Arriba: el periodista Oscar Corral.
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Según la prensa miamense, Corral fue arrestado en una operación contra la prostitución en la que fueron detenidos 14 individuos en el reparto de Flagami. Esa zona, situada al oeste de la Calle Ocho, es conocida en Miami por ser frecuentada por prostitutas procedente de todo el país… y, a menudo, por mujeres policías, vestidas de hookers que tratan de atraer a los hombres para inculparlos.

El periodista se declaró inocente del delito.

El reportero de investigación más conocido de la prensa de Miami había recibido últimamente amenazas de muerte, llamadas de intimidación y mensajes de insultos de parte de extremistas cubanoamericanos.

En una entrevista reciente con la reportera Rebecca Wakefield del semanario The Sun Post de Miami Beach, Corral contaba como tuvo que refugiarse "en un lugar seguro por unas seis semanas" para poder terminar reportajes, después de sufrir un "bombardeo" de ataques de parte de fanáticos "anticastristas" en contra tanto de su persona como de su familia.

Oscar Corral es quién reveló, hace meses, como periodistas del Sur de la Florida, "incluyendo a tres del Nuevo Herald", reciben "pagos regulares" del gobierno de Estados Unidos por sus contribuciones a programas de Radio Martí y TV Martí, dos entidades gubernamentales que pertenecen a la maquinaria propagandística del Plan Bush de anexión.

Entre los periodistas así remunerados por esas filiales de la Voz de América, que dependen directamente del Departamento de Estado, se encontraban el comentarista político Pablo Alfonso, conocido por sus ataques a Cuba, y el terrorista prófugo Carlos Alberto Montaner.

Corral también tocó a menudo el tema "tabú" de los terroristas cubanoamericanos, al investigar el caso Posada Carriles y su red mafiosa. El 3 de julio de 2005, publicaba un artículo con su colega Alfonso Chardy, en el que se revelaba cómo los tres congresistas mafiosos del sur de la Florida —Lincoln Díaz-Balart, Mario Díaz-Balart e Ileana Ros-Lehtinen— escribieron a la ex presidenta panameña Mireya Moscoso, para que perdonara a Posada, el 8 de mayo de 2003.

También fue Corral que desarrolló el tema del escandaloso informe de auditoría de la Oficina General de Contaduría (GAO) que revelaba como la mafia miamense se ha gastado entre 1996 y el 2005 los millones asignados por el gobierno de Estados Unidos a la guerra sucia contra Cuba través de la Agencia para el Desarrollo (USAID, por sus siglas en inglés).

El reportero hizo pública la lista de dudosas adquisiciones realizadas por los mercenarios del Departamento de Estado: juegos de Nintendo y Playstations, bicicletas de montaña, abrigos de piel, suéteres de casimir, chocolates y carne de cangrejo.

El escándalo provocó la salida intempestiva del mafioso Adolfo Franco de su cargo de jefe en esta cueva de bandoleros.

El arresto de Corral, presuntamente en circunstancias equivocas, sirve por supuesto los intereses de la mafia local que siempre supo resolver, en el pasado, el "caso" de aquellos articulistas que se atrevían a molestarla.

Fuente: Granma Internacional, 10 de Agosto de 2007.