Todo ello servía de base a la argumentación demócrata anterior a las elecciones de noviembre de 2004. Desde entonces, la reflexión de Michael Moore sobre el 11 de septiembre parece haber evolucionado: “Después de Fahrenheit 911, conversé con buen número de bomberos que me confirmaron que oyeron explosiones antes del derrumbe de las torres y que piensan que hay que mucho que escarbar en esa historia”, explica Moore.

Convencido ahora de que, mas allá de la explotación del 11 de septiembre para justificar la invasión de Afganistán y la de Irak, la administración Bush mantiene deliberadamente zonas de oscuridad sobre lo que realmente sucedió el 11 de septiembre, Moore está llamando a la reapertura de la investigación: “No creo que la investigación oficial haya dicho toda la verdad. Por eso espero que haya una nueva administración, con alguien que se las arregle para abrir nuevas investigaciones antes de que estemos demasiado lejos de esos hechos. Para que se sepa toda la verdad”.

Como realizador cinematográfico, Michael Moore es particularmente sensible a la ausencia de imágenes del atentado contra el Pentágono, a pesar de los cientos de cámaras de seguridad que filman permanentemente una de las instituciones más vigiladas del mundo: “Déjeme decirle una sola cosa que vengo preguntándome desde hace tiempo. Yo filmé el Pentágono antes del 11 de septiembre. Hay cientos de cámaras instaladas en los edificios, hasta en los árboles. Tenían la posibilidad de filmar la llegada de aquel avión desde cien ángulos diferentes. ¿Cómo es que no se puede ver el impacto de principio a fin? Yo quiero ver los cientos de videos que existen de ese hecho. ¿Por qué no se puede ver aquel avión precipitándose sobre los edificios del Pentágono?”

Duramente criticado después de esas declaraciones, Michael Moore acaba de dar a conocer su nuevo film “Sicko”, en el que aborda los problemas del sistema de salud estadounidense.

# Nota publicada por Red Voltaire (http://www.voltairenet.org/article150684.html)