Y para no dejar lugar a dudas acerca del alcance de tal planteamiento, subrayó que: "lo único que jamás cuestionará un revolucionario cubano es nuestra decisión irrenunciable de construir el socialismo."

Tal concepto es una estocada directa a la nociva autocomplacencia con su pesada carga desmotivadora. Está demostrado que cuando un individuo o colectivo, sea cual sea su esfera de actividad, considera que todo lo está haciendo bien y los resultados alcanzados son los máximos posibles, está sentando las bases para dejarse ganar por el inmovilismo y la rutina.
¿Qué significa trabajar con sentido crítico?

Trabajar como se demanda obliga a no dejarse aplastar por las dificultades y, por el contrario, ver en ellas un nuevo reto, una oportunidad para unir voluntades y someter a crítica todo cuanto se ha hecho, aun aquello evaluado como satisfactorio.

"Estamos en el deber - señaló Raúl - de cuestionarnos cuanta cosa hacemos en busca de realizarla cada vez mejor, de transformar concepciones y métodos que fueron los apropiados en su momento, pero han sido superados por la propia vida."

Mientras mayor sea el desafío, más necesario será establecer con rigor los objetivos y las prioridades, organizándolo todo después de evaluar los pro y los contra.

El estudio y la previsión de cada asunto, sin descuidar detalles, son requisitos inviolables si se desea alcanzar el éxito de la manera más racional posible.

En la sociedad cubana están presentes las condiciones básicas para proponerse y generalizar el estilo y los métodos propuestos por el Segundo Secretario del Partido, en ocasión del aniversario 54 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes: la unidad política del pueblo y la existencia de relaciones de producción socialistas, libres de explotación y de ambiciones individuales.

Si gracias a estos factores no existen contradicciones antagónicas entre los productores, ¿qué impide entonces un trabajo creativo, libre de ataduras y esquemas estériles?

Los sencillos ejemplos de trabajo rutinario relacionados con la producción y distribución de leche, expuestos por Raúl en el discurso citado, son suficientemente demostrativos de que las limitaciones, en la mayoría de los casos, son de orden subjetivo.

Se impone pues cuestionar todo cuanto hacemos, persuadidos de que en ello tiene la sociedad cubana una inagotable reserva productiva, insuficientemente explotada hasta ahora.

No debe resultar difícil que los cubanos, forjados en el esfuerzo y el sacrificio cotidianos, que han visto crecer su moral y conciencia, comprendan las exigencias de estos tiempos.

En esa convicción se fundamenta Raúl, cuando expresó: " Trabajaremos sin descanso para cumplir cabalmente las orientaciones de la Proclama del Comandante en Jefe, (del 31 julio del 2006) las muchas que nos ha dado desde entonces y cuantas nos imparta en lo adelante. No hay asunto referido al desarrollo del país y las condiciones de vida del pueblo -añadió- que no se haya abordado con responsabilidad y en cuya solución no se trabaje."

Agencia Cubana de Noticias