“La búsqueda es por la personalidad cultural”

– ¿A qué te referís cuando decís música popular latinoamericana?

– Desde hace muchos años estoy tocando charango, kena, guitarra, canto y estoy investigando, sobre todo el trabajo que nos dejaron los referente de la música latinoamericana -fundamentalmente Violeta Parra y Víctor Jara- porque considero que evidencian una punta importante de la cultura popular latinoamericana, ya que en esos dos compositores creo que esta el futuro de la cultura a nivel musical.

– ¿Qué te representan específicamente estos dos autores y cómo los trasladas a los tiempos de hoy?

– Por sobre todo, el futuro. Y creo que te dan el aprendizaje más sencillo, el más casero, el más cotidiano, el más normal, hasta llegar al punto en el que el mensaje es fundamentalmente humano. Y eso en los tiempos que corren es muy importante, porque no es habitual.

– ¿Por qué elegiste a la música popular latinoamericana?

– Sería interesante decirte que cuando yo llegué de Chile escuchaba música extranjera, fundamentalmente de lengua inglesa, cosas que hoy todavía me puede gustar, que la puedo bailar, o como la cumbia, que de a poco también le voy afinando el oído para poder ir entendiendo de que se trata, porque las cosas no hay que verlas así no más. Y la necesité cuando me fui del país, ya que la adaptación es muy difícil. Entonces necesitaba investigar que había pasado antes de mí. Ahí encontré en la cultura popular mucha información. La herencia y el patrimonio cultural nuestro, no a nivel de Chile o de la Argentina, sino a nivel Latinoamericano.

– Teniendo en cuenta que somos jóvenes y que nuestro patrimonio cultural se encuentra influenciada por otras herencias, cuando hablas del futuro ¿qué te representa la cultura popular, ligada a la búsqueda y cómo ves posible esa búsqueda en el presente?

– La cultura show o la cultura que se adapta a lo que venga, en donde cualquier película que se presenta hace furor, y todo está envasado y uno consume lo que le presentan, y cantamos canciones que no nos gustan, creo que no nos dejan nada. Siempre que seguís esas tendencias, esa cultura y esos valores, siempre termina uno infeliz. Así me pasó a mí. Por eso creo que la cultura popular te da una identidad y eso es sentirse bien, porque representa a una conducta colectiva.

Por eso, más que nada la búsqueda es por la personalidad cultural, y que por sobre todo llegue a toda la sociedad, con posibilidad y con el acceso al conocimiento.

– ¿Qué hiciste anteriormente y hoy por hoy qué haces?

– Yo, generalmente, daba conciertos. Hice uno en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Y marqué un antecedente, ya que nunca se había subido un músico popular al escenario, ya que siempre se daban ciclos de conciertos de música clásica. Hace poco terminé una serie de conciertos en la Manzana de las Luces. Y ahora, el sábado 28 de julio a las 11 de la mañana, voy a participar en un concierto en el Centro Cultural Recoleta abriendo una exposición itinerante de fotografías de Víctor Jara traída de Chile.

Ahora, también, estoy realizando clases de alfabetización musical en un centro cultural, invitando, básicamente, a alumnos de escuelas. Son cursos económicamente accesibles que están dirigido para los chicos y también para los grandes, que saben tocar pero que no leen música. Son encuentros grupales en donde la práctica y la teoría se unen en el trabajo colectivo.

– ¿Creés que a la música popular se la fomenta desde los medios masivos de comunicación?

– No, para nada. Inclusive vos fijate que hay poca información sobre este aspecto de la cultura, que cuando prendes la radio y pones una AM o una FM, escuchas algún tipo de folclore, -si es que los escuchas, claro, no- y al rato te aparece Enrique Iglesias. Por eso que el tema de la información es vital, para que no perdamos la identidad del patrimonio cultural.

Creo que los medios y nosotros, fundamentalmente, no podemos perdernos el mensaje de nuestros referentes de la cultura. Porque ellos, cuando nos hablan y cuando nos escuchamos, de alguna manera construimos la conciencia, que es vital para que veamos las necesidades que tenemos los seres humanos de vivir, con un sentimiento altruista.