Se trata, por el contrario, de los sucios acontecimientos que objetivamente suelen rodear el mundo de las "gargantas profundas" del imperio, donde conviven dinero, manejos turbios, traiciones, burlas, ilegalidades y hasta la muerte.

Hace unos pocos días la prensa cubana recordaba el caso del agente CIA Donald W. Keyser, quien en diciembre de 2005 admitió haber entregado información clasificada como altamente secreta a su amante, la agente Isabelle Cheng, de los servicios de inteligencia de Taiwán.

El espía de marras, vinculado a los asuntos asiáticos, ya había hecho de las suyas cinco años antes, cuando hizo desaparecer una computadora con todo su contenido de la oficina de la entonces secretaria de Estado, Madeleine Albright. ¿La condena? Pues unos días de arresto y una multa de 25 mil dólares. Al fin y al cabo sabía mucho de otros altos cargos.

Casi similar fue el del experto del Pentágono Lawrence Franklin, quien vendió información sensible a Israel. Este personaje trabajó junto al depuesto secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, y luego de una condena teórica de dos años de cárcel, fue puesto en libertad con el pago de una fianza.

Mientras, Leandro Aragoncillo, ex marine al servicio de la vicepresidencia norteamericana por varios años, se dedicaba a traspasar información oficial limitada sobre posibles acciones terroristas en Filipinas. Su culpa le ganó un decenio de cárcel...hasta ahora.

Al final todos, espías confesos, casi han resultado indemnes a pesar de sus graves faltas y de sus acciones contrarias a la seguridad de los Estados Unidos. ¿Tiene explicación entonces que Cinco luchadores cubanos, que informaban sobre los grupos asesinos de Miami y sus planes terroristas contra la Patria deban enfrentar desproporcionadas e injustas penas de cárcel?

Ciertamente, en el bajo mundo que rodea a los círculos norteamericanos de poder las medidas están muy alejadas de la honestidad y la justicia. Si el criminal es cercano y posee recursos o es hábil en el chantaje, puede contar con la toalla oficial.

Si se trata de gente valerosa y defensora de las mejores causas, los rigores, la brutalidad y la violencia desmedidas serán desatadas sin contemplaciones.

Agencia Cubana de Noticias