pero también por demostrar cautela y astucia.

Enfrentar a regimenes populistas es una de las tareas prerrevolucionarias más difíciles para los marxistas leninistas. La demagogia y algunas concesiones económicas aunque sean mínimas, afectan mucho la conciencia de los sectores populares. En los últimos años situaciones como esta aniquilaron a los marxistas leninistas de Venezuela, ha hecho maniobrar al máximo a los camaradas del PCML de Ecuador y actualmente pone a prueba a los camaradas de México ante el asenso de López Obrador. Los Marxistas Leninistas debemos aprender de estas experiencias.

Fuente : Grupo Katiusha (Argentina)