El optimismo suele ser un bien escaso entre el personal de Radio Universidad, Canal 10 y FM Power, acostumbrado a deliberados abandonos y políticas erráticas que sumieron al multimedio de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) en una pendiente económica jalonada de retrasos salariales, deterioro tecnológico y endeudamiento.

La deficiente gestión económica tampoco tuvo como correlato una programación acorde a un medio público y universitario y los contenidos quedaron supeditados a la errática conducción y a esfuerzos y compromisos individuales con la libre expresión y la independencia periodística.

No obstante, el arribo de la nueva conducción universitaria encabezada por Carolina Scotto generó expectativas positivas, tanto en lo económico como en lo profesional. La nueva rectora suele repetir que “el gran error de la UNC ha sido mantener bajo su relación de dependencia a los SRT y al mismo desinteresarse de su destino”, error que afirma estar dispuesta a subsanar.

Por lo pronto, la posibilidad aparece supeditada al apoyo financiero del Gobierno nacional, aunque como parte de un acuerdo más amplio que incluya intercambio de contenidos y una visión común acerca del rol de los medios públicos en una sociedad democrática.

 En su discurso de asunción, usted planteaba que había áreas estratégicas de la Universidad que había que recuperar y potenciar como el Hospital de Clínicas, la Maternidad, Hemoderivados y -al mismo nivel- los SRT. ¿Cómo se avizora esta meta en el caso de los SRT y qué pasos se han ido dando?

 Ya desde antes de asumir, en el período de transición posterior a las elecciones, retomamos conversaciones abiertas por el anterior Directorio con la Secretaría de Medios de la Nación. Aprovechamos todos los canales que existían para favorecer ese vínculo, con el objetivo de obtener un apoyo económico del Estado nacional. Ya hemos logrado un sustancial incremento en su pauta publicitaria. Y además, tratamos de obtener apoyo financiero, tanto para sanear parte de la deuda que los SRT tienen con distintos organismos del Estado, como en materia de programación, donde ya hemos recibido aportes que mejoran nuestra propia imagen en Canal 10; y también trabajamos en la idea de coproducciones con equipos técnicos y recursos de Canal 7 de Buenos Aires.

Finalmente, también esperamos obtener un sustancial apoyo económico para la actualización del equipamiento de nuestro canal. Estas conversaciones tienen cierto ritmo y no pueden ser todo lo rápidas que nos gustaría, pero vamos avanzando con paso seguro y concretando algunos de estos apoyos. Nuestra premisa ha sido intentar una recuperación cuantitativa y cualitativa de los SRT como medio público universitario, solicitando el apoyo del Estado, puesto que la Universidad carece de recursos suficientes para producir esta recuperación. Y eventualmente, considerar la transformación de la sociedad anónima que son los SRT en sociedad del Estado, con participación en las acciones del Estado nacional y eventualmente del provincial y municipal. Por otra parte, hay conversaciones con el director del canal Encuentro, Tristán Bauer, quien me ha manifestado su enorme interés en que la programación de Encuentro, que es muy interesante por su calidad y su interés para un amplio público, pueda ser transmitida por nuestro canal, como parcialmente ya está ocurriendo. Pero, además, avanzamos en la posibilidad de aportar nosotros programación que pueda ser difundida en Encuentro.

 A partir del diagnóstico de su realidad actual, ¿cuál es la visión del rol que tienen que tener los SRT hacia la sociedad cordobesa?

 Básicamente, el de un medio de comunicación público y por lo tanto independiente, capaz de generar información y opinión crítica y plural, asegurando de este modo también fuentes de información alternativa a las de otros medios. Y siendo, además, un vehículo de difusión de la producción cultural y científica de la propia Universidad. Es decir, recuperar un vínculo que no debió perderse con la UNC, no sólo con sus especialistas en áreas afines a la actividad de medios, como nuestros graduados en Ciencias de la Información o en Cine y Televisión, sino también con la producción intelectual más amplia que ocurre en nuestra Universidad.

 ¿Hasta qué punto los SRT pueden ser también una herramienta articuladora con sectores sociales que están excluidos de la agenda de los medios comerciales?

 Efectivamente, cuando pienso que deberíamos recuperar el vínculo de la Universidad con los SRT, y de los SRT proveyendo a la comunidad de Córdoba de una programación de calidad, de información independiente y crítica, estoy pensando en la posibilidad de poner en los medios públicos problemáticas, actores, actividades, experiencias sociales y sectoriales que normalmente no tienen expresión pública. Y ya sabemos que aquello que no aparece en los medios públicos de comunicación, en nuestro entorno cultural actual virtualmente no existe. Dicho de otra forma, lo que existe tiene que tener al menos existencia virtual. De este modo, esperamos contribuir también a una expansión de los derechos de los ciudadanos, a una más plena participación de los diversos sectores con su propia voz, con la expresión de su propia perspectiva de las cosas, a partir de una programación más diversificada, interesante y enriquecida que la que normalmente ofrecen los medios comerciales.

 En este momento económico de los SRT en que la ayuda del Estado es un “acuerdo obligado” -tal como usted lo ha definido en alguna entrevista-, ¿qué condicionamientos conlleva este auxilio?

 No supone condicionamientos desde el punto de vista más importante para nosotros, que es preservar la autonomía del medio, que sea una fuente de opinión en la que no haya ingerencias extrañas de ningún tipo. Pero estamos trabajando con la posibilidad a futuro de que si esta colaboración con la Secretaría de Medios se convierte en económicamente importante, en todos los aspectos que mencionábamos, entonces el Estado nacional pueda tener participación accionaria en los SRT, preservando nuestra mayoría. Esto puede significar participación en la toma de decisiones y también la incorporación de gente al Directorio de los SRT, como de hecho estamos trabajando en ese sentido.

 Años atrás, durante la gestión de Jorge González, hubo un conflicto a raíz del desplazamiento de un periodista de Canal 10 por presiones del Gobierno provincial con la pauta publicitaria. Justo en ese contexto, hubo una declaración muy fuerte del entonces Rector: “A veces hay que moderar la opinión. Y yo tengo que equilibrar lo periodístico con lo comercial”. Toda una definición…

 Sí. Fíjese que eso también revela la fragilidad que siempre ha existido en los SRT de la fuente de financiamiento a través de la pauta publicitaria estatal.

 Por eso a uno “apoyo estatal” le suena a eso y le trae a la memoria este tipo de incidentes…

 Sí, con todo derecho, y corresponde que estemos alertas a ese tipo de cuestiones. Las lógicas político-partidarias y las expectativas, sensibilidades y presiones de los poderes públicos seguramente son moneda corriente en lo que refiere al poder enorme que los medios tienen de afectar intereses. Así que no estaremos sustraídos a eso, pero no estamos trabajando en absoluto bajo el supuesto de que lo que está comprometido es la autonomía de nuestra opinión.

 ¿Se puede pensar, aunque sea a largo plazo, en la idea de que los SRT se autosustenten económicamente?

 Que se autosustenten en el sentido de que dejen de ser deficitarios es una obligación. Estamos ante un organismo público que no puede tener deuda, porque en el fondo son los ciudadanos los que pagan esta deuda.

 Claro, pero alguna vez los SRT llegaron a pagar el asfalto de la Ciudad Universitaria…

 Sí, fue una única vez… Y el resto del tiempo… Pero no estamos trabajando tampoco para lograr un canal comercial que dé ganancias. Trabajamos más bien con la idea de un canal público, como tienen prácticamente todos los estados nacionales serios del mundo, incluidos muchos países latinoamericanos. Deben ser analizados en términos de sustentabilidad con otra lógica. No es la lógica del superávit y la ganancia, sino la del aporte estatal para un proyecto de carácter cultural. Lo que no es incompatible con que pudiéramos seguir vendiendo publicidad y manteniendo un canal que aun cuando sea público también tenga un complemento de financiamiento. Pero no es que nuestro canal nos dé ganancia, sino que sea un buen canal público.

 En la reforma del plan de estudio de la ECI estaba el objetivo de dar una formación especializada y más técnica para garantizar una mayor inserción laboral del egresado. Y justamente se da la paradoja de que hasta llegó a haber en los SRT más pasantes de las universidades privadas que de la nacional…

 Pero yo creo que se debe a que los SRT en estos años, por razones muy variadas, no se han sentido en absoluto parte de la Universidad y no han visto que debieran tener un compromiso mayor de inserción de los graduados o estudiantes avanzados nuestros que los de cualquier otra universidad.

 O sea que no es un problema del perfil del graduado…

 Probablemente también haya algo de esto. No podría decirlo. Pero seguro está el ingrediente que señalo: en cualquiera de las áreas en que pudieran necesitar los SRT nuestros pasantes, y mucho más específicamente de Ciencias de la Información o Cine, históricamente no han tenido ninguna política de captación.

 ¿Existe alguna idea de reformular el régimen de pasantías? Porque por su origen y por sus resultados llevan la impronta de los años 90 y tienen un régimen legal de espíritu flexibilizador.

 Sí. Está claro que el régimen de pasantías se ha desnaturalizado respecto de su concepción de origen. Aun cuando uno pueda discutir conceptualmente la figura del pasante, originalmente está pensada como una instancia de capacitación del estudiante ya avanzado en su carrera en ámbitos laborales específicos a su formación, que funciona casi como una práctica pre profesional. Así vista, siendo remunerada, teniendo resguardos legales y tutorías académicas, no parece que fuera una figura objetable. Por lo menos no es espuria. Pero en la práctica efectivamente las pasantías externas se han convertido por parte de las empresas en mano de obra muchas veces muy bien calificada, con mucha disponibilidad al trabajo y subremunerada. Y en esto la Universidad tiene la principal responsabilidad, porque todo el control para que esto no suceda y asegurar de que la figura del pasante se preserve y cuidar a nuestros pasantes es una responsabilidad nuestra. Si me preguntás si tenemos preocupación sobre el tema y voluntad de ajustar la implementación del sistema de pasantías, sí. No hemos empezado a trabajar sobre eso todavía.

 Tenemos todavía una ley de radiodifusión que data de la dictadura militar y otro dato elocuente es que los medios de comunicación del Estado fueron lo primero que se privatizó. ¿Cuál considera que es rol del Estado y de sus medios de comunicación en la construcción de un país distinto?

 Crucial. Yo estoy convencida de que el Estado somos nosotros. Es la representación de los ciudadanos sin poderes especiales y sin acceso a todos los derechos, y es la garantía que en principio tenemos de la expansión de los derechos ciudadanos a toda la comunidad y de la democratización de todos los bienes, incluida la cultura. Así que creo que si hay algo por lo que deberíamos trabajar como universidad pública, es por fortalecer al Estado, porque sus organismos funcionen con eficiencia, con transparencia, orientando sus políticas hacia los sectores más desprotegidos, garantizando igualdad de oportunidades en todas las áreas neurálgicas donde el Estado tiene que tener una intervención esencial: la salud, la educación, la justicia… Y creo absolutamente que el Estado tiene que tener medios propios, pero esos medios deben ser culturales. No creo que el Estado deba tener un medio de opinión política del gobierno de turno. Esa es mi opinión personal sobre la justificación de que el Estado preserve bajo su ámbito medios de comunicación públicos. Se deben expresar allí los derechos de todos los ciudadanos en general, los bienes a los que todos tienen derecho a acceder, sean éstos del tipo que fuere: saberes, experiencias, cultura, etcétera. En este sentido, son una herramienta más por la cual el Estado puede llegar a construir una comunidad de ciudadanos más democrática e igualitaria.

# Nota publicada por Prensa Red (http://www.cispren.com.ar/)
(*) Periodista. Secretario de Prensa y Difusión del Cispren