Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Ejército del Pueblo, FARC-EP, saludan a las delegaciones oficiales de Partidos y Organizaciones Políticas y Populares, dirigentes y personalidades de izquierda y revolucionarias, nacionales e internacionales, participantes del 11er Seminario Internacional, organizado por el Partido Comunista Marxista Leninista de Ecuador.

Ponencia

Los temas de La Izquierda en América Latina sus Problemas y Perspectivas, reflejan tanto los avances de las luchas antiimperialistas, nacionalistas y antioligárquicas de nuestros pueblos por sus libertades y derechos, así como los resultados obtenidos en Venezuela, Bolivia, Brasil, Ecuador, Argentina, Nicaragua y Colombia principalmente, donde en cada lugar se presentan características particulares con definiciones sin concretar.

Los procesos adelantados por medios electorales liderados por coaliciones de bolivarianos, revolucionarios, progresistas y disidentes de los partidos gobernantes, cansados de las inequidades sociales, económicas, políticas acrecentadas por la sumisión a las depredadoras directrices imperialistas, cumplidas por los gobiernos de las Oligarquías neoliberales, estimulan la confianza en la participación en elecciones en diversos sectores políticos, sociales, económicos y de opinión al tiempo que contribuye en abrir espacios de participación diversa en ciertas decisiones gubernamentales. Sin embargo, en el caso de los partidos y las organizaciones Marxistas Leninistas se hace imprescindible recurrir al análisis científico de cada fenómeno de la sociedad, partiendo de la historia y la idiosincrasia concreta de cada pueblo, a fin de acertar en el diagnóstico, evitando absolutismos divorciados de las realidades, generando en diversos casos falsas expectativas en las masas y la población. Fuera de las pretendidas exclusiones de la izquierda revolucionaria por decisión de la derecha y el auspicio de la socialdemocracia, cubierta en el manto de la llamada izquierda democrática.

De ninguna manera podemos desconocer los avances obtenidos mediante elecciones, pero igualmente nos concierne valorar hasta a donde estos resultados garantizan la conquista del poder, por este medio, rumbo a la construcción Socialista, concientes de la inexistencia en el mundo de un modelo Socialista único. En el entendido que se trata de innovar de acuerdo a las condiciones, exigencias, aspiraciones y experiencias propias de cada pueblo en el presente siglo. Cuando iniciar la construcción Socialista desde el punto de vista de los clásicos, implica destruir la criminal maquinaria del Estado capitalista, haciendo que los medios de producción pasen a manos del naciente Estado del pueblo y los trabajadores.

Lo cual implica inexorablemente disponer de un fuerte Partido Comunista Marxista Leninista apoyado de contingentes de masas bien organizadas en ciudades, poblados y en los sectores rurales, en unidad con otras organizaciones revolucionarias, democráticas o antiimperialistas, capaces de defender las conquistas de los trabajadores a nivel nacional e internacional. El Camarada Vladimir Lenin, ya nos enseño que una revolución vale si sabe defenderse de la arremetida del enemigo por aniquilarla, esta verdad histórica nos obliga a preparar anticipadamente las Fuerzas Armadas Revolucionarias encargadas de garantizar la buena marcha del proceso, con la misión de combatir sin descanso los brotes contra revolucionarios de las oligarquías aupadas por los imperialistas, particularmente el estadounidense.

Cuba no sólo es ejemplo de lo que puede conseguir un Ejército Revolucionario cuando apoyado por su pueblo decide asaltar y quitarle con la fuerza de las armas el poder a la tiranía de los ricos, para iniciar la fase de edificación del nuevo régimen libre de explotadores. Sino también, la indiscutible ratificación de que el enemigo de clase, así pierda el poder nunca se resigna a aceptarlo y sigue empeñado en recuperarlo, utilizando para ello la mentira, la calumnia, el chantaje, los intentos de asesinatos de sus principales líderes, los bloqueos económicos, políticos y militares, más el latente riesgo de invasión imperialista. Además, el proceso cubano enseña la importancia de ganar la conciencia del pueblo, los trabajadores y las masas, para defender sus conquistas aun a costa de su propia sangre. Así como la necesidad de consolidar el nivel ideológico y político de la población en general mediante la propaganda revolucionaria, el fortalecimiento del Partido junto a las organizaciones de los trabajares urbanos, campesinos, intelectuales, elevando la vigilancia revolucionaria en toda la población sin abandonar los planes culturales, educativos, de salud, creación, vivienda y desarrollo, en procura de alcanzar la mayor felicidad posible para los gobernados como decía el Libertador Simón Bolívar, en el propósito de mantener el poder en manos del pueblo y del Partido vanguardia del Proletariado.

Cuba hoy es una fortaleza de dignidad revolucionaria en medio de la incertidumbre por causa de la misma amenaza imperial empeñada en liquidar la mayor esperanza Socialista de los pueblos del Caribe y América Latina.

De todos son bien conocidas las abismales diferencias entre la revolución cubana con orígenes, conducción y realizaciones construidas durante medio siglo de sacrificios y duras batallas antiimperialistas, al lado de los nuevos experimentos de Nicaragua y los países de Suramérica. Donde estamos sin conquistar el poder, sin partidos comunistas fuertes, ni importantes organizaciones de masas, ni Ejércitos Revolucionarios en capacidad de destruir por la fuerza de las armas del pueblo el poder del régimen capitalista y luego preservar las conquistas de los pueblos.

Apenas estamos en la etapa de acumulación de fuerzas y experiencias hacia la conquista del poder. Los presidentes antiimperialistas con sus gobiernos están ocupados de administrar los intereses del Estado y la democracia de los capitalistas, haciendo buen uso de sus precarias atribuciones para emprender algunas reformas en beneficio de las mayorías, pero aun lejos de poseer los medios de producción y la maquinaria del Estado para beneficio de la construcción del Régimen Socialista. De todas maneras, importante experimento el emprendido en estos países por la búsqueda de liberarnos de la explotación, la tiranía y de la indignidad de los gobiernos arrodillados ante los designios de la Casa Blanca, como ocurre en Colombia con el narco-para-militar Álvaro Uribe Vélez.

Lo anterior ratifica la vigencia de la lucha armada de guerrillas en Colombia, país donde la oligarquía en contubernio con el militarismo de uniforme y de civil mantiene el poder mediante el terrorismo de Estado, ejecutado por la política paramilitar del actual gobierno de la ultraderecha liberal- conservadora, en provecho de los latifundistas, grandes ganaderos, empresarios, narcotraficantes, paramilitares, capital financiero nacional y extranjero, junto a la corrupción administrativa estimulada por el modelo neoliberal, con su mezquino TLC o el devastador Plan Colombia exigidos con súplicas e indignante humillación del gobierno de Álvaro Uribe ante el invasor y genocida gobernante de los Estados Unidos.

Las FARC en su condición de pueblo en armas y de organización Marxista Leninista, combinan todas las formas de lucha masas del pueblo por la toma del poder político por la Nueva Colombia, la Patria Grande y el Socialismo. Sin renunciar a los espacios electorales con base en la concertación de programas que reivindiquen derechos y libertades de los pobladores, sus comunidades, regiones, departamentos, municipios y localidades. Estas banderas se vinculan a la lucha contra el gobierno espurio de Álvaro Uribe, al canje de prisioneros, precedido del despeje de los municipios de Florida y Pradera en el Valle del Cauca, la búsqueda de la salida política al conflicto interno, social y armado, así como la irrenunciable lucha antiimperialista y de solidaridad con los revolucionarios del continente y particularmente con los procesos de cambios iniciados por Venezuela, Bolivia, Ecuador, Argentina, Brasil y Nicaragua.

Nuestra perspectiva es de unidad y lucha revolucionaria contra el imperialismo y las oligarquías, hacia la conquista del poder político, por la segunda y definitiva independencia, la Patria Grande y Socialismo.

Raúl Reyes
Integrante del Secretariado de las FARC
Montañas de Colombia, julio de 2007