A eso de las siete, mientras se hacían las últimas pruebas de sonido antes de pasar el audiovisual, fueron llegando los amigos y compañeros (léase: el público). Un cafecito caliente y unas masitas de nuestra panadería Panipan endulzaron el preludio.

Tipo siete y media se oscureció un poquito la sala, se iluminó la pantalla junto al estrado y comenzó a escucharse la suave musiquita que Bruno Coulais compuso para la ocasión (bueno, en realidad, era para otra ocasión, pero en ésta igual sonaba muy bien).

¿Qué se puede decir del audiovisual? Es mágico, tiene las palabras justas y muestra las imágenes justas. Allí está un pedacito de la vida de APe. Allí se ve cómo se fue gestando nuestra última criatura -la Revista- este sueñito que es parte del Sueño mayor.

De entrada tomó la batuta -es decir, el micrófono- Carlitos del Frade, presentándose a sí mismo y a los otros dos “panelistas”.

Carlitos bajó datos, bajó noticias frescas de la Argentina que duele, la que él vive de cerca con tristeza y orgullo de rosarino, en “la segunda provincia argentina”.

Después, habló de la alegría y del sueño de los Pibes -que es nuestra alegría y nuestro sueño- la del pan en la mesa, la de papá o mamá volviendo del trabajo, la del nido tibio, la de un presente que haga crecer, que haga pensar, que haga decir, por contraposición a ese otro -el de los a-dictos- donde lo único que se oye es el silencio, la sorda locura, el paco y la muerte.

Carlitos le pasó la pelota -es decir, la palabra- a Oscar , quien hizo su cita obligatoria de Marx y habló del “fetichismo de la mercancía”, de eso que nos deslumbra con el producto terminado, pero nos impide ver la historicidad que hay en todas las cosas.

Y entonces dijo que detrás de la Revista de APe, por si alguno no lo sabía, hay un EQUIPO, hay un coro con múltiples voces y funciones, y hay una OBRA, una obra concreta y cotidiana que abraza a los Pibes, los alimenta, los educa y los hace parte de un PROYECTO de vida, que es parte de un proyecto mayor, y parte de un SUEÑO.

Después, habló de tres películas que, a su modo, interpelan al poder: “Diario de Bolivia”, “Bialet-Massé, un siglo después” y “Pelota de Trapo”.

En las dos primeras, la descripción y la denuncia del primer relato (el del diario del Che y el Informe Bialet-Massé) son confrontadas con la descripción y la denuncia del segundo. Eso les da valor testimonial y documental.

En el caso de “Pelota de Trapo”, de Leopoldo Torres Ríos, ese filme está íntimamente ligado a la historia de la OBRA fundada por Alberto Morlachetti y Norma Basconi. El primero de los Hogares, sin ir más lejos, está en el exacto lugar donde antes estaba la canchita en la que fueron rodadas escenas de “Pelota de Trapo”.

¿Y qué es lo que se ve allí, junto a las vías de un ferrocarril desactivado, en un rincón de Avellaneda que sin duda conoció épocas mejores?

Hay allí, entre otras cosas -destacó Oscar- un Hogar llamado “Pelota de Trapo”, que es parte de una OBRA sostenida por un valioso grupo humano.

Esa pequeña diferencia -dijo- hace la diferencia. La existencia y crecimiento de Pelota de Trapo -dijo- nos devuelve la ESPERANZA.

Allí nuevamente Carlitos tomó la posta, dijo en broma que si Oscar citaba a los griegos él no iba a ser menos y citaría a los antiguos guaraníes, y habló de los Poetas y Maestros, de la Palabra Verdadera y de la Tierra sin Mal.

Acto seguido, le pasó la palabra al “Morla”, que no ocultaba su emoción, que agradeció los “inmerecidos” elogios y que dijo que hacía suyas, completamente, las palabras de Oscar y de Carlos.

Luego, Alberto contó historias, fue de aquí para allá, como siempre, dijo que él -como Semprún- no creía en los textos que no estuvieran sostenidos por una “biografía”, y que pensaba que la buena estrella de Ape se debe a que, detrás de cada palabra escrita e impresa, hay una “biografía”.

Después, contó un poco más del Sueño. Y de buscar y hacer las cosas con Belleza. También dijo que el mayor deseo de Pelota de Trapo -siguiendo el sabio y repetido consejo de Norma- es CRECER, ya que “cuando dejamos de crecer, empezamos a morir”.

Nuevos aplausos, nuevos abrazos y algunas preguntas desde la “platea”, antes de pasar al brindis, epilogaron la reunión.

“¿Para cuándo la radio?”, preguntó uno. “¡Hay que hacer el multimedios de la Belleza!”, exclamó otro.

En esta sencilla y emotiva ceremonia (hubiera dicho un relator de Sucesos Argentinos) fue presentada la revista Pelota de Trapo.

# Nota publicada por la Agencia Pelota de Trapo (http://www.pelotadetrapo.org.ar/)