Dreizik remarcó que debido al proceso de concentración monopólica de los medios periodísticos, prácticamente no existe en la provincia ninguna empresa en manos de capitales cordobeses, durante su participación en una charla por la celebración del 35 aniversario del Escuela de Ciencias de la Información (ECI) de la Universidad Nacional de Córdoba.

“Me animo a decir que en Córdoba solo sobreviven los Servicios de Radio y Televisión (SRT) de la Universidad Nacional de Córdoba; un multimedio que estuvo sujeto a privatización durante todo el período posterior a la dictadura militar y hasta hace muy poco tiempo”, sentenció Dreizik según una nota de la periodista Katy García publicada en el portal Prensared (http://www.cispren.com.ar/).

En ese sentido, consideró que "también es responsabilidad de la Escuela de Ciencias de la Información ver qué hacemos con los SRT, además de firmar convenios de pasantías porque son utilizados en la mayoría de los medios como un instrumento de precarización laboral", aseguró.

"Los jóvenes que acceden a un plan de pasantías en un medio reemplazan a trabajadores y es mentira que van a hacer un proceso de aprendizaje. Cuando llegan, prácticamenet en poco tiempo, empiezan a trabajar y a reemplazar mano de obra. Pero la voracidad de las empresas no pasa por arriba, al gremio y a la escuela también", enfatizó.

En el comienzo de la charla, Dreizik leyó un texto crítico de Antonio Gramsci acerca de la relación entre los intelectuales y la clase dominante como disparador de la formación de periodistas, comunicadores e intelectuales en la ECI.

“Creo que va implícito un gran desafío: asumir que la Escuela forma intelectuales”, afirmó. En esa línea de reflexión recordó que en los últimos 35 años “los medios festejaron el Golpe de 1976 y el plan económico de Martínez de Hoz porque se beneficiaron con la apertura de la importación y se apresuraron a la actualización tecnológica que reemplazó el plomo”.

Por casó citó que La Voz del Interior incorporó la nueva impresión en la misma época que el New York Times; mientras los que no se reconvirtieron cerraron, entre ellos el diario Córdoba. “Allí hubo responsables directos y hoy están apoyando al actual plan económico, como la Fundación Mediterránea”.

En tanto, “los periodistas, a la vez que resistían al Golpe de Estado en las redacciones - aquí hay algunos presentes-, se daban los instrumentos para resistir y para recuperar la democracia. Generaban movimientos para recuperar el gremio, se incorporaban a la vida política y nos enseñaban a los más jóvenes cómo había que pelear. En esa época, cuando se consigue la democracia, comienzan procesos paulatinos de autoflexibilización laboral impuestos en algunos casos y consentidos en otros”, evaluó.

Más adelante señaló que “muchos intelectuales y trabajadores de prensa aportaron para igualar el terrorismo de Estado a la acción política de los años setenta”, debate que aún continúa. También expresó que “no existe la libertad de prensa y estoy convencido de que sí existe la libertad de empresa”.

En ese sentido manifestó su convencimiento de que los trabajadores de prensa en las redacciones “sufren presiones” y existe el riesgo de que “terminemos pensando lo que la empresa, en juegos muy sutiles y complicados de presiones, nos imponga y no tenemos armas y herramientas para defendernos”. Sobre esta cuestión dijo que “como sindicato de prensa, hacemos una profunda autocrítica respecto de esta ausencia de instrumentos para defendernos”.

Tras analizar los hechos históricos que marcaron los últimos 35 años de la vida política del país manifestó que “en los ‘90 se cayeron las paredes del muro y los paradigmas se nos vivieron abajo”. En esa línea afirmó que se pasó de un Estado benefactor que privilegiaba la infancia a otro que beneficia a los grupos económicos.

“Han cambiado muchas cosas. Ahora, ¿qué intelectuales se están formando en esta etapa? cuando nos falta un proyecto colectivo. Uno de los puntos de partida para pensarse como comunicadores sería reconocer que en la Argentina se instaló un plan genocida a partir de la planificación de la desigualdad social que les garantizó, con grandes niveles de desocupación, una transferencia permanente de recursos a los grupos económicos”, argumentó

Otro aspecto analizado por el dirigente sindical fue la decisión del actual gobierno de prorrogar mediante el decreto 527 las licencias de radio y televisión que beneficia a los grupos concentrados. “Fue un golpe brutal a las aspiraciones de lograr una ley de radiodifusión para la democracia. Por si todo esto fuera poco, todavía tenemos dos leyes que no cambiaron desde la dictadura: la ley de entidades financieras y la de radiodifusión. Y esto no es casual”, enfatizó.

También fustigó la política actual que profundiza la entrega de los recursos naturales, la ratificación de los convenios comerciales que eliminan las retenciones a las importaciones y la vigencia de un sistema tributario regresivo. Además se refirió a la reciente aprobación de la ley antiterrorista.

“Desde el 13 de julio pasado, está vigente una ley nefasta que apunta a perseguir a los que cortan una ruta porque no son escuchados en sus protestas o que se asocian para presionar al gobierno para que cambie una decisión”, expresó.

En una etapa a la que caracterizó como difícil, complicada y contradictoria, Dreizik afirmó que “los trabajadores de prensa tenemos la obligación de redoblar los esfuerzos que estamos haciendo para construir una sociedad en la que podamos vivir”.

“El desafío es hoy. Mirar la historia es importante, el problema es cuando la historia nos engancha la camisa y nos impide avanzar. Creo que hay que pegar el tirón, y pensar qué país vamos a construir”. Y en eso involucró a los trabajadores de prensa y a la ECI en la constitución de una asamblea constituyente que incluya a las organizaciones sociales.

En el final, Dreizik leyó la carta que Julio Cortázar le escribe al director de la Casa de las Américas, titulada “Policrítica a la hora de los chacales”.