Raoul-Marc Jennar, principal promotor de la campaña por el «no» en el referendo sobre el proyecto de Tratado Constitucional europeo, ha decido irse de Francia.
El respetado politólogo, autor de numerosos libros, había puesto a la opinión pública en guardia contra laDirectiva Bolkestein, que pretende aplicar a las empresas las leyes laborales del país de origen de cada de ellas en detrimento de la legislación de los países en los que realizan su actividad. Sus argumentos resultaron tan convincentes que el presidente francés Jacques Chirac se comprometió públicamente a oponerse a la directiva y a obligar a las instituciones europeas a modificarla.
Conferencista incansable, Raoul-Marc Jennar alertó también a los franceses contra las políticas económicas y sociales incluidas, de forma abusiva, en el proyecto de Tratado Constitucional europeo. Sus argumentos, retomados por varias formaciones políticas, resultaron de nuevo tan convincentes que, a pesar de la movilización masiva de los medios de difusión a favor del “sí”, el texto fue rechazado por el 54,67% de los electores franceses que participaron en el referendo.
Despedido por intervención de la Unión Europea, rechazado por todas las instituciones y asociaciones que ésta financia, Raoul-Marc Jennar se vio sin empleo, sin medios de subsistencia y privado de toda forma de acceso a los grandes medios de difusión.
Ante tal situación, Raoul-Marc Jennar ha decidido aceptar un puesto que le ofrece el gobierno de Cambodia, nación donde ya trabajó durante los años 1990 y donde su talento es más reconocido que en su propio país.
Además de la fuga de cerebros por razones económicas, estamos viendo la aparición de nueva tendencia en Francia una nueva tendencia: la de empujar a los intelectuales al exilio mediante la persecución política.