La mezcolanza entre el espionaje privado y las agencias gubernamentales se hace cada vez más grande en Estados Unidos. El gabinete Booz Allen Hamilton, una de las sociedades de consejería en estrategia empresarial más antiguas y poderosas del mundo, se ha convertido poco a poco en una estructura de tránsito para los dirigentes del espionaje estadounidense entre dos cambios de puesto. Esta intimidad con las estructuras gubernamentales permite comprender por qué la administración ha puesto en manos de Booz Allen Hamilton toda una serie de subcontrataciones –numerosas y jugosas– entre las que se incluyen diversos programas de espionaje científico y de vigilancia política.
Un ex director de la CIA, James Woolsey, se encuentra actualmente a la cabeza de Booz Allen Hamilton. Uno de sus administradores, el ex director de la NSA (Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos), se ha convertido en director nacional de la inteligencia encargado de supervisar todas las agencias públicas. La señora Carol Staubach, también administradora de Booz Allen Hamilton, está propuesta para convertirse en directora de la NRO (la agencia federal que controla los satélites espías), mientras que el ex jefe de la NRO, Keith Hall, ahora trabaja en Booz Allen Hamilton.
Es evidente que alguien que venga de Booz Allen Hamilton está más que capacitado para dirigir la NRO, sobre todo teniendo en cuenta que dicha agencia federal ha sido reestructurada según las recomendaciones de… James Woolsey, el jefe de Booz Allen Hamilton.