En la mayoría de las ponencias se manifestó una preocupación por la formación profesional. En la UBA, que es donde estudio la carrera de Comunicación Social, se dan algunas situaciones particulares. La matrícula es de 12.000 estudiantes, lo que evidencia que no podrán insertarse en el mercado laboral si sólo consideran a los grandes medios.

Al mismo tiempo, abundan los profesores “progresistas”, que nos enseñan los diferentes aportes y teorías sobre la comunicación provenientes del marxismo, aprendemos, por ejemplo, que “el signo es la arena de la lucha de clases” como sostenía Voloshinov, vemos a Gramsci, la Escuela de Frankfurt y de Birmingham. Y sin embargo no egresan 12.000 comunicadores dispuestos a luchar para el campo popular, más bien lo contrario.

La pedagogía no actúa en función de ese objetivo, y la sociedad de la que forma parte la Universidad tampoco lo reivindica. Pero, al mismo tiempo, podemos pensar a los centros de formación como un lugar de disputa, por lo que debemos buscar los modos en que nuestra organización la FELAP se articule con los espacios políticos que ya están luchando por ese objetivo, e intervenga para demostrar que hay otro proyecto.

Otro de los temas tratados es la verdad. No creo que se trate, como quieren ciertas visiones posmodernas, de negar su existencia. “El genocidio armenio ocurrió o no ocurrió” dice con claridad Eric Hobsbawm, o hay un millón y medio de cadáveres o no los hay. Sin embargo, en la práctica periodística inserta en la lucha de clases, no se limita a que el enemigo difunde mentiras mientras nosotros somos dueños de la verdad. Tomemos el titular de La Nación, matutino argentino célebre por su claridad ideológica, del jueves 4 de octubre: “No tendrán clases hoy más de 7 millones de alumnos”. En la volanta se aclara que el motivo es el paro por la muerte (no asesinato) de Carlos Fuentealba. Ahora bien: ¿es falso que 7 millones de alumnos no tendran clases? Es evidente la existencia de una multiplicidad de mecanismos.

Hace un tiempo se lanzó el diario Perfil con el lema “Periodismo Puro”. ¿Existe el periodismo puro?¿Existen la medicina pura, o la ingeniería pura?¿Existe la objetividad, y en caso afirmativo, es lo que buscamos? Es necesario que desde la FELAP, los sindicatos, los movimientos sociales, las agrupaciones, y todos los espacios políticos abocados a la transformación de la sociedad desterremos esas concepciones, para que desde la juventud podamos garantizar nuestro proyecto.

(*) periodista “Ladrones de Bicicleta”, AM 1010